Lo que le falta al desempleo para volver a un dígito en Colombia
En mayo la tasa de desempleo registró una leve disminución al consolidarse en el 10,5 %, pero sin volver aún a esa racha de tasas de un dígito que llegó a tener hace unos años. Hablamos con algunos analistas, y esto fue lo que nos contaron.
Diego Ojeda
El desempleo en Colombia registra un sabor agridulce. La buena noticia es que continúa en una senda de desaceleración (tras el duro impacto que le significó la pandemia), pues el más reciente informe entregado por el DANE da cuenta que en mayo su tasa se consolidó en el 10,5 % (lo que es 0,1 puntos porcentuales menos que el mismo mes del año pasado); no obstante, la no tan buena es que esta disminución sigue siendo muy débil y los índices de personas sin trabajo, o desde la informalidad, continúan siendo altos.
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El desempleo en Colombia registra un sabor agridulce. La buena noticia es que continúa en una senda de desaceleración (tras el duro impacto que le significó la pandemia), pues el más reciente informe entregado por el DANE da cuenta que en mayo su tasa se consolidó en el 10,5 % (lo que es 0,1 puntos porcentuales menos que el mismo mes del año pasado); no obstante, la no tan buena es que esta disminución sigue siendo muy débil y los índices de personas sin trabajo, o desde la informalidad, continúan siendo altos.
Si se mira desde la ocupación, Colombia tiene 22,56 millones de personas trabajando (de las 39,47 millones que están en la edad de trabajar). De estas, el grueso se encuentra en las actividades de comercio y reparación de vehículos (4,1 millones); agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (3,45 millones); y administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana (2,72 millones). Por lo que podemos decir que estos son los grandes empleadores del país.
Es más, si se comparan estas cifras con las registradas en mayo de 2022, se encuentra que comercio y reparación de vehículos fue la actividad que generó una mayor adición de puestos de trabajo, con más de 356.000 plazas laborales, seguida de industrias manufactureras (213.000), alojamiento y servicios de comida (136.000) y transporte y almacenamiento (78.000). En otras palabras, el empleo en Colombia no se encuentra estancado.
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No obstante, esto tampoco se traduce en que no haya rubros de la economía que atraviesen por un mal momento. Tal es el caso de las actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicio, registran una disminución de 196.000 puestos de trabajo. También está el caso de administración pública y defensa, educación y atención en la salud humana (-134.000), agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (-93.000), construcción (-82.000) y suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (-30.000).
Si nos fijamos bien, vemos que gran parte de los grandes empleadores del país están perdiendo su capacidad de contratación o de generar empleos. Para el subdirector del DANE, Leonardo Trujillo Oyola, este sería un motivo para que el Gobierno enfoque una política pública que permita el aumento de la población ocupada en este tipo de rubros de la economía.
Volviendo al pasado, los meses de mayo de los años 2017 y 2018 se encontraban en medio de esas rachas que registró el mercado laboral colombiano en donde el desempleo registraba cifras de un dígito (todas cercanas al 9 %). En general, si comparamos el mes de mayo de este año con el de esos años se observa una adición de ocupados cercana al 1,5 millones de personas (algo positivo). Sin embargo, también se ve una tendencia de sectores que registran serias caídas, donde nuevamente figuran las actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios de 224.000 puestos de trabajo, así como en servicios públicos (-158.000) y construcción (-26.000). A modo general, podría decirse que son estos los sectores que hoy hacen contrapeso para que el país retome esas tasas de un dígito.
A esto también hay que sumarle la alta informalidad (trabajadores que no tienen garantías de recibir un salario mínimo ni cotizan en el sistema de prestaciones), que casi alcanza a 6 de cada 10 ocupados en el país. En suma, el mercado laboral tiene un monstruo de dos cabezas con el que se ha venido batallando durante años sin que se haya logrado resultados significativos.
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Según lo explicado por el economista principal de Scotiabank Colpatria, Sergio Olarte, parte de los lastres que impiden ese dinamismo que se quisiera para el mercado laboral colombiano son los choques estructurales que ha enfrentado Colombia en los últimos años.
El primero de estos, explica, es la importante desaceleración que está experimentando la economía colombiana (en parte por los ecos que dejó el coletazo de la pandemia), lo que hace que la creación de empleo no sea la más adecuada para el largo plazo.
El segundo tiene que ver con la forma en la que se estructura actualmente el mercado laboral, pues no es lo suficientemente ágil y flexible como para que las empresas que puedan crear empleo lo hagan a la vez de que mantengan su productividad; así como la falta de incentivos para la formalización, de allí que muchos prefieran mantenerse en la informalidad
Un tercer elemento tiene que ver con la transformación que está implicando la cuarta revolución industrial en el tejido empresarial. Es decir, por las nuevas tecnologías son otras las habilidades y conocimientos que se están buscando en las personas, y al no haber esa oferta de talento por parte de los trabajadores, se está consolidando una brecha en la que, palabras más palabras menos, trabajo sí hay, pero no hay quien lo haga. De allí la importancia de trabajar juntamente con las entidades de formación para actualizar a los trabajadores a estas nuevas tendencias.
Por su parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, considera que para volver a esa racha de tasas de desempleo de un dígito es importante que haya una mayor producción de bienes y servicios, especialmente en la industria y el agro nacional. Para esto, asegura, en Colombia se necesita una política de promoción de este tipo de industrias, así como cambios estructurales en el mercado laboral.
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Finalmente está el análisis que hace óscar Cardozo, quien es analista económico del banco de inversión Values AAA. Para este profesional, es clave el manejo que le continúe dando el Banco de la República y el Gobierno Nacional a la lucha contra la inflación, pues esto es lo que ha hecho que se eleven las tasas de interés y, con esto, la pérdida del dinamismo de la economía, que es lo que permite generar empleos.
Sigue siendo complejo avanzar en una senda que permita dar empleo a todos aquellos que deseen tenerlo. Los retos macroeconómicos del país, sumados a las fallas estructurales de su mercado laboral, hacen que esta tarea se torne distante. Colombia tiene la oportunidad de mejorar en ambos sentidos. En primer lugar con las esperanzadoras expectativas de crecimiento para los próximos años (pues desde ya se vislumbra la disminución de la inflación); y en el segundo con la posibilidad de que se apruebe una buena reforma laboral que reúna los intereses y necesidades de todos los actores.
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