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Imagine el espectro radioeléctrico como una red de autopistas: algunas permiten a las telecomunicaciones llegar muy lejos, pero a una velocidad baja, o viajar muy rápido, pero a través de cortas distancias. Hace poco más de una semana, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic) y la Agencia Nacional del Espectro (ANE) anunciaron el inicio del proceso de subasta de la banda de 700 MHz, una porción que combina características que la hacen ser la más codiciada por los operadores móviles. Su importancia radica en que ofrece grandes coberturas y es menos susceptible a las interferencias, al tiempo que permite viajar a altas velocidades. Tener un poco de ese espectro les permitiría a las compañías prestar mejores servicios y llegar a más partes del país y a más usuarios.
Se trata de una puja que el Gobierno ya había intentado adelantar en 2015, pero cuyo debate durante 2016 estuvo congelado. En esta ocasión, el proceso se inició con la publicación de un proyecto de resolución y otro de decreto para que sean consultados públicamente hasta el próximo mes. Mientras algunos de los operadores siguen estudiando la norma, otros, como Claro, ya se pronunciaron. “La subasta de espectro debe buscar condiciones e incentivos de inversión que continúen promoviendo altos beneficios a los usuarios”, expresó Juan Carlos Archila, presidente de América Móvil Colombia y vicepresidente ejecutivo de relaciones internacionales de América Móvil.
“Sin perjuicio de los comentarios que presentemos en la discusión de las condiciones del proceso de asignación de espectro, es fundamental que previamente se hayan expedido medidas para controlar la dominancia en el mercado móvil, situación advertida por la propia Comisión de Regulación de Comunicaciones. De lo contrario, se pondría un recurso escaso en un mercado que no tiene al menos condiciones regulatorias que corrijan una situación de concentración”, afirmaron voceros de Telefónica Movistar.
Pero el jugador del mercado que no tardó en pronunciarse específicamente sobre una de las propuestas del Mintic y la ANE fue Tigo Une. Esta empresa, producto de una fusión llevada a cabo en 2014 y que buscó, entre otras cosas, la convergencia de servicios fijos y móviles, no está muy contenta puesto que considera que el Gobierno está cambiando “injustamente” las reglas de juego. La razón es que uno de los condicionantes de la fusión de 2014 fue precisamente la devolución de espectro radioeléctrico. El máximo que se les permite a los operadores tener en las bandas altas —aquellas que permiten ir muy rápido pero en cortas distancias— es 85 MHz. Al unirse, Tigo Une superó en 50 MHz ese tope y tuvo que empezar a retirar a sus usuarios de esa porción para devolvérsela al Gobierno.
El proyecto de decreto que expidió el Mintic propone que el tope en bandas altas quede en 90 MHz y que el de bandas bajas pase de 30 MHz a 45 MHz. En estas últimas, grupo al que pertenece la banda de 700 MHz, los únicos que tienen presencia son Claro y Movistar, con 25 MHz cada uno. Es decir, muy cerca del tope, y de hecho 4G Américas (hoy 5G Américas), una organización conformada por proveedores de servicios y fabricantes de la industria de las telecomunicaciones, había advertido que con esas condiciones lo más seguro era que los dos principales operadores del país no pudieran participar por más espectro en bandas bajas.
Según el viceministro general TIC, Juan Sebastián Rozo, se proyecta que este año Tigo Une termine definitivamente la devolución del espectro. Agregó, durante la presentación de los borradores, que con las condiciones propuestas por el Gobierno todos los operadores podrían participar: “Son cuatro los bloques de espectro que se pondrán a disposición y todos podrán participar. Se adjudicará a quien mejor oferta haga”. Y sobre permitir a Movistar y Claro pujar por bandas bajas, teniendo en cuenta que ya tienen presencia allí, afirmó: “Precisamente el mecanismo de los topes está para lograr que todos tengan un límite y que todos tengan oportunidad de acceder a espectro”.
Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Une, señaló en diálogo con El Espectador que “nos tocó devolver 50 MHz. Durante dos años hemos trabajado para devolver al Gobierno ese espectro, hemos tenido que mover usuarios y cambiar servicios, y no nos parece justo que habiendo terminado ese proceso se suban los topes. Es muy difícil de digerir y aceptar”. De acuerdo con Cataldo, el total de conexiones impactadas por esa migración de espectro fueron 300.000, entre usuarios corporativos, de Gobierno y personas naturales. Según el último boletín de las TIC, Tigo cuenta con más de 1,1 millones de usuarios sólo en internet móvil.
El presidente de la compañía señaló que espera que no se modifiquen los topes y agregó: “Deberíamos como mínimo tener un acceso preferencial a las bandas bajas”. En todo caso, el Gobierno entregará, según lo anunciado, cuatro bloques de la codiciada banda: uno de 30 MHz, otro de 20 MHz y dos de 10 MHz; además, 5 MHz en la banda de 1.900 MHz (en donde Tigo Une ya tiene presencia). Habrá precios base para cada banda, que aún no han sido publicados. Con la última subasta de espectro para 4G, llevada a cabo en 2013, el Gobierno tuvo ingresos por $700.000 millones, al tiempo que el mercado pasó de tener tres operadores a ocho.