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¿Qué lo motivó a escribir este libro?
El libro nació de mi deseo de comprender lo que estaba sucediendo con el ahorro contemporáneamente. Me refiero a que muchas personas hacen un gran esfuerzo por tomar parte de sus ingresos y ponerlos en entidades que los deben cuidar, pero esto no sucedió así en los últimos años. Los bancos en Estados Unidos prestaron dinero a personas que no podían pagar, incurriendo en malas prácticas crediticias, lo que los llevó a quebrar y a sacrificar el dinero de las personas que lo habían guardado con esmero. Este comportamiento irresponsable es el que ha venido causando las crisis en el mundo contemporáneo.
Y en Colombia, ¿cómo se cuida el ahorro?
En nuestro país, la Constitución Política señala que el ahorro debe ser cuidado por el Estado. Pero, en los últimos años, hemos visto la captación de ahorro por agentes no autorizados para ello, desde la Caja Vocacional, de monseñor Gaitán Mahecha, hasta la pirámide de DMG; y en otros casos como el Grupo Grancolombiano, de Jaime Michelsen, y en Interbolsa, se trató de entidades legales que utilizaron prácticas ilegales con el ahorro de las personas.
¿Qué caracteriza la economía colombiana en relación con los países de la región?
En Colombia no tenemos la hiperinflación que tiene Venezuela o nuestra moneda no ha desaparecido como en el caso de Ecuador, es decir, que nuestra moneda y el tipo de cambio son relativamente estables, pero sin duda nuestra economía es bastante desigual.
En su libro usted también trata los aportes de Piketty. Para usted, ¿cuál es el mérito del economista francés?
Piketty volvió a hablar de la desigualdad, lo que ningún economista había hecho en muchas décadas. Señaló, además, que la mayor parte de las riquezas en el mundo viene de herencias. En realidad, tiene mucha razón, pensemos por ejemplo en Paris Hilton: se mete en líos en todo momento y despilfarra el dinero porque nunca tuvo que trabajar por él, su papá fue quien construyó el emporio con el que hoy financia sus excesos. Las herencias son perversas. Además, Piketty también señala cómo un pequeño grupo en diversos países es dueño de la mayor parte de la riqueza, y lo peor es que esa tendencia se agrava y las ganancias crecen más que la producción. De modo que en el reparto les toca cada vez menos porción a los más pobres.
Uno de los temas vigentes en la economía es la propuesta, que cada vez toma más fuerza, de emplear robots y sacar a los trabajadores de las fábricas. ¿Qué opina?
Uno de los que ha terciado en el debate es Bill Gates, quien dice que hay que establecer un impuesto a los robots equivalente al salario del trabajador desplazado, para mantener el nivel de consumo, pues los robots no consumen. Hasta se ha hablado de un sueldo mensual o renta básica, como sucede en Alaska, aprovechando los ingresos del petróleo. Al mismo tiempo desde diversos lugares de Europa se ha señalado que gravar con impuestos a quienes usan robots desestimularía la innovación, pero no explican cómo se mantendrá la demanda agregada si se siguen reemplazando trabajadores por robots. Reemplazar paulatinamente el número de trabajadores generaría una crisis por demanda insuficiente: así fueron las crisis mundiales, así lo dijo Keynes y en ello coincidió con Marx.
Acaba de mencionar a dos padres de la economía política clásica. ¿Qué lugar tienen hoy en el pensamiento económico contemporáneo?
Aunque la gente no los conoce bien, habla sin conocerlos, Smith dijo que el valor lo crea el trabajo. Sólo quien trabaja produce riqueza a través de convertir la madera en muebles, la cebada en cerveza, el trigo en pan, el metal en herramienta. Esta se mide por el tiempo de trabajo, y de ahí se deriva el pago de rentas, intereses y salarios. Él pensaba que con el egoísmo podría impulsar la economía a partir de la búsqueda del beneficio individual.
Y, ¿qué nos puede decir de David Ricardo y Marx?
Para David Ricardo la renta de la tierra es parasitaria, pues la recibe quien no la produce, y ubica la causa del pago de esas rentas en la propiedad. No se pregunta por su origen, mientras que Marx hace el recorrido histórico desde la propiedad colectiva de las comunidades primitivas hasta la propiedad privada derivada de las guerras, las deudas y el desplazamiento. Fue lo que denominó la acumulación originaria.