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El título de Credit Suisse abrió esta mañana en la Bolsa de Valores de Zúrich con una espectacular subida, del 30,82 %, tras el anuncio horas antes de que el Banco Nacional de Suiza (BNS) le hará un préstamo de US$54.000 millones.
La acción había perdido un cuarto de su valor en la víspera, arrastrada por la crisis bancaria en Estados Unidos y la desconfianza generalizada de los inversores hacia el sector financiero, agudizada en su caso por los pésimos resultados de sus cuentas en los dos últimos años y una sucesión de escándalos.
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Con esta alza en el precio de sus acciones, Credit Suisse recupera el terreno perdido el miércoles, cuando cerró la sesión con una caída del 24 %, tras haber bajado hasta un 30 % a media tarde, el peor descenso entre los bancos europeos, todos castigados por la ola de pánico que se apoderó de los mercados.
Tras recibir insistentes solicitudes por parte del banco, el BNS y la Autoridad Suiza de Supervisión del Mercado Financiero (FINMA) decidieron emitir una declaración conjunta de apoyo a la entidad, pero a todas luces este paso fue juzgado insuficiente para calmar la tormenta, por lo que en medio de la noche se anunció el préstamo de la entidad emisora.
Sobre el anuncio del préstamo, el banco aseguró que “esta liquidez adicional respaldará los negocios principales de Credit Suisse y sus clientes, mientras Credit Suisse toma las medidas necesarias para crear un banco más simple y enfocado en las necesidades de sus clientes”.
Al mismo tiempo, el banco anunció una serie de operaciones de recompra de deuda por alrededor de US$3.200 millones.
“Estas medidas son un movimiento decisivo para fortalecer Credit Suisse a medida que continuamos nuestra transformación estratégica para brindar valor a nuestros clientes y otras partes interesadas”, dijo el director ejecutivo del banco, Ulrich Koerner, citado en el comunicado.
Esto apunta a una estrategia que va más allá de simplemente prevenir cualquier amenaza de quiebra, una posibilidad que era considerada muy improbable entre los analistas ya que Credit Suisse cumple ampliamente con las estrictas regulaciones bancarias vigentes en Suiza y el resto de Europa en materia de liquidez y de capital, dirigidas a garantizar la estabilidad del sistema.
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El Credit Suisse -duramente golpeado por la desconfianza en su gestión y en el sistema bancario en general tras la quiebra de tres bancos en Estados Unidos en una semana- solicitó la víspera al BNS y a la Autoridad Suiza de Supervisión del Mercado Financiero (FINMA) que hicieran una declaración firme de apoyo para calmar los mercados.
Ambas instituciones emitieron un comunicado conjunto señalando que a pesar de los problemas del sector financiero en Estados Unidos “no hay indicios que apunten a un riesgo de contagio para las entidades suizas”.
En el contexto de la crisis financiera de 2008, el banco fue clasificado “de importancia sistémica” (“too big to fail”) para la economía suiza y europea, lo que explica la rápida reacción de la autoridades helvéticas.
La vertiginosa caída del banco se dio el miércoles tras las declaraciones del presidente del Saudi National Bank, mayor accionista de Credit Suisse, quien descartó inyectar más dinero al grupo, principalmente por motivos regulatorios.
El banco, fundado en 1856, es un pilar del centro financiero suizo, pero enfrenta una crisis desde la quiebra de la compañía financiera británica Greensill, que marcó el inicio de una serie de escándalos que debilitaron al banco.
Desde marzo de 2021, las acciones de Credit Suisse perdieron más de 83% de su valor. Los inversionistas también están preocupados por el riesgo de contagio tras la quiebra del banco estadounidense SVB.
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