La paradoja del crecimiento (lento) con destrucción de empleo

Un efecto tardío del bajo crecimiento en años anteriores, el alto aumento del salario mínimo y las nuevas tecnologías puede estar entre las razones de la destrucción de puestos de trabajo.

Jaime Tenjo*
04 de septiembre de 2019 - 03:00 a. m.
La cifra de desempleo de julio fue la más alta para ese mes desde 2012. / Archivo
La cifra de desempleo de julio fue la más alta para ese mes desde 2012. / Archivo
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Según el último boletín de empleo del DANE, en el mes de julio la tasa nacional de desempleo llegó a 10,7 %, un incremento de un punto porcentual con respecto al mismo mes del año anterior. En las 13 áreas metropolitanas también hubo un aumento, aunque un poco menor. Estas variaciones suceden a pesar de que las tasas de participación descendieron 0,6 y 0,7 puntos porcentuales. En otras palabras, aumentó el desempleo a pesar de que hay, relativamente hablando, menos trabajadores en el mercado.

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Lo que está sucediendo es que, al mismo tiempo que la economía crece, aunque lentamente, se están destruyendo empleos. Los datos del DANE muestran que en los dos trimestres de este año el PIB creció más o menos 3 % cada trimestre. Sin embargo, durante los últimos cuatro meses (abril, mayo, junio y julio) se destruyeron empleos en un promedio de 320.000 mensuales, aproximadamente, con respecto a los mismos meses de 2018.

A nivel sectorial esto es importante. Cuando se compara el crecimiento sectorial del PIB de segundo trimestre de 2019 y el del empleo, se encuentra que en casi todos ellos hubo pérdida de empleo. Mas específicamente, los sectores de mayor crecimiento del PIB fueron el comercio, la información, el transporte y las comunicaciones, el sector financiero y el de actividades inmobiliarias (con crecimientos de 4,8, 4,2, 4,6 y 3,1 % en el PIB, respectivamente) y en todos ellos, excepto el financiero, se destruyó empleo (a tasas de -1,4, -3,3, 1,9 y -7,1 %). La construcción tuvo un crecimiento modesto (0,6 %), pero su empleo se comportó satisfactoriamente (creció al 13,6 %).

En términos de ocupaciones, es interesante ver que mientras el empleo asalariado privado aumentó, en el Gobierno disminuyó. Esto probablemente como consecuencia de las medidas de restricción del gasto implementadas. El empleo del Gobierno representó una cuarta parte de la caída en el empleo total. Sin embargo, el rubro en el que mayor fue la pérdida de empleo fue el de trabajadores independientes, un buen número de los cuales probablemente trabajaban como consultores, contratistas por órdenes de trabajo u otras formas de contratación en el sector privado o con el Gobierno.

Aparentemente nos encontramos ante una situación paradójica en la que la economía crece, aunque lentamente, pero el empleo disminuye. No es la primera vez que esto sucede. Ya en 2005-06 tuvimos una situación parecida. Este fenómeno puede suceder en el corto plazo porque el mercado laboral generalmente reacciona con retrasos frente a lo que sucede en la economía y a choques exógenos. En la coyuntura actual tenemos que la economía atravesó dos años de muy bajo crecimiento (2017 y 2018) y solo en el 2019 se aceleró un poco. Por lo tanto, es posible que todavía estemos sintiendo el efecto de ese letárgico crecimiento de años anteriores.

Otro factor que no se debe descartar es el significativo aumento del salario mínimo en diciembre pasado, el más grande en términos reales de los últimos años. Si estos dos factores son los que están detrás de la pérdida de empleo, no lo sabemos, pero lo que pase en el segundo semestre del año nos dará luces. Sin embargo, algunas exploraciones preliminares parecen indicar que también hay factores estructurales de largo plazo que han disminuido la elasticidad empleo del PIB (cuánto empleo genera el crecimiento del PIB) y sobre los cuales sabemos muy poco.

Asimismo, es importante pensar en otras explicaciones complementarias. Una que parece interesante es la relacionada con el cambio tecnológico y la implementación de las tecnologías de la información. Cuando uno mira los sectores ya mencionados en los que hubo crecimiento, pero al mismo tiempo se destruyeron empleos, parece que se trata de los mejores candidatos para ser los sectores en donde el cambio tecnológico desplaza más trabajadores. Por ejemplo, en el comercio (que fue el de mayor crecimiento del PIB) se ha desarrollado muy rápidamente el e-commerce (comercio electrónico); en el sector de información, transporte y comunicaciones y en actividades inmobiliarias probablemente ha sucedido lo mismo con la multitud de plataformas de diferentes tipos disponibles recientemente. Es posible que estas tecnologías ya hayan empezado a reemplazar trabajadores. Desafortunadamente, no hay aún suficiente información para estudiar a fondo este tipo de hipótesis, pero es importante comenzar a hacerlo porque desde hace ya varios años sabemos que en algún momento vamos a tener que afrontar los efectos laborales de las nuevas tecnologías.

Como conclusión podemos decir que sí sabemos lo que explica directamente el crecimiento del desempleo de los últimos años: es la destrucción de empleos que está ocurriendo en la economía a pesar de la lenta recuperación que parece estar ocurriendo. Esto les quita peso a otras explicaciones, como la de la inmigración de población venezolana. Lo que no es claro es por qué se destruyen empleos y por qué la economía ha venido perdiendo su capacidad de hacer que el crecimiento económico redunde en mayores niveles de empleo.

* Director del Departamento de Economía, Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Por Jaime Tenjo*

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