Las opciones para asegurar el suministro de gas en Colombia: ¿subirán las tarifas?
Como el gas de Venezuela sigue siendo una opción incierta, Ecopetrol está buscando alternativas en otros países. Expertos y gremios reconocen que en este momento hay que buscar fuentes externas, pero a largo plazo le piden al Gobierno impulsar la producción nacional.
El futuro del gas en Colombia, un combustible fundamental para los hogares y la industria, está en duda. Las autoridades, el sector y los expertos han barajado las opciones a corto y mediano plazo después de que la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) advirtió que la oferta local para la venta en firme no alcanzará para cubrir la demanda en 2025 y 2026. ¿Qué alternativas hay?, ¿importar de Venezuela es una opción?, ¿cómo se verán afectados los usuarios? En este artículo buscaremos resolver estas y otras dudas.
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El futuro del gas en Colombia, un combustible fundamental para los hogares y la industria, está en duda. Las autoridades, el sector y los expertos han barajado las opciones a corto y mediano plazo después de que la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) advirtió que la oferta local para la venta en firme no alcanzará para cubrir la demanda en 2025 y 2026. ¿Qué alternativas hay?, ¿importar de Venezuela es una opción?, ¿cómo se verán afectados los usuarios? En este artículo buscaremos resolver estas y otras dudas.
Naturgas, gremio que reúne a 29 empresas del sector, informó que, tras analizar las cifras del gestor del mercado sobre la oferta disponible para la venta en firme, hay un déficit de 77 giga BTU por día, que representa el 7,5 % de la demanda para 2025, y de 190 giga BTU por día para 2026, que corresponde al 16 % de la demanda. Es decir, hay menos gas del que se necesita para establecer los contratos y por eso el país debe buscar opciones afuera.
María Claudia Alzate, directora del Gestor de Mercado del Gas Natural, administrado por la Bolsa Mercantil de Colombia, explica que la mayoría de los contratos se realizan a largo plazo, por eso gran parte de la demanda de 2025 y 2026 ya está contratada. Para lo que está pendiente por contratar para el próximo año, dice Alzate, alcanzaría la producción local más las cantidades importadas disponibles para la venta, pero no para contratos en firme, que son los ideales. De todas formas, asegura que la demanda esencial (los hogares, pequeños comercios y gas natural vehicular) estará cubierta.
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Lo primero es entender cómo llegamos a este punto. Óscar Rodríguez, experto y consultor de la industria de gas y petróleo, explica que la producción de los principales campos en el país empezó a caer desde hace varios años, sin que se hayan incorporado nuevas reservas que lo compensen, mientras tanto la demanda de gas aumentó. A esta situación se sumó la postura del gobierno del presidente Gustavo Petro de no suscribir nuevos contratos de exploración y producción (en el marco de la lucha contra la crisis climática), decisión que “redujo el interés de los inversionistas en los actuales contratos”.
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, asegura que el promedio de pozos exploratorios perforados viene bajando: mientras en el periodo 2010-2014 fue de 119 por año, entre 2015-2023 fue de 39. En lo que va del 2024 se han perforado 14 pozos. La autosuficiencia del país ha caído: en 2013 era de 12 años y el año pasado se estimó en seis años. Esa cifra, que entrega la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), indica, básicamente, para cuánto tiempo alcanzarían las reservas si no se incorporan nuevos recursos.
Con el informe de 2023, presentado en mayo, también se anunciaron 13 medidas para garantizar la gestión eficiente en los contratos de hidrocarburos que están vigentes. Rafael Fajardo Moreno, vicepresidente de Operaciones, Regalías y Participación de la ANH, dijo a este diario que están trabajando con entidades y gremios para adoptar las medidas necesarias y destacó que, pese a la caída en las reservas probadas, en el reporte se evidenció que los recursos contingentes (los que ya se descubrieron, pero deben superar una o más contingencias para convertirse en reservas) aumentaron 29 %.
A la hora de importar, ¿Venezuela es una opción?
Ecopetrol está ejecutando un plan para garantizar el abastecimiento que incluye medidas en el ámbito local, como la maximización de la producción y gestiones con el Gobierno para que todo el volumen de gas disponible se pueda entregar al mercado, pero también gestiones para importar, porque en este punto es claro que se necesitan fuentes externas. La forma más sencilla de entender las opciones de importación es verlas en dos grandes grupos: Venezuela u otros destinos.
Desde 2007, Ecopetrol y PDVSA tienen un contrato para compraventa y transporte de gas por el gasoducto binacional Antonio Ricaurte. Por ese medio se llegó a exportar gas a Venezuela. El problema es que para hacer ese negocio Colombia necesita autorización de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos), teniendo en cuenta las sanciones que hay sobre la petrolera venezolana.
Los expertos consultados por este diario coinciden en que la opción de importar de Venezuela sigue siendo incierta porque, como también lo dijo Ecopetrol, todo depende del aval del Gobierno de Estados Unidos. Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, reconoció que la situación por la que atraviesa el vecino país, en medio de las denuncias que pesan sobre el resultado de las elecciones del 28 de julio, puede dificultar todavía más las autorizaciones que se requieren.
A los expertos no solo les preocupa el aval. Óscar Rincón, director de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), señala que hay dudas respecto a disponibilidad y calidad del gas, teniendo en cuenta que en el país se exigen ciertas características, por lo que sería necesario adecuarlo. A esto se suma que todavía no es claro el estado del gasoducto ni el tiempo que se requiere para habilitarlo.
Lo que implica importar
En este momento no están dadas las condiciones para que Venezuela sea una opción en el corto plazo. La segunda alternativa es traer gas de otros lugares del mundo, lo que implica un proceso extra. Básicamente, para facilitar el transporte, el gas se comprime para que sea líquido (se conoce como GNL), y luego hay que transformarlo para que vuelva a su estado gaseoso.
Desde 2016, en Cartagena hay un terminal de importación y regasificación, que sirve para respaldar a las plantas de generación térmica. Como explica Alejandro Castañeda, director de Andeg, desde 2013 la CREG vio la necesidad de una regasificadora para asegurar el gas para las térmicas en momentos de sequía en los que la producción de las hidroeléctricas cae. De hecho, en el pasado fenómeno de El Niño estas plantas evitaron un racionamiento de energía.
La terminal tiene una capacidad de 400 millones de pies cúbicos de gas natural por día, pero en El Niño se demostró que puede llegar hasta los 450 millones. De ahí que el mercado está contando con que la regasificadora pueda importar esos 50 millones adicionales para atender otros sectores. La planta también podría aumentar su capacidad a 530 en 2027, pero el plan de ampliación todavía está en estudios. Otra opción es que las térmicas vendan el gas que no estén usando en el mercado secundario.
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Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, informó esta semana que la empresa ha recibido propuestas de ocho agentes para importar, desde países como Estados Unidos y Trinidad y Tobago. Entre otras cosas, todavía se necesita que la CREG, hasta hace poco caracterizada por el “apagón” institucional ante la falta de comisionados, ajuste la regulación y que se realicen inversiones en infraestructura para poder mover el gas de Cartagena al resto del país.
La Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM) recomienda que se evalúe la creación de otra regasificadora en la costa Caribe y “definir si el proyecto del Pacífico se vuelve a licitar con cambios que lo hagan viable para los inversionistas”. De todas formas, aunque ahora las compras externas son necesarias para atender la demanda en el corto plazo, el experto advierte que el país no puede ni debe renunciar a su autosuficiencia energética.
Como dice Sergio Cabrales, profesor asociado de la Universidad de los Andes, la importación al final del día se traducirá en mayores precios: sube la molécula de gas, pero también sube el costo de transporte. “Todas estas políticas tienen un efecto directo en los hogares colombianos, los comercios y el gas vehicular que utilizamos”.
Rincón agrega que la importación no deja recursos al país en materia de regalías, empleos, impuestos y encadenamientos productivos, como sí los deja la producción interna. Resignarnos a importar gas a largo plazo significa perder autonomía y someternos a las incertidumbres y los precios internacionales; el ejemplo más citado por los expertos consultados para este artículo es el de los aprietos por los que ha pasado Europa por su dependencia del gas ruso.
La comercialización que se avecina
Naturgas advirtió que los precios del gas natural podrían subir con las reglas actuales de comercialización. Murgas explica que el sector ha pedido que, antes de que inicie el periodo de compraventa de gas natural dentro del proceso de comercialización que ya está en marcha, se flexibilicen las reglas de negociación del gas local e importado (duración de los contratos, negociaciones directas en cualquier momento del año y flexibilidad en el inicio de ejecución del contrato).
Fuentes consultadas por este diario, que pidieron no ser citadas, aseguran que hay preocupación entre las empresas que necesitan contratar, no solo por los altos precios (que terminará pagando el usuario), sino por la incertidumbre de no conseguir gas suficiente.
La CREG ya ha planteado medidas para flexibilizar las reglas de comercialización, pero todavía no están en firme. El 26 de julio, la Comisión modificó el cronograma del proceso que está en curso, para que las negociaciones inicien el 23 de agosto y no el 29 de julio, como estaba previsto. La expectativa es que antes de esa fecha se hagan los cambios que establece una de las resoluciones que está en proceso, particularmente, a la espera del concepto de la Superintendencia de Industria y Comercio.
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Camilo Sánchez, presidente de Andesco —gremio que representa empresas de servicios públicos domiciliarios y de comunicaciones—, afirma que la proximidad de la subasta, que se realiza cuando quedan excedentes de gas que no se contrataron en las negociaciones bilaterales, y las limitaciones en la oferta “podrían ejercer una presión al alza sobre los precios, afectando tanto a consumidores residenciales como industriales”. Además, con la importación, por quedar sujetos a los precios internacionales y por la necesidad de construir infraestructuras para recibir y distribuir el gas, se incrementarán los costos operativos y, por ende, las tarifas.
Sánchez coincide en que es necesario flexibilizar las condiciones de contratación “para poner cada molécula de gas disponible en el mercado”. Para garantizar el abastecimiento, Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas, considera clave, además de flexibilizar las condiciones comerciales, revisar la metodología de remuneración de transporte por gasoductos, interconectar los mercados para que eventuales excedentes se puedan mover de forma eficiente por el sistema e impulsar los proyectos costa afuera.
Las opciones
Los expertos y gremios consultados para este artículo afirman que el país puede (y debería) volver a ser autosuficiente en materia de gas, pero que para eso hay que tomar decisiones pronto. Entre las opciones planteadas está acelerar los proyectos vigentes y convertir de manera eficiente los recursos contingentes en reservas, y también que el Gobierno replantee la decisión de no suscribir nuevos contratos de exploración y considere ejecutar los proyectos en yacimientos no convencionales.
El Ministerio de Minas y Energía le dijo a El Espectador que “por supuesto” que está haciendo esfuerzos “para que lo importado se mantenga en los promedios que se han tenido o disminuya y que la mayor fuente sea la producción interna a partir de la recuperación de las reservas”. Frente a la opción de retomar la exploración, dijo que hay “espacio suficiente para explorar en los contratos vigentes y, por tanto, hacer más eficiente la exploración y explotación, por lo que contemplar extender la frontera exploratoria no es necesario”.
Hasta ahora, el Gobierno asegura que no habrá desabastecimiento, pero esta es una opción que no descartan algunos expertos y gremios, como Andesco. El aumento de las tarifas parece inminente y, sin medidas contundentes, la situación puede empeorar a largo plazo.
* El Espectador hace parte del mismo grupo económico que tiene participación accionaria mayoritaria en la empresa Gases del Caribe.
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