Las sanciones de Irán se suman al colapso del crudo venezolano
Mientras el mundo reflexiona acerca del destino de las exportaciones de Irán, el mercado del petróleo está más expuesto que nunca al impacto del espectacular colapso de la producción venezolana.
Bloomberg.
Mientras el mundo reflexiona acerca del destino de las exportaciones de Irán, el mercado del petróleo está más expuesto que nunca al impacto del espectacular colapso de la producción venezolana.
Lea también: El petróleo se disparó por sanciones de EE. UU. a Irán y Venezuela
Venezuela, poseedora de las mayores reservas de petróleo del mundo, ha disminuido su producción en casi un 40 % desde 2015, a 1,5 millones de barriles por día, en medio de la convulsión política y la crisis económica con la gestión del presidente Nicolás Maduro. La producción podría descender a 1 millón de barriles diarios para finales de año con los acreedores mundiales al acecho de activos de petróleo venezolanos y la posibilidad de nuevas sanciones de Estados Unidos, dijeron los analistas de Société Générale en un informe la semana pasada.
El colapso del octavo productor de la OPEP contribuyó a una reducción del superávit mundial, llevando los precios a su nivel más alto en más de tres años. Pero también deja menos margen para lidiar con nuevas caídas, ante la retirada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del acuerdo de armas nucleares de Irán y el reestablecimiento de sanciones.
"Una de las fechas límites más importantes para los mercados del petróleo era hoy, con el anuncio de que Estados Unidos reestablecerá las sanciones contra Irán", dijo Luisa Palacios, directora de Medley Global Advisors LLC, en una entrevista telefónica el martes. "La segunda fecha límite más importante es el 20 de mayo, cuando Venezuela celebra elecciones presidenciales".
Si bien Trump prometió el martes imponer severas sanciones económicas a Irán, no está claro cómo afectará a los suministros de petróleo. Los analistas encuestados por Bloomberg dijeron el mes pasado que el impacto en las exportaciones de Irán podría oscilar entre cero y los 800.000 barriles.
Por el contrario, la producción de la petrolera estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela SA, ya ha caído unos 900.000 barriles al día desde su reciente máximo en diciembre de 2015.
Acreedores y oponentes legales están al acecho. A principios de esta semana, ConocoPhillips presentó órdenes de embargo en todo el Caribe a fin de cumplir con una sentencia arbitral de US$2.040 millones contra PDVSA. La compañía con sede en Houston quiere hacerse con los activos, incluidos los ingresos de PDVSA, así como crudo y productos derivados del petróleo que se encuentran en tanques de almacenamiento en Bonaire, San Eustaquio y Curazao.
El caso Conoco se suma a los miles de millones de dólares en reclamos contra Venezuela, ya que PDVSA tiene obligaciones de pago de unos US$2.550 millones en bonos este año, según datos compilados por Bloomberg.
Cientos de miles de venezolanos están huyendo de un colapso social con campamentos improvisados en toda la región, en la mayor emigración masiva en la historia moderna de América Latina. La hiperinflación ha dejado a la moneda de Venezuela prácticamente sin valor, la desnutrición es endémica y los medicamentos muy limitados, unas dificultades a las que también se enfrentan los trabajadores de PDVSA junto con el resto de la nación.
Lea también: ¿Por qué hay analistas que creen que el petróleo puede llegar a US$300 el barril?
Maduro agravó la situación con la destitución de altos ejecutivos y burócratas en la petrolera, que fue puesta bajo supervisión de un general militar el año pasado.
Rafael Ramírez, quien dirigió PDVSA durante diez años antes de huir de Venezuela, dijo a Bloomberg News la semana pasada que la compañía está al borde del colapso. Ramírez predijo que el conglomerado perdería 600.000 barriles al día de producción por año debido a la falta de inversión.
Si bien la Administración estadounidense tiene a Venezuela entre sus prioridades, Trump pensará "largo y tendido" antes de imponer sanciones de petróleo totales debido a la importancia del petróleo venezolano para los refinadores estadounidenses, según Scott Modell, director general de Rapidan Energy.
"Estados Unidos continuará presionando a Venezuela, al sancionar a más personas e intentar hacer que otros países hagan lo mismo", dijo Modell por teléfono. "Mientras tanto, la producción de petróleo en Venezuela debería seguir disminuyendo por debajo de 1 millón de barriles al día en 2019", dijo en una entrevista telefónica.
Sanciones a Irán son déjà vu para países compradores
A comienzos de esta década, antes de que el mercado del crudo se agitara debido a un exceso de oferta mundial, antes de que los precios se tambalearan debido a la mayor caída en una generación y antes de que el petróleo estadounidense comenzara a enviarse a todo el mundo, las refinerías de Asia debieron lidiar con medidas financieras internacionales destinadas a frenar el programa nuclear de la República Islámica.
Mediante la búsqueda de exenciones y siendo creativos con los pagos y el transporte, pudieron seguir comprando volúmenes limitados. Ahora que el presidente estadounidense Donald Trump renueva las sanciones contra el tercer mayor productor de la OPEP, deberán reducir de nuevo las compras.
Lea también: El petróleo sube, ante un informe sobre las reservas de EE. UU.
La última vez, los compradores de Asia se volcaron a comprar a Nigeria, Arabia Saudita, Kuwait, Irak y Angola, según la Administración de Información Energética estadounidense. China incrementó sus compras a Angola e Irak y otros países asiáticos importaron de Nigeria.
Mientras el mundo reflexiona acerca del destino de las exportaciones de Irán, el mercado del petróleo está más expuesto que nunca al impacto del espectacular colapso de la producción venezolana.
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Venezuela, poseedora de las mayores reservas de petróleo del mundo, ha disminuido su producción en casi un 40 % desde 2015, a 1,5 millones de barriles por día, en medio de la convulsión política y la crisis económica con la gestión del presidente Nicolás Maduro. La producción podría descender a 1 millón de barriles diarios para finales de año con los acreedores mundiales al acecho de activos de petróleo venezolanos y la posibilidad de nuevas sanciones de Estados Unidos, dijeron los analistas de Société Générale en un informe la semana pasada.
El colapso del octavo productor de la OPEP contribuyó a una reducción del superávit mundial, llevando los precios a su nivel más alto en más de tres años. Pero también deja menos margen para lidiar con nuevas caídas, ante la retirada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del acuerdo de armas nucleares de Irán y el reestablecimiento de sanciones.
"Una de las fechas límites más importantes para los mercados del petróleo era hoy, con el anuncio de que Estados Unidos reestablecerá las sanciones contra Irán", dijo Luisa Palacios, directora de Medley Global Advisors LLC, en una entrevista telefónica el martes. "La segunda fecha límite más importante es el 20 de mayo, cuando Venezuela celebra elecciones presidenciales".
Si bien Trump prometió el martes imponer severas sanciones económicas a Irán, no está claro cómo afectará a los suministros de petróleo. Los analistas encuestados por Bloomberg dijeron el mes pasado que el impacto en las exportaciones de Irán podría oscilar entre cero y los 800.000 barriles.
Por el contrario, la producción de la petrolera estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela SA, ya ha caído unos 900.000 barriles al día desde su reciente máximo en diciembre de 2015.
Acreedores y oponentes legales están al acecho. A principios de esta semana, ConocoPhillips presentó órdenes de embargo en todo el Caribe a fin de cumplir con una sentencia arbitral de US$2.040 millones contra PDVSA. La compañía con sede en Houston quiere hacerse con los activos, incluidos los ingresos de PDVSA, así como crudo y productos derivados del petróleo que se encuentran en tanques de almacenamiento en Bonaire, San Eustaquio y Curazao.
El caso Conoco se suma a los miles de millones de dólares en reclamos contra Venezuela, ya que PDVSA tiene obligaciones de pago de unos US$2.550 millones en bonos este año, según datos compilados por Bloomberg.
Cientos de miles de venezolanos están huyendo de un colapso social con campamentos improvisados en toda la región, en la mayor emigración masiva en la historia moderna de América Latina. La hiperinflación ha dejado a la moneda de Venezuela prácticamente sin valor, la desnutrición es endémica y los medicamentos muy limitados, unas dificultades a las que también se enfrentan los trabajadores de PDVSA junto con el resto de la nación.
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Maduro agravó la situación con la destitución de altos ejecutivos y burócratas en la petrolera, que fue puesta bajo supervisión de un general militar el año pasado.
Rafael Ramírez, quien dirigió PDVSA durante diez años antes de huir de Venezuela, dijo a Bloomberg News la semana pasada que la compañía está al borde del colapso. Ramírez predijo que el conglomerado perdería 600.000 barriles al día de producción por año debido a la falta de inversión.
Si bien la Administración estadounidense tiene a Venezuela entre sus prioridades, Trump pensará "largo y tendido" antes de imponer sanciones de petróleo totales debido a la importancia del petróleo venezolano para los refinadores estadounidenses, según Scott Modell, director general de Rapidan Energy.
"Estados Unidos continuará presionando a Venezuela, al sancionar a más personas e intentar hacer que otros países hagan lo mismo", dijo Modell por teléfono. "Mientras tanto, la producción de petróleo en Venezuela debería seguir disminuyendo por debajo de 1 millón de barriles al día en 2019", dijo en una entrevista telefónica.
Sanciones a Irán son déjà vu para países compradores
A comienzos de esta década, antes de que el mercado del crudo se agitara debido a un exceso de oferta mundial, antes de que los precios se tambalearan debido a la mayor caída en una generación y antes de que el petróleo estadounidense comenzara a enviarse a todo el mundo, las refinerías de Asia debieron lidiar con medidas financieras internacionales destinadas a frenar el programa nuclear de la República Islámica.
Mediante la búsqueda de exenciones y siendo creativos con los pagos y el transporte, pudieron seguir comprando volúmenes limitados. Ahora que el presidente estadounidense Donald Trump renueva las sanciones contra el tercer mayor productor de la OPEP, deberán reducir de nuevo las compras.
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La última vez, los compradores de Asia se volcaron a comprar a Nigeria, Arabia Saudita, Kuwait, Irak y Angola, según la Administración de Información Energética estadounidense. China incrementó sus compras a Angola e Irak y otros países asiáticos importaron de Nigeria.