Colombia debe dejar atrás una industria basada en lo minero-energético, para empezar a impulsar la agroindustria, petroquímicos más allá de los combustibles, la moda y la confección, los bienes de alto valor agregado y los servicios profesionales. Esta fue la conclusión de las intervenciones de dos altos funcionarios del Gobierno en el marco del foro ‘Política de Reindustrialización’, llevado a cabo este miércoles en la Universidad del Rosario.
El evento contó con las intervenciones de Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Crédito Público, y de Germán Umaña, ministro de Comercio, Industria y Turismo, quienes explicaron las apuestas productivas que contempla el Gobierno en el marco de la política de reindustrialización.
Palabras más, palabras menos, los ministros coincidieron en que el aparato productivo del país tiene el reto de recuperar su industria, un renglón que -según comentó Ricardo Bonilla- llegó a aportar un 24 % del Producto Interno Bruto, pero que hoy solo aporta la mitad (12 %).
En un breve repaso por la historia de la industria colombiana, Bonilla señaló que Colombia se “desindustrializó” al punto que los sectores básicos son lo único que mueve al aparato productivo nacional. “Nos quedamos con un sector industrial donde lo más importante es alimentos, bebidas y tabaco. Algo de bienes intermedios, una buena industria química y siderúrgica, pero insuficiente. Y nos quedamos cojos en todo lo que es metalmecánica, es decir, bienes de consumo durable y equipos”, afirmó el ministro.
Bonilla agregó, además, que “la oferta exportable del futuro está en la industria de los servicios inteligentes. No está en el petróleo y el carbón. En 15 años tendremos que ver con qué sustituir el petróleo y el carbón, y esa es la base de la política (de reindustrialización)”.
Dicha política, en palabras de Germán Umaña, ministro de Comercio, Industria y Turismo, pretende cambiar el modelo de desarrollo del país, con miras a atacar tres problemas de la competitividad.
“Hemos perdido potencialidad en el desarrollo del sector secundario; no nos incorporamos a las revoluciones industriales en el sector terciario, de servicios con alto valor agregado y la incorporación de progreso técnico, y no nos adecuamos a las nuevas reglas del comercio internacional”, precisó Umaña.
De acuerdo con el ministro de Comercio, Industria y Turismo, “la ecuación es cambiar el modelo minero-energético por un modelo de crecimiento en los sectores productivos, industriales y servicios con alto valor agregado, software, servicios profesionales y empresariales”.
Finalmente, Umaña cuestionó a quienes califican la política de reindustrialización del Gobierno (que incluye el fomento a la inversión en la mediana y pequeña empresa, así como su inserción en las cadenas de valor) como “proteccionista”, manifestando que en países como China y otros bloques han multiplicado hasta en un 500 % los subsidios para el sector agrícola, la industria, las tecnologías, el sector financiero, la infraestructura o los servicios.
“Los subsidios que se reciben en esos países nos quitan competitividad a nuestras exportaciones y a los mercados internacionales”, fue la reflexión de Umaña, quien insistió que, ante este panorama, el aparato productivo colombiano debe mirar a la industria.
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