¿La moda rápida, “fast fashion”, tiene los días contados? Europa apuesta a que sí
“La moda rápida debería estar pasada de moda”, afirmó la Comisión Europea durante la presentación de un paquete de medidas que busca hacer cambios radicales en el sector textil.
Lucety Carreño Rojas
La Comisión Europea presentó este miércoles, 30 de marzo, un paquete de propuestas del Pacto Verde Europeo, que pretende fomentar la economía circular y que los consumidores tengan las herramientas para tomar mejores decisiones sobre la sostenibilidad.
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La Comisión Europea presentó este miércoles, 30 de marzo, un paquete de propuestas del Pacto Verde Europeo, que pretende fomentar la economía circular y que los consumidores tengan las herramientas para tomar mejores decisiones sobre la sostenibilidad.
La propuesta de la UE sobre el diseño ecológico establece nuevos requisitos para hacer que los productos, como teléfonos, computadores, mueble y ropa, sean más “duraderos, fiables, reutilizables, actualizables, reparables, más fáciles de mantener, renovar y reciclar, y eficientes en el uso de la energía y los recursos”.
Con la información específica de los productos se garantizará que los consumidores conozcan el impacto medioambiental de sus compras. Además, los productos regulados tendrán pasaportes digitales de productos, “lo que facilitará su reparación o reciclado y el seguimiento de las sustancias preocupantes en toda la cadena de suministro”, según indican las nuevas reglas propuestas por la Comisión Europea.
El paquete de medidas también quiere acabar con la destrucción de bienes de consumo no vendidos y ofrecer incentivos para los productos sostenibles. De acuerdo con la Comisión Europea, las propuestas se basan en el éxito de las actuales normas de diseño ecológico, que han generado reducciones del consumo de energía y ahorro para los consumidores.
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“Solo en 2021, los requisitos de diseño ecológico vigentes permitieron ahorrar a los consumidores 120.000 millones de euros. Las normas también han permitido reducir en un 10 % el consumo anual de energía de los productos que entran en su ámbito de aplicación”, dice el comunicado de la Comisión Europea.
¿Por qué la moda?
Para empezar, la moda rápida o fast fashion consiste en la premisa de comprar, usar y tirar. Por lo general, son prendas económicas y en tendencia que ofrecen algunas tiendas. En cambio, la moda sostenible, moda consciente o moda responsable son los procesos industriales que han adoptado buenas prácticas sociales, ambientales y económicas con los actores de la cadena y las materias primas que se emplean.
La moda sostenible tomó relevancia tras la tragedia del 24 de abril de 2013, en Daca, capital de Bangladés, cuando se derrumbó el complejo textil Rana Plaza. Murieron 1.138 personas, la mayoría mujeres, y más de 2.000 resultaron heridas, en un colapso considerado como la peor tragedia de la industria textil, pues evidenció las deplorables condiciones laborales a las que estaban sometidos los trabajadores, que ganaban menos de US$50 al mes. La tragedia le mostró al mundo la peor faceta de la industria y llevó a que diseñadores, activistas y todos los eslabones del sector buscaran y ofrecieran alternativas desde lo ambiental hasta las buenas prácticas laborales.
La ONU ha mencionado los impactos ambientales de la industria de la moda, como ser la segunda industria más contaminante después de la petrolera (una afirmación debatible para algunos expertos) o que para confeccionar unos jeans se requieren unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años. “Ese es sólo uno de los varios hallazgos alarmantes de un estudio ambiental reciente que revela que el costo de estar siempre a la moda es mucho más caro que el precio monetario que pagamos por ello”, asegura la ONU.
También dice que el sector del vestido usa 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan cinco millones de personas, que es responsable del 20 % del desperdicio total de agua a nivel global, que la producción de ropa y calzado produce el 8 % de los gases de efecto invernadero y que cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
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Tras ese contexto, la industria textil y de la moda cuenta con un apartado en el paquete que presentó este miércoles la Comisión Europea. La estrategia en el tema de la moda busca “hacer que los textiles sean más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables” para luchar contra la moda rápida, los residuos textiles y la destrucción de los productos que no se venden. Además, busca que la producción respete los derechos laborales, especialmente de las mujeres, pues son las que más componen el sector.
“El consumo europeo de productos textiles ejerce el cuarto mayor impacto en el medio ambiente y el cambio climático, después de la alimentación, la vivienda y los transportes”, aseguró el organismo. Además, es el tercer sector que más genera consumo de agua y uso del suelo, y el quinto en utilización de materias primas.
La “Estrategia de la UE sobre los Productos Textiles Sostenibles y Circulares” establece objetivos y medidas para que en 2030, “los productos textiles comercializados en la UE sean de larga duración y reciclables y estén fabricados en la medida de lo posible con fibras recicladas, sin sustancias peligrosas y producidos respetando los derechos sociales y el medio ambiente”.
La idea es que los consumidores europeos disfruten más tiempo sus productos textiles porque serán hechos bajo estándares de alta calidad. “La moda rápida debería estar pasada de moda”, afirmó la UE.
También se buscará una mejor y mayor disponibilidad de servicios de reutilización y reparación rentables. “En un sector textil competitivo, resiliente e innovador, los fabricantes deben asumir la responsabilidad de sus productos en toda la cadena de valor, incluso tras convertirse en residuos”.
Para ello, la estrategia contempla el trabajo en equipo para que la industria cumpla con ese proceso de transición. “Se trata de una herramienta de colaboración esencial para ayudar a la industria a recuperarse de los efectos negativos de la pandemia del COVID-19, que ha afectado a las empresas en su funcionamiento cotidiano durante los últimos do años”.
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En cuanto a medidas concretas para llevar a cabo el objetivo, se buscará la implementación de diseño ecológico para los textiles, etiquetas claras con información de la elaboración de la prenda, pasaporte digital de productos y un régimen ampliado obligatorio de la UE de responsabilidad de los productores.
La UE también les pide a las empresas que lancen menos colecciones anuales, asuman su responsabilidad y actúen para reducir su impacto ambiental. A los Estados miembros, la UE les recomienda que adopten medidas fiscales que favorezcan al sector de la reutilización y la reparación.
Sobre la propuesta de la UE, que serán debatidas ahora por el Consejo y el Parlamento Europeo, Valentina Suárez, diseñadora de moda y creadora de Universo Mola, celebró la noticia y aseguró que “significa que volvemos a hacer productos para la vida y no desechables. Al menos en un territorio como UK en donde hay un consumo tremendo de fast fashion me encanta porque volvemos a la década de los 50″.
Por su parte, Liliana Mejía, abogada y experta en sostenibilidad, aseguró que “‘La ley es fuerza’ y es un factor determinante para el tránsito hacia la sostenibilidad. Recuerda, además, que el tránsito hacia la sostenibilidad en las empresas ha sido históricamente voluntario. Ahora, uno de los impulsores de la sostenibilidad empresarial es la ley”.
Mejía también recordó que desde hace un tiempo la Comunidad Europea viene planteando metas en términos de reciclaje textil. “Por ejemplo, Inglaterra, aunque ya no esté en la Comunidad Europea, prohibió la incineración de prendas no vendidas o España dice que no volverá a enviar toneladas de ropa hacia África. Mi pregunta es: ¿quén está dispuesto a pagar por reciclar?”
La experta asegura que más que dañar el negocio de la moda rápida es un llamado al tránsito. Sin embargo, no cree que sea tan sencillo.
En línea con Mejía, Suárez mencionó que las empresas tendrán que reajustar su modelo de negocio porque el actual “degrada al ser humano y al medio ambiente”. El objetivo, según Suárez, es que haya menos producción y mayor calidad, “mayor impacto a nivel social y un mejoramiento de nuestra Tierra. El sobreconsumo y la sobre producción de las marcas de fast fashion es lo que se debe cambiar”, puntualizó.