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La reforma pensional comienza su paso por la Cámara de Representantes, después de que el proyecto recibiera el visto bueno del Senado el mes pasado.
La iniciativa deberá superar dos debates, uno en la Comisión Séptima, además del de plenaria.
Aunque aún no está fija la fecha para el comienzo de las discusiones, los engranajes del aparato legislativo en la Cámara ya comenzaron a moverse para la discusión de la reforma.
En primer lugar, ya se conocen los ponentes del proyecto en la Comisión. Vale la pena aclarar que el proyecto de ley tiene un plazo máximo del 20 de junio para pasar las dos discusiones faltantes.
Martha Alfonso, representante del Pacto Histórico, será la coordinadora ponente.
Los demás ponentes de la iniciativa, son:
- Héctor David Chaparro, del Partido Liberal.
- Juan Felipe Corzo, Centro Democrático.
- Alfredo Mondragón, Pacto Histórico.
- Betsy Pérez, Cambio Radical.
- Jorge Alexander Quevedo, Partido Conservador.
- Germán Gómez, Comunes.
- Víctor Manuel Salcedo, Partido de la U.
- Juan Carlos Vargas, curules de paz.
- Leider Alexánder Vásquez, Pacto Histórico.
Estos son los representantes que deben preparar la ponencia que se estudiará en la Comisión Séptima.
Además de la redacción de la ponencia, la Cámara también realizará este martes 14 de mayo una audiencia pública para discutir el proyecto. A este evento están citados Jaime Dussan Barrera, presidente Colpensiones; Santiago Montenegro Trujillo, presidente Asofondos; Gloria Inés Ramírez Ríos, ministra de Trabajo; Ricardo Bonilla González, ministro de Hacienda.
¿Cuáles son los puntos duros de la reforma en la Cámara?
Para este punto, sobre lo aprobado en el Senado, las dos grandes tensiones que tendrá que resolver la Cámara (y no las únicas, hay que decirlo) son el umbral de cotización a Colpensiones y la entrada en vigencia del nuevo sistema pensional que crearía la reforma.
En un principio, la reforma planteó un umbral de cotización obligatorio a Colpensiones de tres salarios mínimos. Durante el debate de la iniciativa, una multitud de analistas advirtió que esta cifra no debería ser de más de 1,5 salarios mínimos. Y luego de intensas negociaciones políticas, el texto del Senado quedó en 2,3.
Sin embargo, el presidente Gustavo Petro quiere subir este umbral a cuatro salarios mínimos y durante una alocución presidencial afirmó que así se lo pediría a la Cámara.
La propuesta de Petro de ubicar el umbral en cuatro salarios mínimos sorprende porque no sólo no estaba en el texto original de la iniciativa, sino que pertenece a los días de la campaña política.
Hasta el momento, el Ministerio de Hacienda no tiene un concepto fiscal de cuánto costaría elevar el umbral de cotización. Y esto puede resultar inquietante, por decir lo menos. Aunque puede que en la audiencia de este martes se diga algo al respecto.
¿Cuál es el problema con el umbral de cotización?
Como parte del pilar contributivo, la reforma establece que los aportes de todos los trabajadores formales del país se dividirían en dos vertientes, por decirlo de una forma:
Una porción se iría, obligatoriamente, para Colpensiones, y otra para los fondos privados de pensión (las llamadas AFP).
La porción que se iría para Colpensiones es, en el texto aprobado por el Senado, por ingresos de hasta 2,3 salarios mínimos. La idea de Petro es elevar esta cifra a cuatro salarios mínimos.
En el universo que plantea el presidente, una persona que gane seis salarios mínimos, por ejemplo, cotizaría por los primeros cuatro en Colpensiones y la porción restante se iría para los fondos privados.
Y una persona que cotice por tres salarios mínimos lo haría solo en Colpensiones.
Ahora bien, lo problemático de subir el umbral, según prácticamente cualquier analista que no esté afiliado políticamente con el Gobierno, es que implicaría que Colpensiones asumirá las cotizaciones de más de 80 % de los trabajadores formales del país, según cálculos de Anif. En otras palabras, una porción grande de aportes actuales, pero muchísimas deudas más a pagar en el futuro en forma de pensiones con un cargo parcial al Presupuesto de la Nación.
“Aumentar el umbral del pilar público a cuatro salarios mínimos sería una muy mala idea. Acabaría de facto con la idea de los pilares, porque concentraría cerca del 95% de las cotizaciones en el régimen público o de prima media”, aseguró Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
La vigencia de la iniciativa
Pese a los argumentos de varios congresistas, el Senado aprobó que la medida entre en vigencia en julio de 2025. Así las cosas, Colpensiones tendría solo un año para prepararse para la llegada masiva de afiliados: la entidad pasará de 6,7 millones a 24,4 millones.
Para Mauricio Olivera, expresidente de Colpensiones y vicerrector administrativo y financiero de la Universidad de los Andes, no solo se trata de los retos al recibir las cotizaciones, también se les debe garantizar a los usuarios el acceso a su historia laboral, un proceso óptimo para el traslado, atención oportuna y a largo plazo el andamiaje institucional que permita liquidar las pensiones junto con las AFP sin mayores traumatismos.
Si bien el Gobierno ha defendido que el tiempo es suficiente porque desde ya se están preparando, persisten las dudas. La improvisación, asegura Olivera, puede afectar a los afiliados. Oliver Pardo, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, coincide en que un año es muy poco tiempo para asumir los desafíos administrativos, logísticos, institucionales, económicos y tecnológicos.
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