Lo que se espera de la reforma laboral tras su llegada al Congreso
El articulado de este documento busca poner a tono la regulación laboral colombiana con las realidades del trabajo del siglo XXI, además de mitigar la informalidad y brindar alivios a otros problemas del sector. ¿Cuáles son los reparos que se le han hecho?
Diego Ojeda
Nadie discute con la idea de que el mercado laboral colombiano necesita una actualización. De hecho, el Código Sustantivo del Trabajo vigente tiene más de 60 años. Con la llegada de las nuevas tecnologías, además de las dinámicas que se han establecido tras la pandemia, se hace más urgente que las reglas de juego sean repensadas.
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Nadie discute con la idea de que el mercado laboral colombiano necesita una actualización. De hecho, el Código Sustantivo del Trabajo vigente tiene más de 60 años. Con la llegada de las nuevas tecnologías, además de las dinámicas que se han establecido tras la pandemia, se hace más urgente que las reglas de juego sean repensadas.
Esa precisamente es la propuesta que hoy le hace el Ministerio del Trabajo al Congreso de la República, con la radicación de la reforma laboral. En el articulado de este documento se abordan temas como el trabajo en aplicaciones, la jornada laboral y la estabilidad en el empleo, entre otros tópicos.
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Se espera que hacia las cinco de la tarde, en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, se realice el acto simbólico de la radicación de este proyecto de ley, en donde también participará el presidente Gustavo Petro.
La construcción del proyecto
Hay que decir que esta iniciativa, aunque contó con el diálogo y la participación de variedad de entidades y comunidades, llega al Congreso sin haber logrado una concertación entre Gobierno, Centrales Obreras y Empresarios.
Estos tres grupos tienen asiento en lo que se conoce como la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, que no es más que una mesa de trabajo en donde se discuten temas como estos, y en donde se busca ponerlos a tono con la realidad empresarial y laboral del país.
Aunque siempre hubo un ambiente de diálogo, los empresarios mantuvieron sus reparos con relación a parte del articulado de esta reforma, como lo es el volver a la jornada nocturna desde las seis de la tarde, y el recargo del 100 % de un día laboral cuando se trabaje en domingos o festivos.
Para la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), la implementación de estas medidas se traduce en un incremento de costos operativos para las empresas, lo que a su vez significa la pérdida de capacidad de contratación.
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Según una encuesta adelantada por esta federación, de aprobarse estas iniciativas, las empresas tendrían que asumir unos sobrecostos que podrían superar el 20 %, que si se suman al 16 % del aumento que tuvo el salario mínimo en 2023, da como resultado un aumento de entre el 35 % y el 40 %. “De llegar a aprobarse la reforma tal como se conoció en un primer borrador, afectaría al 85% de las empresas del comercio”, detalló Fenalco.
En contraste, para las centrales obreras, e incluso el Ministerio del Trabajo, esto no es más que el reconocimiento de un derecho que tienen los trabajadores, cuya implementación significa un aporte en la dignificación de sus labores.
Sin embargo, sí se evidencia que hubo cambios entre el primer y segundo borrador de la reforma, lo que sería un indicador de la influencia que tuvo sobre la misma la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales.
Dentro de los puntos que cambiaron está la contratación a término fijo. La primera versión del documento establecía que ninguna labor permanente en una empresa podía ser contratada bajo el modelo de contrato a término fijo. La nueva versión sí permite hacerlo, pero en una ventana de tiempo de hasta dos años. Dichos contratos también se podrán prorrogar siempre y cuando el trámite se adelante antes de que se cumplan los dos años.
También se puso un límite a los salarios que estarían obligados a incrementarse con base en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En el primer borrador de la reforma laboral se fijaba que todo trabajador que devenga más de un salario mínimo pasaría a tener este derecho. Sin embargo, en la nueva versión quedó establecido que este derecho será solo para los que ganen hasta dos salarios mínimos.
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El espíritu de la reforma
Teniendo claro lo anterior, vale la pena analizar cuál es el espíritu, o las intenciones, que tiene la reforma laboral. Según el Ministerio del Trabajo, con esta se busca defender principios constitucionales como lo es la igualdad de oportunidades para las personas trabajadoras, garantizar una remuneración mínima vital (se diferencia del salario mínimo en el sentido en que esta apunta a cubrir el costo de la canasta básica familiar), la calidad del trabajo y la estabilidad en el empleo, entre otros aspectos.
También sería la respuesta a las necesidades laborales que han planteado las nuevas tecnologías, con el surgimiento de plataformas como Rappi y Uber. En suma, lo que reconoce esta reforma es que hay escenarios en donde existe una relación laboral entre plataformas y trabajadores.
Hay que recordar que el argumento de estas compañías ha sido que las mismas funcionan como intermediadoras, es decir, ponen a disposición su tecnología para que un trabajador la utilice para conectarse con un cliente. Bajo este modelo, como no hay una relación de empleador empleado, no estarían en la obligación de responder por prestaciones como pago de sueldos, protección ante riesgos laborales, cesantías y vacaciones, entre otros beneficios.
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No obstante (y como lo deja en firme la reforma) se ha encontrado que existen casos de subordinación, es decir, plataformas que exigen a estos supuestos autónomos el cumplimiento de horarios, el trabajar en determinadas zonas, y el cumplimiento de determinadas metas. De lo contrario, estos podrían verse castigados o suspendidos por el algoritmo de la aplicación.
El avance que hace la reforma en esta materia es que define las reglas de juego, de tal manera que si una plataforma quiere seguir ejerciendo una subordinación laboral se entenderá que funge como empleador y estará en la obligación de garantizar todos los derechos que la ley le reconoce al trabajador.
Otro aspecto importante que se busca mitigar es la alta informalidad. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia casi seis de cada diez trabajadores son informales.
Reducir este indicador tan alto es un reto considerable, y aunque en el articulado se ven apuestas que fomentan la empleabilidad, como lo es la fijación de cuotas de contratación a ciertas empresas para dar empleo a estudiantes del SENA, no se ve una ruta clara que indique cómo se espera mitigar la informalidad.
Al contrario, está la premisa de los empresarios de que, al elevar los costos de producción, podrían adelantarse despidos.
Estos y otros detalles de la reforma serán debatidos en el Congreso de la República, en donde pasará por cuatro debates antes de su eventual aprobación. Lo que se viene es una gran conversación de lo que deberá ser el norte laboral en el país, con toda y la complejidad de retos que lo acompañan. La buena noticia es que finalmente el país tiene la oportunidad de actualizar las reglas de juego en el trabajo, con las premisas gubernamentales de hacerlo más digno y de fácil acceso, con todo y los desafíos que esto implica.
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