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La UE busca una reforma del mercado de gas para frenar el alza de precios

La idea original de adoptar una cotización máxima al precio de la energía ha sido producto de evidentes y profundas divergencias, y por ello la Comisión se concentra en hacer avanzar propuestas que “son objeto de máximo consenso”.

18 de octubre de 2022 - 10:46 a. m.
En la Unión Europea buscan poner techo al alza del precio del gas.
En la Unión Europea buscan poner techo al alza del precio del gas.
Foto: Archivo
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La Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión Europea) se propone presentar este martes sus propuestas para enfrentar los precios de la energía con una reforma del mercado de gas, bajo presión por la proximidad del invierno boreal y las divisiones en el bloque.

La idea original de adoptar un precio máximo al precio de la energía ha sido producto de evidentes y profundas divergencias, y por ello la Comisión se concentra en hacer avanzar propuestas que “son objeto de máximo consenso”.

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Las propuestas aún deberán examinadas el jueves y viernes durante una cumbre de jefes de gobierno, en Bruselas, antes de su eventual adopción, alrededor de noviembre.

Uno de los pilares de las propuestas de la Comisión es una reforma del mercado de gas denominado TTF (Title Transfer Facility) que sirve de referencia para las transacciones de los operadores europeos.

La idea es substituir ese marco en un plazo de seis meses con un índice alternativo más representativo de la situación actual.

Hasta que ello ocurra, la Comisión sugiere un “mecanismo temporal” para corregir los precios del gas.

De acuerdo con una fuente europea, se trataría de rango flexible dentro del cual se permitiría fluctuar los precios para enmarcar las transacciones en el mercado TTF, lo que permitiría moderar la volatilidad.

En forma paralela, la UE impulsa las compras conjuntas de gas para reponer reservas, de manera de obtener mejores precios de proveedores como Noruega o Estados Unidos, y evitar que los países del bloque compitan entre sí.

Los Estados habían dado luz verde en marzo a una plataforma de compra común, pero no se concluyó ninguna transacción y los países continuaron negociando por su cuenta.

Por último, la Comisión propondrá un marco de solidaridad para los países vulnerables al riesgo de desabastecimiento.

Un invierno decisivo

Dependiendo de sus importaciones de hidrocarburos, la economía europea a todas luces sufre por los recortes en las entregas por parte de Rusia.

“Los precios son una locura: estamos de acuerdo en el diagnóstico, pero todavía estamos discutiendo la terapia a administrar”, resumió el pasado miércoles el ministro italiano para la Transición Ecológica, Roberto Cingolani.

En este contexto, la Comisión no debería proponer un tope en el precio del gas que compran los proveedores de electricidad para sus centrales térmicas, según una fuente europea ya citada.

Este sistema, ya aplicado en Portugal y España, permite que los precios de la electricidad bajen mecánicamente.

La idea de extender ese mecanismo a toda la UE cuenta con el apoyo de Francia, que se ha comprometido a unir a otros estados.

Sin embargo, la idea despierta desconfianza en países como Alemania y Holanda, reacios a la intervención estatal en los mercados y preocupados por el riesgo de que aumente la demanda de gas por un mayor apetito de los proveedores de electricidad.

De interés: Gazprom alerta de que cortará suministro de gas a Europa si ponen techo al precio

Durante su cumbre, los Veintisiete podrían sin embargo acordar “explorar” esta medida, según un borrador de las conclusiones al que AFP tuvo acceso.

La idea de un tope en el precio de las importaciones de gas, mencionada por la Comisión a principios de noviembre y luego exigida por quince Estados miembros, parece ahora haber quedado en el olvido.

Reunidos en Praga a principios de octubre, los líderes europeos expresaron su preocupación por las consecuencias económicas y sociales de este cuadro en un escenario marcado por elevada inflación.

Sin una solución habrá “gente en las calles, [con] una economía debilitada, quiebras y menos apoyo popular a las políticas climáticas y la ayuda a Ucrania. Este invierno será decisivo”, expresó hace una semana el ministro checo de Industria, Jozef Sikela.

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