La inflación sigue bajando en Colombia, pero hay tensiones que preocupan
La inflación general registró una baja para abril, llegando a 7,16 %. Sin embargo, los arriendos y la electricidad son dos de los rubros que más están presionando el comportamiento de los precios al consumidor en el país.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) siguió su comportamiento a la baja, ubicándose en 7,16 % para su variación anual en abril (o sea, en comparación con el mismo mes de 2023).
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El Índice de Precios al Consumidor (IPC) siguió su comportamiento a la baja, ubicándose en 7,16 % para su variación anual en abril (o sea, en comparación con el mismo mes de 2023).
Esto supone una baja de 5,66 % frente a la cifra registrada en abril del año pasado, según la información que reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) este miércoles. La entidad sostiene que este nivel no se registraba desde enero de 2022.
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En la perspectiva anual, por divisiones de gastos, las mayores variaciones se registran en educación (11,40 %) transporte (10,42 %) y restaurantes y hoteles (9,8 %).
Desde el análisis mensual (frente a marzo), la variación fue de 0,59 %. El dato se explica, principalmente, por la división de alimentos, que creció 1,16 %.
Estas eran noticias esperadas, pues para este punto todas las proyecciones apuntan a que el IPC seguirá enfriando motores para lo que resta de este año y, también, para 2025. De acuerdo con la mayoría de los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, el IPC se ubicaba para marzo en 7,16 %. Para finales de año, los datos de este sondeo ubican el indicador en 5,51 %, en línea con los datos de la encuesta del Banco de la República (en un rango entre 5,5 % y 6 %).
Sin embargo, hay ciertas tensiones que continúan mostrando presiones inusuales sobre el bolsillo de los colombianos.
Por un lado, los arriendos continúan siendo uno de los mayores motores de la inflación en este año y sus contribuciones al alza del IPC son las mayores entre todos los gastos que monitorea el DANE desde prácticamente cualquier mirada (mensual, anual o año corrido).
Del otro lado, el peso de la electricidad sigue siendo considerable en la configuración del IPC en el país. Este servicio creció 1,56 % en su variación mensual (o sea, en comparación con los resultados de marzo de 2024) y se encuentra en 19,36 % desde la mirada anual (contrastando con abril de 2023).
Y las contribuciones de este servicio al total de la inflación están entre las más altas en la mirada anual, en conjunto con los arriendos.
Si bien los embalses vienen registrando una lenta (pero sostenida) recuperación, la presión alrededor de la electricidad (con una mayor generación de las plantas térmicas) ha llevado a que los precios suban constantemente en el país. Por ejemplo, con excepción de unos picos a finales de 2022 y principios de 2023, el crecimiento de la electricidad en la inflación anual se encuentra en su punto más alto desde 2016, según el DANE.
Piedad Urdinola, directora de la entidad, afirmó que “20 de los dominios geográficos reportados por el IPC presentaron un incremento de los precios de la electricidad, siendo Santa Marta la ciudad que tuvo mayor variación (3,97 %)”.
A la par que algunos rubros han ido ganando protagonismo en la medición del IPC, otros renglones clave han perdido oxígeno, como los alimentos.
En la medición anual, la comida registró un crecimiento por debajo de 3 %, siendo uno de los tres rubros que menos creció frente a los resultados de abril del año pasado.
Vale recordar acá que cuando la inflación llegó a su pico, el gran motor detrás del incremento en los precios eran los alimentos, que crecían de la mano de una dura subida en los precios de los insumos agrícolas (asociados a problemas en las cadenas logísticas globales y a la invasión de Rusia a Ucrania, principalmente).
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¿Hacia dónde se dirige la inflación?
Aunque en comparación con marzo, el descenso de la inflación mensual para abril puede no parecer muy elevado, hay que tener en cuenta que este mes puede representar uno de los puntos más altos en el crecimiento del IPC para el año.
De acuerdo con Camilo Herrera, presidente de Raddar, firma especializada en consumo, la mitad de la inflación en el país se haría entre los primeros tres o cuatro meses del año. Esto corresponde, principalmente, a la asimilación que hace el mercado del incremento en el salario mínimo, así como a los aumentos derivados del IPC de 2023.
Y también se cuentan picos de gasto como la temporada escolar que arrancó en enero, la Semana Santa y hasta el Día de la Madre (una de las celebraciones que más impulsa el consumo en el país).
Con estos datos en mente, el resultado de abril puede ayudar a ver para dónde va la inflación en Colombia.
Todas las proyecciones apuntan a un descenso continuo y generalizado, tanto en el total, como en la básica (la que excluye alimentos y regulados).
Por ejemplo, bajo la visión del Banco de la República, “la inflación básica descendería a un ritmo mayor del que estábamos proyectando en el informe de enero, especialmente por menores presiones inflacionarias en la canasta de bienes”, dijo este martes Hernando Vargas, gerente técnico de la entidad, durante la presentación del informe de política monetaria de abril que produce la entidad.
La inflación básica cerraría el año en 5,1 %, frente al 5,4 % que había proyectado el propio Banco en su informe de enero.
Sobre la inflación total, el banco central colombiano proyecta que terminaría 2024 en 5,5 % (anteriormente se había estimado en 5,9 %) y llegaría a la meta de 3 % en 2025 (el pronóstico era de 2,8 % en enero de este año).
La convergencia de la inflación hacia la meta del Banco (de 3 %) es clave, pues es el factor determinante en las decisiones que toma esta entidad alrededor de sus tasas de interés.
Durante la presentación de este martes, Vargas aseguró que “dado que las expectativas de inflación se mantienen por encima de 3 % en una parte larga del horizonte, se requiere que la política monetaria mantenga una postura contractiva para garantizar la convergencia de la inflación a nuestra meta en el horizonte anunciado por la junta directiva en noviembre del año pasado”.
Para finales de este año, los analistas proyectan que las tasas del Banco lleguen a 9,25 % y se ubiquen en 5,8 % para diciembre de 2025.
Esto pareciera confirmar la confianza del banco central en que el IPC está en una senda de descenso controlado, a pesar de los efectos de El Niño sobre asuntos como la electricidad y los alimentos.
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