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Rusia es un importante proveedor de diamantes, oro y otros metales preciosos para los fabricantes de relojes de lujo exhibidos en Watches and Wonders, una de las principales ferias del sector.
El grupo ruso Alrosa, la mayor empresa mundial de diamantes, fue sancionada por Estados Unidos horas después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero. Según el departamento estadounidense del Tesoro, la empresa representa el 90 % de la minería rusa de diamantes y el 28 % en el mundo.
Y aunque el comercio entre Suiza y Rusia es modesto, el oro es la principal importación, por encima de otros metales preciosos como el platino, seguido por los diamantes, según el departamento suizo de aduanas.
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Comparado con otros sectores de la economía suiza, “la relojería fue menos afectada que otros por los problemas de abastecimiento en 2021″, dijo Jean-Daniel Pasche, presidente de la Federación de la Industria Relojera Suiza. Pero reconoció que es difícil evaluar en este momento el impacto de las sanciones sobre la industria relojera.
“Obviamente hay reservas. Luego tendremos que ver, dependiendo de cuánto dura el conflicto”, indicó Pasche.
Oro y paladio reciclados
El gigante suizo Richemont es propietario de las firmas de joyería Cartier y Van Cleef & Arpels, además de ocho prestigiosas marcas de relojes, incluidos Piaget y IWC.
El grupo anunció el miércoles que todas sus marcas dejaron de comprar diamantes de Rusia. La medida implicará un gran esfuerzo para encontrar diamantes de calidad de origen responsable de otro sitio, señaló en conferencia de prensa Jerome Lambert, presidente de Richemont.
El oro es menos preocupante. Desde hace una década Richemont adquiere oro reciclado de los sectores de la industria y la electrónica. En cuanto al paladio, usado en anillos de boda y de compromiso, el grupo decidió “antes de las sanciones”, cambiar a proveedores especializados en paladio reciclado, señaló Lambert.
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Agotar reservas
En Patek Philippe, una de las marcas suizas más prestigiosas, el presidente de la firma cuenta con las reservas para enfrentar la tormenta. “Afortunadamente mi producción es pequeña”, señaló Thierry Stern, quien representa a la cuarta generación de su familia al frente de la empresa.
“Todavía no siento la diferencia”, indicó. Para 2022, Patek Philippe piensa fabricar 66.000 relojes. “Y si no encuentro ciertas piedras, siempre puedo hacer grabados”, señaló el jefe de la marca, que requiere de varias disciplinas como cerámica, marquetería y esmaltado.
H. Moser, una marca que produce 2.000 relojes por año para coleccionistas acaudalados, hizo observaciones similares. “Las compras se hacen por adelantado. Por ejemplo, para las cajas que quiero fabricar en 2023, ya compré todo el oro que necesito -indicó el director Edouard Meylan- pero tal vez en seis meses algunos de nuestros proveedores llamarán para atrasar los plazos porque no han recibido los materiales”, admitió.
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La preocupación sobre las materias primas “aumentará los precios”, indico Jon Cox, analista de la industria para la empresa de servicios financieros Kepler Cheuvreux. Sin embargo, comparado con otros sectores, las firmas de lujo tienen más margen para traspasar los costos a sus clientes.
En el salón Watches and Wonders de Ginebra, donde hay 38 marcas en exhibición hasta el martes, las muestras deslumbran con sus diamantes, que reflejan “el clima generalmente positivo” de la industria este año, luego de un próspero 2021.
Sin embargo, dada la guerra y sus repercusiones, “imagino que el desarrollo de productos cambiará a bienes de lujo más modestos”, adelantó Cox.
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