Las críticas a la reforma pensional de Petro: cobertura, equidad y sostenibilidad
En octubre se retomarán los debates de la reforma pensional en el Congreso de la República. ¿El proyecto resuelve los principales problemas del sistema? Este jueves, expertos de ANIF y Fedesarrollo analizaron el modelo de pilares que propone el Gobierno.
En materia de pensiones, quizá lo único en lo que hay unanimidad es que el sistema pensional colombiano necesita transformarse. ¿Qué rumbo tomar en un país donde la informalidad, el desempleo, la inequidad y el envejecimiento de la población son los grandes desafíos a vencer? El debate está abierto.
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En materia de pensiones, quizá lo único en lo que hay unanimidad es que el sistema pensional colombiano necesita transformarse. ¿Qué rumbo tomar en un país donde la informalidad, el desempleo, la inequidad y el envejecimiento de la población son los grandes desafíos a vencer? El debate está abierto.
Y es que, en marzo de este año, el Gobierno de Gustavo Petro presentó una reforma pensional basada en un sistema de cuatro pilares (solidario, semicontributivo, contributivo y ahorro voluntario) que superó su primer ‘round’ en el Congreso de la República y ahora continuará su trámite en el legislativo en la primera semana de septiembre, como lo anunció la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
¿Es la reforma del Gobierno un paso adelante para resolver los problemas del sistema pensional? Y, a partir de ahí, ¿cómo lograr la mejor reforma pensional? Este jueves, el Ministerio de Hacienda, los centros de pensamiento de Anif y Fedesarrollo y Asofondos lanzaron sus argumentos.
La base del problema
Analizar el futuro de las pensiones en Colombia es, de cierta forma, un acuerdo sobre lo fundamental: el actual sistema de pensiones cubre a pocos (solo uno de cada cuatro adultos mayores en edad de pensionarse logra la jubilación), es inequitativo, costoso y no es financieramente sostenible. Esta es la raíz del debate.
Y es que, según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, de los 25,7 millones de afiliados al sistema pensional en el país, solo un 40 % está cotizando a pensión. El resto, por tanto, está en riesgo de no cumplir con las semanas de cotización, otro de los problemas del sistema pensional, de acuerdo con el jefe de la cartera económica del país.
“Todos vamos a cumplir la edad, pero no todo el mundo cumple el tiempo cotizado. Ese es el problema del sistema pensional: toda la población económicamente activa está afiliada, pero eso no significa nada, solo que entraron a un sistema del cual no los pueden borrar sino cuando cumplan la edad”, precisó Bonilla.
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Para el Gobierno, las dificultades del sistema también tienen que ver con la “competencia” a la que se ha empujado a los dos grandes regímenes del sistema pensional actual: el régimen de prima media (a cargo de Colpensiones) y el régimen de ahorro individual con solidaridad (donde operan las Administradoras de Fondos de Pensiones -AFP-).
Los trabajadores, a la fecha, eligen uno de estos regímenes según su conveniencia, pero pueden trasladar sus aportes. Esto último está significando un problema para la sostenibilidad financiera. “El trasado que se dio en los años 90, del antiguo Seguro Social a los fondos, se viene revirtiendo. Colpensiones está recibiendo $10 billones de los fondos cada año”, explica el ministro.
En respuesta a lo anterior, la reforma pensional del Gobierno Petro quiera volver complementarios a estos dos regímenes, dejando como base el de prima media.
Y también debe tenerse en cuenta el tema financiero, que no es positivo. Bonilla explicó que al sistema se aportaron $36 billones en cotizaciones durante 2022: “tenemos entonces un problema financiero: lo que se recauda en cotizaciones prácticamente es igual de lo que se paga en pensiones”, advirtió.
Del total de aportes, $23 billones son aportados por los fondos y $13 billones por Colpensiones, pero las cifras de pensionados no son proporcionales a esos recursos: cada año se pensionan unos 65.000 colombianos en Colpensiones y 35.000 de los fondos. “La competencia entre regímenes no fue una buena idea”, aseveró Bonilla.
De ahí que la reforma pensional proponga darle más fuerza a ese pilar contributivo, donde estarán todos los trabajadores formalizados del país: si ganan hasta tres salarios mínimos, sus aportes irán a Colpensiones; para quienes ganen más, los excedentes irán a los fondos privados de pensión. Entre otras disposiciones dentro de los más de 100 artículos del proyecto.
La propuesta no convence a los fondos de pensiones, agremiados por Asofondos, ni a los centros de pensamiento como ANIF o Fedesarrollo. A continuación, sus “peros” a la reforma.
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Las críticas a la reforma
Durante el seminario ‘¿Cómo lograr la mejor reforma pensional?’, organizado por ANIF y Fedesarrollo, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, señaló que dado el crecimiento de la población colombiana (y la tendencia a que, en un futuro, serán más los viejos que los jóvenes), el régimen de prima media que propone el Gobierno “no es sostenible”.
“Si ha sido sostenible financieramente es por los traslados. El ministro decía que los dos regímenes compiten en igualdad de condiciones, pero no. La competencia ha sido desleal. Si se han dado esos traslados masivos desde los fondos de pensiones hacia Colpensiones es precisamente por los altísimos subsidios regresivos que existen en el régimen público”, señaló Montenegro.
Y es que si en algo coinciden ANIF, Fedesarrollo y Asofondos es que la reforma planteada por el Gobierno no es una solución a los problemas más urgentes del sistema pensional: la baja cobertura, la inequidad y la sostenibilidad financiera.
Respecto a la cobertura, Mauricio Santamaría, presidente de ANIF, señaló que “no hemos logrado aumentar la cobertura en materia de pensiones, y eso es un problema grave, porque la idea de un sistema pensional es pensionar a la gente, no para devolver saldos ni entregar subsidios que compensen la falta de cobertura del sistema pensional”.
Las cuentas de ANIF indican que solo un 24,6 % de los adultos mayores en edad de pensión alcanzaron este beneficio. “(La cobertura) es un problema verdadero y está relacionado con el mercado laboral. En los empleados por cuenta propia, una parte muy importante de la fuerza laboral del país, escasamente el 10 % cotiza a pensión, y eso por construcción nunca va a mejorar”, señaló Santamaría durante el seminario.
Lo dicho por el directivo de ANIF hace referencia a las barreras que tienen los informales para cotizar pensión. “por ley no se puede cotizar por debajo del salario mínimo. La cobertura en informales solo ha subido del 8 % al 12 % y la fiscalización no ha funcionado”, precisó.
En la misma línea, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, partió de la máxima de que “la mejor reforma pensional es una reforma laboral que aumente la formalidad”.
En palabras de Mejía, el país debe apuntarle a que la gran mayoría de las personas esté en el umbral contributivo, de ahí que se deba avanzar en formalidad. Y, para aumentar la cobertura, Fedesarrollo propone reducir el umbral del pilar obligatorio a uno o 1,5 salarios mínimos.
No obstante, el directivo de Fedesarrollo destacó un avance significativo de la reforma: aumentar al 96 % la cobertura de las pensiones en personas en edad de jubilación. Cabe recordar que, a la fecha, solo el 25 % de los adultos mayores de 60 años se encuentra pensionado.
¿Una reforma inequitativa?
Una constante en el discurso de ANIF y Fedesarrollo es que en la reforma pensional del Gobierno va en contra de la equidad que adeuda el sistema pensional. Para ambos centros de pensamiento, las cargas de los trabajadores de bajos ingresos no serían las mismas que las de las personas con medianos y altos ingresos.
“Nos parece que la mejor manera de hacer una reforma es que reciban subsidios solo las personas de menores ingresos, las que ganan hasta dos salarios mínimos. En otras palabras, que se subsidien los ingresos bajos y no los altos, como sucede hoy en día. Las demás personas deben recibir lo que ahorraron durante su vida. Hay que crear un sistema donde todo el mundo ahorre, sin importar si lo hace en el sistema público o privado”, afirmó Mauricio Santamaría.
El presidente de ANIF enfatizó que “esta reforma perpetúa un sistema que es insostenible y generaliza los subsidios. No estamos de acuerdo con un sistema de pilares, pero si la decisión es irse por ese camino, el tope de las cotizaciones a Colpensiones no puede ser de tres salarios mínimos (como propone el Gobierno), debe ser de máximo un salario mínimo”.
La sostenibilidad de las pensiones
Finalmente, el directivo de Fedesarrollo criticó que la reforma no es una solución al alto gasto público que implica el sistema de pensiones.
Durante su presentación, Mejía resaltó que actualmente las pensiones representan más del 6 % del PIB y, más o menos, un 17 % del Presupuesto General de la Nación en 2023. No obstante, “la reforma aumenta el pasivo pensional en 64,6 puntos porcentuales frente al escenario actual y acentúa los desbalances fiscales en el mediano plazo”, resaltó el directivo.
En la búsqueda de sostenibilidad del sistema pensional, ANIF propone marchitar, de una vez por todas, cualquier tipo de subsidio a trabajadores que ganen más de un salario mínimo. Un pedido muy similar al de Asofondos: “eliminar totalmente los subsidios a las pensiones altas”, señaló Montenegro de forma tajante.
“Hoy en día estamos con un pasivo pensional, incluyendo el pilar solidario, cercano a 100 puntos del PIB, y la reforma lo incrementaría a cerca de 218 puntos del PIB. Lo estamos duplicando. Desde el punto de vista de sostenibilidad, la respuesta a la reforma es un rotundo no”, puntualizó Mauricio Santamaría.
Más allá de las discusiones sobre semanas de cotización, regímenes y umbrales, entre muchos otros puntos, no hay que perder de vista que hoy Colombia está definiendo la forma en que se protegerá a millones de trabajadores frente a los riesgos económicos asociados a la vejez, la invalidez o la muerte.
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