La tienda del barrio, el ombligo del mundo en tiempos de cuarentena
Estos comercios juegan un papel fundamental en la pandemia y, a grandes líneas, se mantienen con un crecimiento de 5 % durante el aislamiento.
Lucety Carreño Rojas - @LucetyC - lcarreno@elespectador.com
Paralelo al simulacro de aislamiento que decretó Bogotá y el anuncio de la cuarentena nacional (inicialmente entre el 25 de marzo y el 13 de abril), muchos colombianos entraron en pánico y atiborraron los almacenes, supermercados y plazas para abastecerse, pese a la recomendación de mantener distancia entre personas y a los informes constantes de que las cadenas de producción continuarían operando con normalidad.
El decreto de cuarentena total obligatoria del Gobierno contempló 34 excepciones entre las que quedaba claro que una persona por familia podría salir para abastecerse. Y en este escenario las tiendas de barrio, toda una institución en Latinoamérica, cobraron una relevancia aún mayor en la vida de miles de barrios y millones de personas, pues cumplen con la tarea de proveer productos alimenticios, pero evitando grandes desplazamientos y aglomeraciones. Según Fenalco hay 278.000 de estos establecimientos en el país.
“Las tiendas de barrio tienen un crecimiento muy importante en ventas a partir de la semana 11 del año, que va del 16 al 20 de marzo. Coincidiendo con la alerta mundial de la pandemia, las tiendas vendieron un 23 % más y un 40 % más en valor”, explica Inés Elena Arroyave, gerente de Tienda Registrada, una empresa que desde 2012 se encarga de medir, a través de tecnología, lo que venden las tiendas de barrio en tiempo real.
De acuerdo con las cifras de la empresa, comparado con la semana anterior, es decir, la semana 10, el gasto promedio se incrementó 49 %, pues una persona gastaba $5.500, en promedio, y en esa semana invirtió $8.100.
Esto lo confirma Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar que está realizando reportes semanales mediante encuestas telefónicas para comprender lo que la gente está comprando, dónde y cómo. La empresa define las tiendas de barrio como el ecosistema de tiendas, droguerías, famas, peluquerías y misceláneas, en las que “hubo un pico muy grande en marzo, en el que más de 70 % de los encuestados informó que compró más que el mes anterior a causa del abastecimiento”.
Por su parte, Tienda Registrada señala que en los locales de barrio que suplen las necesidades de consumo para el hogar, mínimo 50 % de las ventas son abarrotes. Son tiendas con un área máxima de 60 metros cuadrados y un mostrador. “En la tienda de barrio es muy importante la figura del tendero como influenciador de esa compra”.
Las ventas de los tenderos, según Tienda Registrada y Raddar, a partir del 23 de marzo se estabilizaron y el crecimiento se mantiene en 5 %. Si las expectativas de ventas en estos locales eran buenas para 2020 en comparación con 2019, con la situación causada por el nuevo coronavirus, son mejores. “Van a ser un canal muy importante durante el tiempo que dure la crisis. La tienda tiene características muy importantes: es cercana, la gente conoce y se siente segura con el tendero, el fiado para muchos hogares será necesario y la capacidad de pago sigue siendo orientada a la compra diaria”, puntualiza Arroyave.
En cuanto a las categorías, en el pico de consumo en la emergencia la gente compró alimentos no refrigerados y productos no perecederos, como atunes, pastas y sal. En febrero, el top cinco de productos más vendidos fueron dos referencias de arroz, gaseosa, cerveza y leche. En marzo, dos referencias de arroz, dos de leche y gaseosas. “Se reacomoda el bolsillo y ya no aparece la cerveza”, cuenta Arroyave, de acuerdo con las mediciones que hicieron en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
Wilson Arenas, propietario de una tienda de barrio en San Jorge Sur, en Bogotá, dice que ha vendido más, especialmente productos como leche, huevos y arroz. Por su parte, Alexander Vanegas, administrador de la tienda El Rey, en la misma zona, asegura que, “lo que más se vende son artículos de primera necesidad como chocolate, lenteja y café. La panela y las lentejas están muy costosas. No se está consiguiendo el alcohol porque lo están guardando para los hospitales”.
Para Herrera, de Raddar, esto indica que, “cada vez la gente compra más por necesidad. Sienten que están comprando porque les toca y no porque quieren. Se presenta una pérdida de la libertad de elegir. Los alimentos tienen crecimientos relativos, pero el tema de mantenimiento del hogar sí tiene aumentos importantes, como alcohol o desinfectante porque la gente antes no compraba esos productos”.
Por ejemplo, en aseo personal, los artículos más vendidos fueron papel higiénico y jabón. En salud, alcohol, vitaminas y productos para la gripa. En aseo de hogar tomaron fuerza los blanqueadores, lavalozas y jabones en barra.
Aunque los tenderos de las principales ciudades han aumentado sus ventas en 5 %, de acuerdo con cifras de Tienda Registrada, el panorama es otro para los que atienden en ciudades intermedias como Soacha. Yuly Caicedo, asesora comercial de los tenderos de ese municipio, asegura que sus ventas se han visto afectadas por la cuarentena. “Si presencial es difícil, al llamar a los clientes es más complicado porque no tienen tiempo o se están quejando porque les están poniendo horario de 8:00 a. m. a 3:00 p. m., para atender”.
Además, dice Caicedo, los tenderos afirman que la gente se está abasteciendo de cadenas grandes. “Dejan la tiendita para lo que les hace falta (leche, huevos), y las ventas se les han bajado casi 50 %. En una ruta normal vendo $1’600.000 y ahora estoy vendiendo entre $700.000 y $400.000”.
Las cifras de Tienda Registrada también revelan que desde el 20 de marzo solo han cerrado 5 % de las tiendas en las cuatro principales ciudades, especialmente en estratos altos.
Las demás tiendas que siguen operando tuvieron que cambiar sus horarios. Sarah Jiménez, ejecutiva comercial de Tienda Registrada, señala que no están abriendo la jornada completa, que era de 6:00 a. m. a 11:00 p. m. Ahora abren entre 7:00 a. m. y 8:00 a. m. y cierran, más o menos, a las 5:00 p. m. “Antes el pico de compra era en la noche, ahora se dan dos picos, uno al mediodía y otro al finalizar la tarde”.
Alexander Vanegas dice que la tienda que administra está cerrando a las 6:00 p. m. “Antes de mediodía era el pico porque la gente compraba lo del almuerzo, en la tarde lo de mercar y cerrábamos a las 9:00 p. m. Arenas, incluso, lo hace más temprano. “Dejo de atender a las 3:00 p. m., antes lo hacía a las 9:30 p. m. Nos toca cuidarnos y entre nosotros”.
Incluso, los tenderos también han tenido transformaciones para enfrentar la crisis, como hacer los pedidos con proveedores y aliados mediante plataformas digitales o implementar los domicilios. Según Raddar, la cantidad de personas que piden por este canal creció casi 5 % como resultado del cambio en la rutina de los hogares.
Según estimaciones de la firma Kantar, durante la cuarentena habrá crecimientos en algunas categorías. Por ejemplo, en canales de practicidad y conveniencia como el online (comercio electrónico), que se posiciona como una alternativa importante, pues los hogares se sienten menos expuestos al no salir de casa.
Los tenderos entrevistados aseguran que adoptaron las medidas de protección sanitaria recomendada por el Ministerio de Salud. Sin embargo, hacen un llamado a los clientes para que cumplan los protocolos, pues muchos quieren entrar a las tiendas sin tapabocas o hacen “conejo” y entran de a dos personas.
Paralelo al simulacro de aislamiento que decretó Bogotá y el anuncio de la cuarentena nacional (inicialmente entre el 25 de marzo y el 13 de abril), muchos colombianos entraron en pánico y atiborraron los almacenes, supermercados y plazas para abastecerse, pese a la recomendación de mantener distancia entre personas y a los informes constantes de que las cadenas de producción continuarían operando con normalidad.
El decreto de cuarentena total obligatoria del Gobierno contempló 34 excepciones entre las que quedaba claro que una persona por familia podría salir para abastecerse. Y en este escenario las tiendas de barrio, toda una institución en Latinoamérica, cobraron una relevancia aún mayor en la vida de miles de barrios y millones de personas, pues cumplen con la tarea de proveer productos alimenticios, pero evitando grandes desplazamientos y aglomeraciones. Según Fenalco hay 278.000 de estos establecimientos en el país.
“Las tiendas de barrio tienen un crecimiento muy importante en ventas a partir de la semana 11 del año, que va del 16 al 20 de marzo. Coincidiendo con la alerta mundial de la pandemia, las tiendas vendieron un 23 % más y un 40 % más en valor”, explica Inés Elena Arroyave, gerente de Tienda Registrada, una empresa que desde 2012 se encarga de medir, a través de tecnología, lo que venden las tiendas de barrio en tiempo real.
De acuerdo con las cifras de la empresa, comparado con la semana anterior, es decir, la semana 10, el gasto promedio se incrementó 49 %, pues una persona gastaba $5.500, en promedio, y en esa semana invirtió $8.100.
Esto lo confirma Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar que está realizando reportes semanales mediante encuestas telefónicas para comprender lo que la gente está comprando, dónde y cómo. La empresa define las tiendas de barrio como el ecosistema de tiendas, droguerías, famas, peluquerías y misceláneas, en las que “hubo un pico muy grande en marzo, en el que más de 70 % de los encuestados informó que compró más que el mes anterior a causa del abastecimiento”.
Por su parte, Tienda Registrada señala que en los locales de barrio que suplen las necesidades de consumo para el hogar, mínimo 50 % de las ventas son abarrotes. Son tiendas con un área máxima de 60 metros cuadrados y un mostrador. “En la tienda de barrio es muy importante la figura del tendero como influenciador de esa compra”.
Las ventas de los tenderos, según Tienda Registrada y Raddar, a partir del 23 de marzo se estabilizaron y el crecimiento se mantiene en 5 %. Si las expectativas de ventas en estos locales eran buenas para 2020 en comparación con 2019, con la situación causada por el nuevo coronavirus, son mejores. “Van a ser un canal muy importante durante el tiempo que dure la crisis. La tienda tiene características muy importantes: es cercana, la gente conoce y se siente segura con el tendero, el fiado para muchos hogares será necesario y la capacidad de pago sigue siendo orientada a la compra diaria”, puntualiza Arroyave.
En cuanto a las categorías, en el pico de consumo en la emergencia la gente compró alimentos no refrigerados y productos no perecederos, como atunes, pastas y sal. En febrero, el top cinco de productos más vendidos fueron dos referencias de arroz, gaseosa, cerveza y leche. En marzo, dos referencias de arroz, dos de leche y gaseosas. “Se reacomoda el bolsillo y ya no aparece la cerveza”, cuenta Arroyave, de acuerdo con las mediciones que hicieron en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
Wilson Arenas, propietario de una tienda de barrio en San Jorge Sur, en Bogotá, dice que ha vendido más, especialmente productos como leche, huevos y arroz. Por su parte, Alexander Vanegas, administrador de la tienda El Rey, en la misma zona, asegura que, “lo que más se vende son artículos de primera necesidad como chocolate, lenteja y café. La panela y las lentejas están muy costosas. No se está consiguiendo el alcohol porque lo están guardando para los hospitales”.
Para Herrera, de Raddar, esto indica que, “cada vez la gente compra más por necesidad. Sienten que están comprando porque les toca y no porque quieren. Se presenta una pérdida de la libertad de elegir. Los alimentos tienen crecimientos relativos, pero el tema de mantenimiento del hogar sí tiene aumentos importantes, como alcohol o desinfectante porque la gente antes no compraba esos productos”.
Por ejemplo, en aseo personal, los artículos más vendidos fueron papel higiénico y jabón. En salud, alcohol, vitaminas y productos para la gripa. En aseo de hogar tomaron fuerza los blanqueadores, lavalozas y jabones en barra.
Aunque los tenderos de las principales ciudades han aumentado sus ventas en 5 %, de acuerdo con cifras de Tienda Registrada, el panorama es otro para los que atienden en ciudades intermedias como Soacha. Yuly Caicedo, asesora comercial de los tenderos de ese municipio, asegura que sus ventas se han visto afectadas por la cuarentena. “Si presencial es difícil, al llamar a los clientes es más complicado porque no tienen tiempo o se están quejando porque les están poniendo horario de 8:00 a. m. a 3:00 p. m., para atender”.
Además, dice Caicedo, los tenderos afirman que la gente se está abasteciendo de cadenas grandes. “Dejan la tiendita para lo que les hace falta (leche, huevos), y las ventas se les han bajado casi 50 %. En una ruta normal vendo $1’600.000 y ahora estoy vendiendo entre $700.000 y $400.000”.
Las cifras de Tienda Registrada también revelan que desde el 20 de marzo solo han cerrado 5 % de las tiendas en las cuatro principales ciudades, especialmente en estratos altos.
Las demás tiendas que siguen operando tuvieron que cambiar sus horarios. Sarah Jiménez, ejecutiva comercial de Tienda Registrada, señala que no están abriendo la jornada completa, que era de 6:00 a. m. a 11:00 p. m. Ahora abren entre 7:00 a. m. y 8:00 a. m. y cierran, más o menos, a las 5:00 p. m. “Antes el pico de compra era en la noche, ahora se dan dos picos, uno al mediodía y otro al finalizar la tarde”.
Alexander Vanegas dice que la tienda que administra está cerrando a las 6:00 p. m. “Antes de mediodía era el pico porque la gente compraba lo del almuerzo, en la tarde lo de mercar y cerrábamos a las 9:00 p. m. Arenas, incluso, lo hace más temprano. “Dejo de atender a las 3:00 p. m., antes lo hacía a las 9:30 p. m. Nos toca cuidarnos y entre nosotros”.
Incluso, los tenderos también han tenido transformaciones para enfrentar la crisis, como hacer los pedidos con proveedores y aliados mediante plataformas digitales o implementar los domicilios. Según Raddar, la cantidad de personas que piden por este canal creció casi 5 % como resultado del cambio en la rutina de los hogares.
Según estimaciones de la firma Kantar, durante la cuarentena habrá crecimientos en algunas categorías. Por ejemplo, en canales de practicidad y conveniencia como el online (comercio electrónico), que se posiciona como una alternativa importante, pues los hogares se sienten menos expuestos al no salir de casa.
Los tenderos entrevistados aseguran que adoptaron las medidas de protección sanitaria recomendada por el Ministerio de Salud. Sin embargo, hacen un llamado a los clientes para que cumplan los protocolos, pues muchos quieren entrar a las tiendas sin tapabocas o hacen “conejo” y entran de a dos personas.