Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La moda sostenible está en un boom por la necesidad de un cambio en las prácticas medioambientales y laborales y por una transformación en el estilo de vida del consumidor, que ha adoptado nuevas experiencias con relación a las prendas y a los objetos que adquiere.
Mencionemos algunas cifras: la industria de la moda es responsable del 8 % de las emisiones de CO2 globales, según un informe del Measuring Fashion de Quantis & Climate Works Foundation. Para producir un jean se utilizan 70 litros de agua y los residuos de la fabricación contienen grandes cantidades de químicos tóxicos que se vierten a los ríos y mares del planeta (No en vano, la industria de la moda es la responsable del 20 % de la contaminación mundial del agua). Y, de acuerdo con la OCDE, la producción de prendas de vestir crecerá un 81 % para 2030.
Las cifras no son alentadoras, le muestran al mundo la peor faceta de la industria y llevaron a que diseñadores, activistas y todos los eslabones del sector buscaran y ofrecieran alternativas desde lo ambiental hasta las buenas prácticas laborales, pero ¿cómo está la industria de la moda colombiana frente a la sostenibilidad?
En Colombia son varias las empresas, desde las materias primas hasta el producto final, que se han sumado a la tendencia. Liliana Mejía, abogada y experta en sostenibilidad, explica que en el país las compañías del sector entraron a la conversación respondiendo a una tendencia y no como un paradigma ético.
Lea también: Así se hizo la primera colección de prendas con cosechas de algodón orgánico del país
Son varios puntos los que se deben tener en cuenta al hablar de sostenibilidad en la industria de la moda colombiana, según explica Mejía. Primero, no se puede generalizar; segundo, las empresas que transitan lo hacen desde una tendencia de mercado por lo que no cumplen con el primer paso de la sostenibilidad ambiental, es decir, saber cuál es el impacto de la marca; tercero, los materiales amigables son costosos y se limita su democratización.
Y, frente a otros países, tenemos una gran desventaja, pues no hay cifras, índices de transparencia, estudios o datos que revelen el impacto que genera la producción de prendas de vestir nacional en el medioambiente. “No sabemos cuánto contamina el sector. Tenemos muy poca data para tomar decisiones. Así que sería irresponsable decir si estamos bien o mal. Sin embargo, son evidentes los avances”.
Además, en la sostenibilidad se deben tener presentes tres componentes: lo social, lo ambiental y lo económico. Así que no sólo son importantes los materiales ecoamigables sino también la calidad de vida y las buenas condiciones laborales para las confeccionistas, vale la pena mencionar que en el país el sector está compuesto en su mayoría por mujeres y preguntarse si realmente es tan importante el consumo desmedido de prendas por “estar a la moda”.
“Las marcas se deben tener claro su impacto y su propósito que debe extender bienestar al Planeta y a las personas. ¿Cómo desde el trapo, el accesorio o los zapatos puedo contribuir a hacer un mundo mejor y perdurable? Colombia tiene potencial en la conversación”, agrega Mejía.
Valentina Suárez, de Universo Mola, también cree que Colombia puede tener una industria textil sostenible, pero se requieren cambios en la concepción de moda, saber qué significa la sostenibilidad y cómo se puede aplicar en el sector, dejar de lado las producciones masivas y avanzar en la democratización de estas prácticas.
Va: Una “app” para encontrar moda sostenible de Latinoamérica
“La sostenibilidad no debe sacrificar la estética o ser de mala calidad, lo que se busca es que sean prendas durables. Colombia necesita más leyes para que la sostenibilidad sea posible y apoyo a la industria nacional”.
En la edición especial de Colombiatex + Colombiamoda, evento realizado por Inexmoda, se tuvo un componente que resaltaba los avances en sostenibilidad en la industria nacional como el proyecto del diseñador Juan Pablo Socarrás con Coca-Cola, la colección de Manuela Álvarez con el Éxito y espacios para emprendedores como la marca Crudo.
“Magdalena”, una colección que utilizó botellas PET
El diseñador Juan Pablo Socarrás ha trabajado a lo largo de su carrera con comunidades artesanales e indígenas y eso se ve reflejado en su proyecto “Historias hechas a mano”, que cuenta con el apoyo de Coca-Cola y en el que vinculó a 67 mujeres artesanas que recibieron acompañamiento y formación en sostenibilidad, redes sociales, construcción de marca y tendencias.
“Coca-Cola le apostó a hacer este piloto en Colombia con comunidades artesanales, al emprendimiento, a la moda, a la sostenibilidad. La empresa nos está acompañando con la transformación de los materiales con la tendencia global del suprareciclaje”, comentó Socarrás.
El “suprareciclaje”, también conocido como upcycling, es un ejercicio de “reutilización creativa” de los productos reciclables, con el fin de transformarlos o modificarlos para convertirlos en otros productos de valor.
En la colección “Magdalena”, que fue con la que se cerró la edición especial de Colombiamoda, se utilizaron botellas PET en algunas telas, que fueron transformadas por la empresa Enka. La colección también cuenta con materiales como algodón, lino, organza, sedas, paño liviano y destejos de tela para diseñar nuevas telas.
Socarrás recuerda las participaciones especiales en la colección de Claudia, una emprendedora, y su hijo, quienes convirtieron, con ayuda de una máquina 3D, botellas en botones y collares o de la artesana Sandra Alvarado, quien cosió “cuadrito a cuadrito” un vestido blanco con retales, es decir, trozos de telas que sobran tras cortar una pieza grande.
“Estamos aprendiendo a caminar sobre la sostenibilidad, Coca-Cola nos acompañó y nos enseñó sobre transformación del material de saber cómo una botella PET se convierte en fibra para tela. Nosotros le dimos la oportunidad a esos productos de convertirse en lujo. En mi trabajo con artesanos siempre he tratado de hacer todo orgánico, hecho a mano y ahora estoy aprendiendo que el plástico también es viable en mi marca”, agrega Socarrás.
Reactivación económica: el papel clave de la industria textil
“La esencia”, prendas artesanales para repensar el consumo
“La esencia” es la nueva colaboración de Arkitect, marca del Grupo éxito, con la diseñadora Manuela Álvarez contó con la participación de 113 artesanas, en su mayoría cabezas de familia, de municipios de Duitama y Cartago, quienes tejieron los detalles en las técnicas de macramé y pata de cabra de las prendas.
La colección tiene como principal inspiración a las mujeres artesanas de Colombia y de volver a lo esencial, es decir, desacelerar procesos y ritmos que son insostenibles desde lo humano hasta lo macro, dejar de generar tanta ropa y bajarle al ritmo de producción, “La esencia habla de cómo frenar procesos y que no sea una producción tan industrializada sino manual y que no sean prendas sino piezas de diseño que cuentan las historias de las artesanas y sus tradiciones. Además, los consumidores pueden tener a nivel asequible y democratizado, la belleza de la moda contemporánea con artesanía y con manualidad”, cuenta la diseñadora.
La colaboración también habla de volver a nuestras raíces y esencia de mujeres en la que nuestro poder creador es infinito, en la simbología de la colección se muestra al útero como semilla vital de donde sale la creatividad y la fortaleza de la imaginación.
En cuanto al aporte sostenible de la colección, Álvarez dice que se debería cambiar la manera en la que consumimos moda porque, “al tener una prenda artesanal, se cuida más, la lavas diferente, la usas de otra manera, lo que hacen este tipo de prendas es que al oír las historias detrás de las prendas te sientes conectada de una manera distinta”.
Otra de las técnicas plasmadas en las piezas de la colección son las estampaciones inspiradas en las huellas de nuestro cuerpo y la naturaleza. “Quisimos plasmar todo aquello que refleja nuestra esencia, como las huellas dactilares, las copas de los árboles en el bosque, el interior del tronco de plantas, ecos de agua, entre otros, como un llamado a ver las similitudes esenciales entre seres vivos y ecosistemas. También aterrizamos la huella hacia el piso, representando todo aquello que nos sostiene”, cuenta la diseñadora.
Levi’s, tiendas en Colombia para reparar prendas
La compañía le apuesta a la economía circular a través de Tailor Shop Levi’s, una iniciativa en la que los clientes tienen la oportunidad de acercarse a locales con sus prendas desgastadas para que las reparen o remodelen.
La empresa espera que el algodón que utilizan sea 100 % de origen sostenible para 2025, contar con una energía 100 % renovable en instalaciones propias y operadas para 2025 y reducir en un 40 % las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestra cadena de suministro.
Moda sostenible: ¿cómo adquirir prendas responsables con el medioambiente?
Crudo, renta de jeans
Crudo es una marca de moda circular sostenible cuyo principio es la moda lenta. El emprendimiento utiliza en su producción textiles con algodón recuperado, botellas PET, algodón orgánico y marquillas fabricadas con retazos de confección.
Además, cuenta con una idea innovadora en el país: rentar los jeans. “Compras un jean en Crudo, pero digamos que en seis u ocho meses ya estas cansada o no lo quieres usar, puedes traerlo y nosotros te damos un descuento para que adquieras una nueva prenda. El jean que devuelves, lo recibimos, le hacemos las reparaciones que necesite, como un lavado especial, y se convierte en un vintage jean que estará listo para un nuevo uso”, dice Manuela Velásquez, una de sus creadoras.