Las mujeres trabajan más horas, pero en tareas que no se reconocen con un salario

A casi el 20 % de los colombianos no les alcanza el tiempo. Según el DANE, les faltan unas 18 horas semanales para trabajar, descansar u otras actividades. Sin embargo, al verlo por sexo salta una clara diferencia: los hombres tienen un déficit de tiempo de 15 horas semanales frente a 20 horas que les hacen falta a las mujeres. Estos datos forman parte del reciente boletín “Pobreza de tiempo e ingreso” que publicó la autoridad estadística con base en datos recopilados entre 2016 y 2017.

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Esto, según el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, tiene que ver principalmente con que ellas son quienes en mayor medida asumen el trabajo que no se reconoce con un salario: el del hogar. Oviedo señala la relación “12-14”: los hombres en promedio trabajan 12 horas al día, 9 en el mercado laboral a cambio de un salario y 3 en tareas domésticas. Las mujeres, en cambio tienen doble jornada: 7 en el mercado laboral y 7 en trabajo del hogar.

Eso implica que ellas tengan una mayor incidencia de lo que se conoce como “pobreza de tiempo”, ya sea para descansar o para poder hacer labores que la sociedad sí reconoce con un salario y, así, poder tener un mayor nivel de ingresos propios.

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Según el DANE, los hombres a la semana trabajan 50 horas a cambio de un salario, mientras que las mujeres lo hacen 10 horas menos. De otro lado, casi 60 % de las mujeres participan de las tareas del hogar, mientras que solo 20 % de los hombres lo hace.

La mayor incidencia de pobreza de tiempo se registra en las mujeres ocupadas: el 54,5 % son pobres de tiempo. “Cuando las mujeres entran al mercado laboral (a trabajar) no se registra una redistribución de las responsabilidades de la producción doméstica (tareas como lavar y planchar), ellas siguen asumiendo una mayor carga en términos relativos”, explica el DANE.

“En la zona urbana la propensión a estar en situación de pobreza de tiempo es casi igual para los hombres que para las mujeres, mientras en la zona rural los hombres tienen mayor incidencia de la pobreza de tiempo”, añadió la entidad.

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En el reciente boletín, el DANE habla de pobreza de tiempo e ingreso. Esto es: cuando hay pobreza de tiempo, pero, además, el dinero no alcanza para pagarle a alguien (como una empleada doméstica) que pueda hacer las tareas para las que no alcanza el tiempo.

El porcentaje de personas en situación de pobreza de tiempo e ingreso (LIMTIP) pasó de 35,5 % en 2012-2013 a 34,8 % en 2016-2017, registrando una disminución de 0,7 puntos porcentuales.

Según el DANE, los hogares que están en situación de pobreza de ingreso y de tiempo (LIMTIP), pobreza de ingreso y además pobreza de tiempo, representan el 11,6 % para el total nacional, 8,5 % en las cabeceras y 22,2 % en los centros poblados y rural disperso.

A casi el 20 % de los colombianos no les alcanza el tiempo. Según el DANE, les faltan unas 18 horas semanales para trabajar, descansar u otras actividades. Sin embargo, al verlo por sexo salta una clara diferencia: los hombres tienen un déficit de tiempo de 15 horas semanales frente a 20 horas que les hacen falta a las mujeres. Estos datos forman parte del reciente boletín “Pobreza de tiempo e ingreso” que publicó la autoridad estadística con base en datos recopilados entre 2016 y 2017.

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Esto, según el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, tiene que ver principalmente con que ellas son quienes en mayor medida asumen el trabajo que no se reconoce con un salario: el del hogar. Oviedo señala la relación “12-14”: los hombres en promedio trabajan 12 horas al día, 9 en el mercado laboral a cambio de un salario y 3 en tareas domésticas. Las mujeres, en cambio tienen doble jornada: 7 en el mercado laboral y 7 en trabajo del hogar.

Eso implica que ellas tengan una mayor incidencia de lo que se conoce como “pobreza de tiempo”, ya sea para descansar o para poder hacer labores que la sociedad sí reconoce con un salario y, así, poder tener un mayor nivel de ingresos propios.

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Según el DANE, los hombres a la semana trabajan 50 horas a cambio de un salario, mientras que las mujeres lo hacen 10 horas menos. De otro lado, casi 60 % de las mujeres participan de las tareas del hogar, mientras que solo 20 % de los hombres lo hace.

La mayor incidencia de pobreza de tiempo se registra en las mujeres ocupadas: el 54,5 % son pobres de tiempo. “Cuando las mujeres entran al mercado laboral (a trabajar) no se registra una redistribución de las responsabilidades de la producción doméstica (tareas como lavar y planchar), ellas siguen asumiendo una mayor carga en términos relativos”, explica el DANE.

“En la zona urbana la propensión a estar en situación de pobreza de tiempo es casi igual para los hombres que para las mujeres, mientras en la zona rural los hombres tienen mayor incidencia de la pobreza de tiempo”, añadió la entidad.

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En el reciente boletín, el DANE habla de pobreza de tiempo e ingreso. Esto es: cuando hay pobreza de tiempo, pero, además, el dinero no alcanza para pagarle a alguien (como una empleada doméstica) que pueda hacer las tareas para las que no alcanza el tiempo.

El porcentaje de personas en situación de pobreza de tiempo e ingreso (LIMTIP) pasó de 35,5 % en 2012-2013 a 34,8 % en 2016-2017, registrando una disminución de 0,7 puntos porcentuales.

Según el DANE, los hogares que están en situación de pobreza de ingreso y de tiempo (LIMTIP), pobreza de ingreso y además pobreza de tiempo, representan el 11,6 % para el total nacional, 8,5 % en las cabeceras y 22,2 % en los centros poblados y rural disperso.