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Con la promesa de “cambiar las reglas”, WOM llegó a Colombia hace algunos años para competir en el negocio de las telecomunicaciones. Precios bajos, una propaganda disruptiva enfocada a un público juvenil, sumado a un ‘rockstar’ de director ejecutivo (como en su momento lo fue Chris Bannister, quien llamó “bebés llorones” a parte de sus competidores), fue la mezcla perfecta para hacer ruido y darse a conocer.
En entrevista con El Espectador, Ramiro Lafarga, quien es el nuevo CEO de WOM, detalló que ya han consolidado una inversión de US$790 millones en Colombia, lo que les ha permitido invertir en infraestructura, superando las 4.000 antenas instaladas y sobrepasando la barrera de los dos millones de usuarios.
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Lafarga celebra el tiempo récord en el que alcanzaron este desarrollo pues, en sus palabras “lo que a nosotros nos tardó dos años, a otros operadores les ha tomado décadas”. También resalta que cuentan con una red de antenas de última generación, lo que les permite “un performance muy alto en lo que es la transmisión de tráfico y consistencia en la velocidad 4G”, detalla.
Más allá de los calificativos que, en un momento, emitió el antiguo CEO de esta empresa, la entrada de WOM en el vecindario de los operadores de telefonía en Colombia no ha sido sencilla. Hacia finales del año pasado el intercambio de acusaciones con Claro fue evidente.
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Por un lado WOM aseguró que Claro estaba obstaculizando las llamadas que realizaban sus clientes, incumpliendo así una orden emitida por la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC). “El efecto es tan nocivo que hoy en día más del 50 % de las llamadas que se realizan entre WOM y Claro se ven afectadas, impactando gravemente a los usuarios que han visto como un servicio público esencial es degradado por la simple decisión de una empresa privada que actúa en contravía de todo el marco normativo vigente”, comunicó WOM en su momento.
Por su parte Claro acusó a su competidor de cometer fraude, al aprovechar su condición de “operador entrante”. La premisa de Claro es que Wom, al ser un operador nuevo, tiene ciertas ventajas para poder entrar en la competencia, como, por ejemplo, tarifas más bajas de interconexión. Según Claro, Wom está haciendo pasar llamadas de Avantel (un operador ya establecido) como llamadas de Wom para obtener dichos beneficios.
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Adicionalmente, según Claro, Wom debía presentarle a la CRC un sistema para poder hacer seguimiento a las llamadas de manera que se pueda verificar si estas se hacen desde un Avantel o un WOM.
Sin embargo, Lafarga cree que para el desarrollo de las telecomunicaciones en Colombia es crucial crear alianzas, y no divisiones. Y tiene razón, pues la topografía colombiana (en algunos casos también la falta de inversión) dificulta el despliegue de las redes, como lo puede ser la instalación de antenas en sitios remotos, o la extensión de cable de fibra óptica.
Este panorama obliga a los operadores a compartir las antenas, pues es más viable que entre dos o tres se alíen e inviertan, a que solo uno asuma este costo. Si no es con esta fórmula, es difícil que el despliegue de las redes de telecomunicaciones avance en el país.
Sin embargo, WOM también ve en esta realidad una oportunidad de negocio, pues cree que tiene el potencial de ganar usuarios en territorios donde no han llegado sus competidores.
“Nuestra promesa de servicio trasciende a todos los estratos de Colombia. No es privativo de nadie”, afirma Lafarga.
El potencial de 5G
La nueva generación de tecnología de telecomunicaciones, 5G, ya es una realidad en varios países del mundo, en donde sus habitantes están experimentando las grandes velocidades de descarga, navegación y los reducidos tiempos de latencia (que es el potencial que tiene este nuevo desarrollo al compararlo con el 4G).
En Colombia esta continúa en su fase piloto, ya que el Ministerio de las TIC ha habilitado parte del espectro para que varios operadores experimenten con el 5G, y así vayan madurando sus apuestas en materia de servicios (ciudades inteligentes) y comercial.
Sin embargo, es cuestión de tiempo para que arranque su despliegue masivo en el país. Según Lafarga, WOM ya cuenta con una ventaja en esta materia, pues un considerable número de sus 4.000 antenas son compatibles para transicionar hacia el 5G, ventaja que no tienen otros operadores, los cuales tendrían que hacer una considerable inversión para actualizar su infraestructura tecnológica.
De momento, WOM continúa trabajando para hacerse un lugar entre los principales operadores de telefonía en el país, en donde compite fuertemente con empresas como Claro, Tigo y Movistar. “Cambiar las reglas” ha sido su slogan durante los últimos años, y la verdad es que ha conseguido parte de esto obligando a que el mercado baje sus tarifas para ser más competitivo.
Pero, más allá del precio, el usuario también busca calidad en el servicio y variedad en los productos que contrata, un reto en el que WOM continúa trabajando.
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