La inflación en EE. UU. sigue imparable y crece con un ritmo no visto en 40 años
El Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó 9,1 % en los últimos 12 meses, el mayor incremento anualizado desde noviembre de 1981, frente a 8,6 % del año cerrado en mayo.
La inflación de Estados Unidos se aceleró más de lo previsto en junio, lo que pone de relieve las implacables presiones sobre los precios que mantienen a la Reserva Federal encaminada hacia otra gran alza de tasas de interés este mes.
Lea también: El FMI rebajó su previsión de crecimiento económico de EE. UU. al 2,3 % este año
El índice de precios al consumidor subió 9,1 % respecto del año anterior, el mayor incremento desde finales de 1981, según mostraron datos publicados el miércoles por el Departamento del Trabajo. El indicador de inflación ampliamente seguido aumentó un 1,3 % con respecto al mes anterior, la mayor cantidad desde 2005, lo que refleja los mayores costos de la gasolina, la vivienda y los alimentos.
Los precios de la energía subieron 41,6% en el lapso interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980.
Según la Agencia de Energía de Estados Unidos (EIA), el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos superó el mes pasado los US$5 por galón (unos 3,8 litros), un valor inédito.
Los economistas proyectaban un aumento de 1,1 % frente a mayo y un incremento interanual de 8,8 %, según las medianas obtenidas en una encuesta de Bloomberg.
El IPC subyacente, que excluye los componentes más volátiles como los alimentos y la energía, avanzó un 0,7 % respecto del mes previo y un 5,9% frente al año anterior, por encima de las previsiones.
¿Qué consecuencias tiene el dato de inflación?
Los rendimientos del Tesoro y el dólar subieron tras el informe, mientras que los futuros de acciones estadounidenses cayeron.
Las candentes cifras de inflación reafirman que las presiones de los precios son desenfrenadas y generalizadas en toda la economía y continúan minando el poder adquisitivo y la confianza. Eso mantendrá a los funcionarios de la Fed en un curso de política monetaria agresivo para controlar la demanda y agrega presión al presidente Joe Biden y a los demócratas del Congreso, cuyo apoyo se ha desplomado antes de las elecciones legislativas de mitad de período.
Si bien muchos economistas han sugerido que estos datos serán el máximo del ciclo inflacionario actual, varios factores, como la vivienda, mantendrán elevadas las presiones sobre los precios durante más tiempo. Los riesgos geopolíticos, incluidos los bloqueos a causa del covid-19 en China y la guerra de Rusia en Ucrania, también plantean riesgos para las cadenas de suministro y las perspectivas de inflación.
Los banqueros de la Fed ya han señalado un segundo aumento de 75 puntos básicos en las tasas de interés este mes en medio de una inflación persistente, así como un crecimiento aún sólido del empleo y los salarios. Incluso antes de que se publicaran los datos, los operadores ya habían descontado completamente un aumento de tres cuartos de punto porcentual para julio.
Los precios de los alimentos, experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10,4 % en un año. Junto con la energía, ambos rubros han registrado una fuerte escalada debido a la inestabilidad generada por la invasión rusa a Ucrania en febrero.
Además de erosionar el poder adquisitivo de los estadounidenses, el alza de la inflación representa una amenaza para el crecimiento pues el consumo es el principal motor de la mayor economía mundial.
Pero también golpea la popularidad de Joe Biden, a pocos meses de las elecciones de medio mandato.
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La inflación de Estados Unidos se aceleró más de lo previsto en junio, lo que pone de relieve las implacables presiones sobre los precios que mantienen a la Reserva Federal encaminada hacia otra gran alza de tasas de interés este mes.
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El índice de precios al consumidor subió 9,1 % respecto del año anterior, el mayor incremento desde finales de 1981, según mostraron datos publicados el miércoles por el Departamento del Trabajo. El indicador de inflación ampliamente seguido aumentó un 1,3 % con respecto al mes anterior, la mayor cantidad desde 2005, lo que refleja los mayores costos de la gasolina, la vivienda y los alimentos.
Los precios de la energía subieron 41,6% en el lapso interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980.
Según la Agencia de Energía de Estados Unidos (EIA), el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos superó el mes pasado los US$5 por galón (unos 3,8 litros), un valor inédito.
Los economistas proyectaban un aumento de 1,1 % frente a mayo y un incremento interanual de 8,8 %, según las medianas obtenidas en una encuesta de Bloomberg.
El IPC subyacente, que excluye los componentes más volátiles como los alimentos y la energía, avanzó un 0,7 % respecto del mes previo y un 5,9% frente al año anterior, por encima de las previsiones.
¿Qué consecuencias tiene el dato de inflación?
Los rendimientos del Tesoro y el dólar subieron tras el informe, mientras que los futuros de acciones estadounidenses cayeron.
Las candentes cifras de inflación reafirman que las presiones de los precios son desenfrenadas y generalizadas en toda la economía y continúan minando el poder adquisitivo y la confianza. Eso mantendrá a los funcionarios de la Fed en un curso de política monetaria agresivo para controlar la demanda y agrega presión al presidente Joe Biden y a los demócratas del Congreso, cuyo apoyo se ha desplomado antes de las elecciones legislativas de mitad de período.
Si bien muchos economistas han sugerido que estos datos serán el máximo del ciclo inflacionario actual, varios factores, como la vivienda, mantendrán elevadas las presiones sobre los precios durante más tiempo. Los riesgos geopolíticos, incluidos los bloqueos a causa del covid-19 en China y la guerra de Rusia en Ucrania, también plantean riesgos para las cadenas de suministro y las perspectivas de inflación.
Los banqueros de la Fed ya han señalado un segundo aumento de 75 puntos básicos en las tasas de interés este mes en medio de una inflación persistente, así como un crecimiento aún sólido del empleo y los salarios. Incluso antes de que se publicaran los datos, los operadores ya habían descontado completamente un aumento de tres cuartos de punto porcentual para julio.
Los precios de los alimentos, experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10,4 % en un año. Junto con la energía, ambos rubros han registrado una fuerte escalada debido a la inestabilidad generada por la invasión rusa a Ucrania en febrero.
Además de erosionar el poder adquisitivo de los estadounidenses, el alza de la inflación representa una amenaza para el crecimiento pues el consumo es el principal motor de la mayor economía mundial.
Pero también golpea la popularidad de Joe Biden, a pocos meses de las elecciones de medio mandato.
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