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El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, participó en la Cumbre Cafetera, que se realiza este jueves 2 y viernes 3 de noviembre en Cartagena, y se refirió a las apuestas que tiene el Gobierno para el sector.
Una de ellas es la sustitución, tanto de cultivos de uso ilícito como de las importaciones de café que hace el país, que son esencialmente de la variedad robusta (de menor calidad) y no se produce en el país.
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“Para sustituir las importaciones de café, que en buena parte es robusta, podemos utilizar tierras menos aptas para el café. Ese es el objetivo”, aseguró Bonilla.
Esto trae la oportunidad de “hacer una efectiva sustitución de cultivos con respecto a la hoja de coca, porque está bajado de precio y los cultivadores buscan otras alternativas como puede ser el café, cacao y cultivos de pancoger”.
“El país es cafetero. Es inaudito que estemos importando café y que ese café que estemos importando sea de menor calidad, cuando podemos producirlo en Colombia y reemplazarlo efectivamente”, expresó el ministro.
Y es que el sector reconoce que el café robusta es una oportunidad, ya que por la inflación y las altas tasas de interés en los principales mercados del mundo se están favoreciendo productos más económicos. La idea no es competir con el arábigo colombiano porque son dos modelos de negocio totalmente diferentes, según Gustavo Gómez, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport).
“Tenemos la ventaja que está la capacidad instalada. El café robusta podría complementar el uso de las trilladoras y darles a los tostadores una mejor disponibilidad de materia prima. Así como mejorar los ingresos de los productores de zonas no tradicionales, podría ser una opción de restitución de cultivos ilícitos”, añadió Gómez.
Algunas zonas que han sufrido el conflicto como los Llanos Orientales, el Caribe húmedo y el Pacífico, podrían ser las principales zonas de producción de unos 3 millones de sacos de café robusta, que aportarían aproximadamente US$475 millones en exportaciones, junto con cientos de puestos de trabajos, según Asoexport.
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Colombia cuenta con un área potencial para el cultivo de café tipo robusta que asciende a las 80.000 hectáreas, aproximadamente un 10 % de las hectáreas totales de café sembradas en el país. Además, este tipo de cultivo podría beneficiar alrededor de 32.000 fincas cafeteras en el país, cada una con un tamaño promedio de 2,5 hectáreas.
Según Statista se produjeron cerca de 79 millones de sacos de 60 kilogramos de café robusta en el mundo. Esto supuso un crecimiento de unos cuatro millones de sacos con respecto a la producción registrada durante la campaña cafetera previa. Las previsiones apuntan a que este aumento se mantenga en la temporada 2022/2023.
Esto lo buscan hacer a la par que se fortalece el cultivo del café arábigo con la ampliación del área de cultivo, que es la marca país.
Otro aspecto importante para los cafeteros es el fondo para la estabilización de precios, que en este momento no está operando porque debe hacerse en el momento en que el precio vuelva a estar por debajo del precio de largo plazo.
“Hoy todavía estamos por encima del precio de largo plazo. Hubo una bonanza cafetera que se está disminuyendo y está desapareciendo. Hoy todavía tenemos precios internos y precios internacionales por encima del precio por largo plazo”, detalló Bonilla.
Otra propuesta del ministro es revisar el conjunto de ingresos de las familias cafeteras y hacer un programa general, global, para que el café siga siendo el producto principal y el ingreso principal.
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