La inflación no dio tregua y cerró 2022 con una variación del 13,12 %
Nuevamente, esta cifra está siendo impulsada por el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas, que creció 27,81 % el año pasado. ¿Cuáles son las ciudades en donde está pegando más duro la inflación, y qué hacer para detenerla?
Se tenía la esperanza de que al finalizar 2022 la inflación se estancara, o incluso mostrara un leve decrecimiento tras un año marcado por aumentos que llegaron a niveles históricos. Pero no fue así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC, que es el que mide la variación de precios de los productos y servicios que componen la canasta básica familiar) cerró el año en un 13,12 %. Una cifra similar no se experimentaba desde marzo de 1999, cuando la carestía llegó al 13,51 %.
El aumento es considerable, si se tiene en cuenta que el año 2021 cerró con una inflación del 5,62 % (y ya para la fecha se venía experimentando la constante alza de los precios). Solo el mes de diciembre reportó un un aumento de 1,26 %, que también es superior al 0,73 % que se registró en el mismo mes del año pasado.
Lea también: El Banco de la República cierra el año en punta: tasas de interés suben a 12 %
Si se mira por divisiones de gasto, alimentos y bebidas no alcohólicas es la que más jalonó el aumento en el costo de vida de los colombianos, pues la carestía de sus productos creció un 27,81 % en 2022 (con un aporte de 4,88 puntos porcentuales a ese 13,12 % con el que se cerró 2022). A esta la siguen restaurantes y hoteles (18,54 % y 1,84 pp) y artículos para el hogar y para la conservación de la vida ordinaria (18,25 % y 0,73 pp).
Por debajo de la media de la inflación total se encuentran los rubros de bienes y servicios diversos (13,09 % y 0,69 pp), transporte (11,59 % y 1,49 pp), prendas de vestir y calzado (11,22 % y 0,38 pp), salud (9,53 % y 0,16 pp), bebidas alcohólicas y tabaco (8,37 % y 0,,14 pp), recreación y cultura (8,36 % y 0,30 pp), alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (6,94 % y 2,25 pp), educación (5,98 % y 0,24 pp) e información y comunicación (0,25 % y 0,01 pp).
En suma, en 2022 todo subió de precio.
Le puede interesar: La inflación está reduciendo el consumo de lácteos en el país
No es exagerado decir que el aumento de los precios está desbordado, pues la cifra consolidada sobrepasa las previsiones hechas por los principales analistas en el mismo mes de diciembre. Los más conservadores pensaron que esta podría cerrar el año en 12,37 %, otros más moderados le apuntaron a un 12,62 %, mientras que los más extremistas previeron un alza del 12,86 %.
Las ciudades más golpeadas por la inflación
También hay una verdad que acompaña a este indicador, y es que la carestía de los principales productos y servicios que componen la canasta familiar de los colombianos no afecta a todos por igual.
Una manera de entender esto es revisando el diferencial de la cifra por ciudades. El territorio en el país que más sufrió el flagelo de la inflación es Cúcuta, que registró una variación anual del 16,34 %. A esta la siguió Sincelejo (15,83 %), Valledupar (15,53 %), Riohacha (15,52 %), Montería (15,38 %) y Cartagena (14,33 %).
El listado de los menos afectados por la carestía lo lidera Bogotá, con un repunte del 12,35 %, seguida de Manizales (12,61 %), Medellín (12,75 %), Bucaramanga (13,28 %) y Pasto (13,28 %).
En Cúcuta, lo que más impulsó la inflación fueron las comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio, con una variación de 23,95 % y una contribución de 1,62 puntos porcentuales. También lo fue la electricidad (20,27 % y 1,02 pp), la carne de res y sus derivados (25,88 % y 0,85 pp), el arroz (55,10 % y 0,57 pp) y el arriendo (4,14 % y 0,56 pp). Hubo algunos productos y servicios que reportaron una disminución en el precio, pero estos no fueron suficientes para atajar la carestía promedio. Ejemplo de estos son los implementos médicos (-12,84 %), los aparatos de procesamiento de información y hardware (-1,09 %) y los aparatos eléctricos para el cuidado personal y su reparación (-2,28 %), entre otros.
Lea también: Que no le suban de más en el arriendo, esto es lo que debe tener en cuenta
En la capital del país el panorama es un tanto similar, pues lo que más jalonó su inflación fueron las comidas en establecimientos de servicio a la mesa, que creció 19,01 % y aportó 1,45 % a la variación promedio. También está el vehículo nuevo (20,94 % y 0,74 pp), el precio del arriendo (3,82 % y 0,52 pp), la leche (38,84 % y 0,44 pp) y la electricidad (18,49 % y 0,44 pp). También se registraron disminuciones, como en aparatos de procesamiento de información y hardware (-1,24 %), pagos por asesorías de tareas y clases dictadas por particulares (-0,77 %) e implementos médicos (-1,25 %), entre otros.
La comida está cara
Muchos hogares en el país tuvieron que cambiar la lista del mercado para intentar tasar mejor sus gastos, pues en 2022 hubo alimentos que registraron un considerable repunte en la variación de sus precios. Ejemplo de esto es la carne de res, que de enero a diciembre consolidó una carestía del 20,21 %, un nivel que no se registraba desde el año 2016.
El precio del arroz continúa ascendiendo, en una línea que parece no querer tocar techo. En 2022, su repunte fue del 54,05 %.
Otros repuntes significativos también se vieron en la yuca (88 %), la arracacha (109 %), la cebolla (106 %), y el café (52,69 %).
Hay que recordar que el aumento en los precios de los alimentos se debe, principalmente, al encarecimiento que registraron los insumos (sobre todo los importados) necesarios para su producción, esto influenciado en gran manera por el panorama macroeconómico internacional, como el conflicto en Ucrania y la disparada inflación en Estados Unidos y otras grandes economías del mundo, así como las amenazas de recesión. A esto se suma la ola invernal que enfrentó el país, la cual estuvo acompañada de serias afectaciones en las cosechas.
Menores variaciones se registraron en alimentos como la panela (4,10 %), el agua mineral envasada (8,96 %) y los concentrados para preparar refrescos (9,03 %).
La inflación es más fuerte en los hogares más pobres
La carestía de los productos no solo discrimina por ciudades, sino también por nivel de ingresos económicos. El DANE precisa que en los hogares en condición de pobreza, el peso de la inflación se sintió en un 14,92 % en 2022, mientras que los hogares vulnerables lo experimentaron en un 14,80 %.
Quienes tienen ingresos medios, la inflación fue del 13,28 %, y para los de ingresos altos esta fue del 11,52 %.
Se espera que este sea el año en el que la inflación dé tregua. Las previsiones del Banco de la República apuntan a que durante el primer trimestre se comience a experimentar los primeros descensos, cerrando el año con una variación del 7 %. Las apuestas van encaminadas a que 2024 cierre en un 4 %, por lo que experimentaríamos un descenso paulatino que incluso podrían acercarse a los que se experimentaron años atrás.
Lo cierto es que es un reto complejo, pues no solo Colombia atraviesa por un panorama complicado, sino también la región y las principales economías del mundo. Aspectos como la pandemia, la guerra en Ucrania y el cambio climático están golpeando con fuerza a la economía.
Lo más recomendable es sacar provecho a la situación y aprender a formar hábitos financieros saludables, como tasar los gastos, presupuestar mejor las compras y, en la medida de lo posible, ahorrar.
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Se tenía la esperanza de que al finalizar 2022 la inflación se estancara, o incluso mostrara un leve decrecimiento tras un año marcado por aumentos que llegaron a niveles históricos. Pero no fue así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC, que es el que mide la variación de precios de los productos y servicios que componen la canasta básica familiar) cerró el año en un 13,12 %. Una cifra similar no se experimentaba desde marzo de 1999, cuando la carestía llegó al 13,51 %.
El aumento es considerable, si se tiene en cuenta que el año 2021 cerró con una inflación del 5,62 % (y ya para la fecha se venía experimentando la constante alza de los precios). Solo el mes de diciembre reportó un un aumento de 1,26 %, que también es superior al 0,73 % que se registró en el mismo mes del año pasado.
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Si se mira por divisiones de gasto, alimentos y bebidas no alcohólicas es la que más jalonó el aumento en el costo de vida de los colombianos, pues la carestía de sus productos creció un 27,81 % en 2022 (con un aporte de 4,88 puntos porcentuales a ese 13,12 % con el que se cerró 2022). A esta la siguen restaurantes y hoteles (18,54 % y 1,84 pp) y artículos para el hogar y para la conservación de la vida ordinaria (18,25 % y 0,73 pp).
Por debajo de la media de la inflación total se encuentran los rubros de bienes y servicios diversos (13,09 % y 0,69 pp), transporte (11,59 % y 1,49 pp), prendas de vestir y calzado (11,22 % y 0,38 pp), salud (9,53 % y 0,16 pp), bebidas alcohólicas y tabaco (8,37 % y 0,,14 pp), recreación y cultura (8,36 % y 0,30 pp), alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (6,94 % y 2,25 pp), educación (5,98 % y 0,24 pp) e información y comunicación (0,25 % y 0,01 pp).
En suma, en 2022 todo subió de precio.
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No es exagerado decir que el aumento de los precios está desbordado, pues la cifra consolidada sobrepasa las previsiones hechas por los principales analistas en el mismo mes de diciembre. Los más conservadores pensaron que esta podría cerrar el año en 12,37 %, otros más moderados le apuntaron a un 12,62 %, mientras que los más extremistas previeron un alza del 12,86 %.
Las ciudades más golpeadas por la inflación
También hay una verdad que acompaña a este indicador, y es que la carestía de los principales productos y servicios que componen la canasta familiar de los colombianos no afecta a todos por igual.
Una manera de entender esto es revisando el diferencial de la cifra por ciudades. El territorio en el país que más sufrió el flagelo de la inflación es Cúcuta, que registró una variación anual del 16,34 %. A esta la siguió Sincelejo (15,83 %), Valledupar (15,53 %), Riohacha (15,52 %), Montería (15,38 %) y Cartagena (14,33 %).
El listado de los menos afectados por la carestía lo lidera Bogotá, con un repunte del 12,35 %, seguida de Manizales (12,61 %), Medellín (12,75 %), Bucaramanga (13,28 %) y Pasto (13,28 %).
En Cúcuta, lo que más impulsó la inflación fueron las comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio, con una variación de 23,95 % y una contribución de 1,62 puntos porcentuales. También lo fue la electricidad (20,27 % y 1,02 pp), la carne de res y sus derivados (25,88 % y 0,85 pp), el arroz (55,10 % y 0,57 pp) y el arriendo (4,14 % y 0,56 pp). Hubo algunos productos y servicios que reportaron una disminución en el precio, pero estos no fueron suficientes para atajar la carestía promedio. Ejemplo de estos son los implementos médicos (-12,84 %), los aparatos de procesamiento de información y hardware (-1,09 %) y los aparatos eléctricos para el cuidado personal y su reparación (-2,28 %), entre otros.
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La comida está cara
Muchos hogares en el país tuvieron que cambiar la lista del mercado para intentar tasar mejor sus gastos, pues en 2022 hubo alimentos que registraron un considerable repunte en la variación de sus precios. Ejemplo de esto es la carne de res, que de enero a diciembre consolidó una carestía del 20,21 %, un nivel que no se registraba desde el año 2016.
El precio del arroz continúa ascendiendo, en una línea que parece no querer tocar techo. En 2022, su repunte fue del 54,05 %.
Otros repuntes significativos también se vieron en la yuca (88 %), la arracacha (109 %), la cebolla (106 %), y el café (52,69 %).
Hay que recordar que el aumento en los precios de los alimentos se debe, principalmente, al encarecimiento que registraron los insumos (sobre todo los importados) necesarios para su producción, esto influenciado en gran manera por el panorama macroeconómico internacional, como el conflicto en Ucrania y la disparada inflación en Estados Unidos y otras grandes economías del mundo, así como las amenazas de recesión. A esto se suma la ola invernal que enfrentó el país, la cual estuvo acompañada de serias afectaciones en las cosechas.
Menores variaciones se registraron en alimentos como la panela (4,10 %), el agua mineral envasada (8,96 %) y los concentrados para preparar refrescos (9,03 %).
La inflación es más fuerte en los hogares más pobres
La carestía de los productos no solo discrimina por ciudades, sino también por nivel de ingresos económicos. El DANE precisa que en los hogares en condición de pobreza, el peso de la inflación se sintió en un 14,92 % en 2022, mientras que los hogares vulnerables lo experimentaron en un 14,80 %.
Quienes tienen ingresos medios, la inflación fue del 13,28 %, y para los de ingresos altos esta fue del 11,52 %.
Se espera que este sea el año en el que la inflación dé tregua. Las previsiones del Banco de la República apuntan a que durante el primer trimestre se comience a experimentar los primeros descensos, cerrando el año con una variación del 7 %. Las apuestas van encaminadas a que 2024 cierre en un 4 %, por lo que experimentaríamos un descenso paulatino que incluso podrían acercarse a los que se experimentaron años atrás.
Lo cierto es que es un reto complejo, pues no solo Colombia atraviesa por un panorama complicado, sino también la región y las principales economías del mundo. Aspectos como la pandemia, la guerra en Ucrania y el cambio climático están golpeando con fuerza a la economía.
Lo más recomendable es sacar provecho a la situación y aprender a formar hábitos financieros saludables, como tasar los gastos, presupuestar mejor las compras y, en la medida de lo posible, ahorrar.
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