2023 será el año de las reformas. Así lo ha dado a conocer el gobierno de Gustavo Petro al anunciar que en los próximos meses comenzarán a presentarse en el congreso las reformas que engloban las apuestas del actual mandato para el país. Dentro de estas figura la reforma a las pensiones, a la salud y al trabajo.
Sobre esta última, la ministra Gloria Inés Ramírez informó que el 16 de marzo se dará a conocer la propuesta, pues esta aún sigue construyéndose gracias a los diálogos y aportes que han surgido desde diferentes sectores.
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Lo cierto es que muchos expertos coinciden, entre estos la Misión de Empleo contratada por el anterior Mintrabajo, que Colombia necesita una reforma laboral, pues hay problemas que son más que evidentes: altos índices de informalidad (actualmente rondan el 58 %), y una amplia lista de falta de garantías en aspectos como el judicial, la salud, la seguridad social, la asociación sindical, acceso a pensiones, remuneración justa y superación de brechas salariales.
Sobre esto el Ministerio del Trabajo ha adelantado varios acercamientos para reunir las recomendaciones que necesita la formulación de la reforma laboral. Lo que ha encontrado ha sido una verdadera lluvia de ideas. En este artículo recopilamos las principales que se han dado a conocer hasta el momento.
Regulación de plataformas tecnológicas
Con la llegada y la creación de empresas como Uber y Rappi, entre otras, Colombia se enfrentó a una realidad para la que, por obvias razones, su marco laboral regulatorio no estaba preparado. Esto ha estado acompañado de una serie de grises que piden ser resueltos.
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Esta semana la ministra de Trabajo se ha reunido con la ministra de las TIC, Sandra Urrutia, para determinar cuáles son las regulaciones que se necesitan en este aspecto. Según lo dicho por Ramírez, parte de lo que se está buscando es que estos trabajadores tengan derecho a seguridad social, así como acceso a salud y pensiones, ya que algunas plataformas se escudan en el hecho de decir que son intermediarias, y por lo tanto no existe una relación laboral directa (aunque hay quienes cuestionan esto) que las haga responsables de aportar en estas prestaciones.
Se estima que unas 700 empresas tecnológicas en el país se verían impactadas por esta regulación.
Las propuestas de las centrales obreras
Esta semana las centrales obreras CUT, CGT Y CTC presentaron un informe con las recomendaciones que le hacen al Ministerio del Trabajo en la elaboración de la propuesta de reforma laboral.
Según lo explicado por Francisco Maltés, presidente de la CUT, es importante que el marco regulatorio de Colombia permita la mitigación de los altos índices de informalidad que hay en el país, pues actualmente casi seis de cada diez ocupados son informales.
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Para las centrales obreras también es importante que se avance en garantías que permitan la asociación sindical, se reconozca un salario a quienes dirigen dichas asociaciones, y se garantice el derecho a la protesta y a la huelga.
Las centrales obreras también piden que se avance en garantías que permitan la formalización del empleo en el sector rural. También se suma a la propuesta de que se vuelva a las jornadas de trabajo diurno desde las seis de la mañana y de trabajo nocturno desde las seis de la noche. Esto permitiría una real garantía para el pago de los recargos nocturnos, las horas extra, los dominicales y festivos.
A sus propuestas agregan que los contratos de aprendizaje sean contratos laborales que incluyan garantías de seguridad social, salario y demás obligaciones de orden legal.
Las propuestas de Fenalco
La Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) también destapó sus cartas en torno a este tema, en las que se une a urgencia de reducir la informalidad, amén de que se generen mejores condiciones en pro de reducir la tasa de desempleo.
“Es necesario acercar la oferta laboral a la demanda, de forma tal que se
garantice que el mercado tenga incentivos suficientes para absorber a las personas
desempleadas y, además, que aquellas personas que hoy son contratadas fuera de la legalidad o, en condiciones de informalidad, accedan a los beneficios de contar con contratos de trabajo ajustados, en todo, a la ley”, recomienda la federación.
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En su decálogo de propuestas también se encuentra la externalización de servicios (como figura para vincular laboralmente a más personas), la eliminación del recargo nocturno para empresas que naturalmente laboran en esa franja horaria, la formalización del trabajo de tiempo parcial, garantías de estabilidad laboral para grupos poblacionales que puedan ser objeto de discriminación, contratos de aprendizaje (en donde se discrimne a las empresas que no requieren de este tipo de personal y se creen condiciones para dar continuidad de trabajo en las que sí), la creación de preavisos de renuncia para trabajadores que decidan hacerlo sin justa causa, regulación de los modelos híbridos de trabajo, plataformas digitales y la inclusión de nuevas definiciones en la ley.
Las recomendaciones de la CIDH
Organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se han sumado a las recomendaciones. Este jueves dicho organismo entregó al Ministerio del Trabajo sus observaciones, entre las que figura la protección del derecho a la huelga, la regulación del trabajo mediante plataformas digitales, la lucha contra el trabajo infantil, la estabilidad laboral y el trabajo digno y decente, entre otros.
“La Reforma laboral debe estar acorde a las obligaciones del estado Colombiano frente a la convención americana sobre derechos humanos y el pacto de San Salvador en materia de derechos sociales”, dijo Soledad García, quien es la relatora para derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la CIDH.
En suma, Colombia estaría próxima a enfrentar un verdadero remezón en la legislación laboral. Sin embargo, hay que tener en cuenta las observaciones hechas el año pasado por la Misión de Empleo, en las que se dijo que no existe cosa tal como una reforma mágica que responda a todas las necesidades que tiene el mercado laboral colombiano. Para la misión, Colombia necesita una serie de reformas coordinadas que atiendan los diversos rubros que componen este sector de la economía, amén de un trabajo que incluso podría demandar políticas públicas en las que se continúen trabajando en los próximos años.
En otras palabras, el problema a resolver no es tan fácil como parece.
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