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El mundo lleva más de un año sufriendo por la incertidumbre a raíz de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Los ataques y contraataques vía aranceles que estas naciones se han impuesto entre sí ya impactan a más de US$370.000 millones en bienes (de los cuales US$250.000 millones son aranceles de EE. UU. a productos chinos), una cifra que supera el PIB de la mayoría de las economías latinoamericanas, incluyendo a Colombia. Por esto, no es sorpresa que organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya emitido reiteradas alertas sobre el efecto negativo de esta confrontación en la economía mundial. Y por supuesto, Colombia, si bien no tiene capacidad para influir en esta disputa, es vulnerable a sus coletazos.
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La tasa de cambio colombiana ha sido el principal comunicador de los efectos de la guerra comercial. Este lunes, el dólar superó los $3.300 por primera vez en tres años, y tan solo en el último mes este indicador ha subido cerca de $170. Una volatilidad similar a la de los períodos más crudos de la crisis de los precios internacionales del petróleo. Y aunque con menor volatilidad, el euro también ha subido con fuerza (más de $150 en el último mes), situándose por encima de los $3.700 ¿Qué pasa con el peso colombiano?
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, explica que “debido a la guerra comercial se está viendo una volatilidad muy importante en los activos de riesgo como el de las divisas de las economías emergentes, entre ellas el peso colombiano. Por eso vemos que la tasa de cambio local se mueve muy a la par de los anuncios de China o Estados Unidos. Cada vez que se agudiza la tensión, las monedas latinoamericanas se desvalorizan. Este fenómeno se vio el viernes pasado, cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció un incremento en los aranceles a China (a US$200.000 millones de bienes chinos), y este lunes, cuando el país asiático contraatacó con un incremento en las tarifas (a US$60.000 millones de bienes estadounidenses desde el próximo 1º de junio)”.
Olarte agrega que “si se da un aumento permanente en los aranceles que se han impuesto estas potencias, se espera que las economías desarrolladas, y el mundo en general, crezcan a menor ritmo. Esto provocaría bajas en los precios de algunas materias primas, como el petróleo, el carbón y el café. Esta es una situación que afectará de manera negativa a la economía colombiana. Pero a largo plazo, tanto China como Estados Unidos deberán buscar nuevos socios, y si Colombia es capaz de absorber esta demanda de nuevos bienes saldremos beneficiados”.
En el caso colombiano, un golpe a la cotización del café podría ser más nocivo que al petróleo. El sector petrolero ya se ha sabido adaptar a precios mucho menores a los actuales, pero con los niveles de hoy los cafeteros ni siquiera cubren los costos de producción. Para seguir operando dependen de los más de $250.000 millones en apoyos que ha destinado el Gobierno para amortiguar el impacto, por lo que una caída aún mayor en el precio del grano dejaría en peores aprietos a las 500.000 familias colombianas que trabajan en esta actividad.
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Sin embargo, para la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, existen posibles ganancias para Colombia en esta guerra comercial: “Identificamos que, de las 5.745 partidas (productos chinos) impactadas con los aranceles estadounidenses, Colombia puede exportar 740 a Estados Unidos, por lo que, siempre y cuando se tenga una estrategia exportadora clara, los empresarios colombianos pueden beneficiarse de esta ventana de oportunidades”.
Entre los productos colombianos que tienen oportunidad de remplazar a los chinos en Estados Unidos están las manufacturas como llantas de camión, el tejido de punto de fibras sintéticas, la sacarosa y hasta accesorios de tubería.
Lacouture también indica que, pese a la alta tensión que se vive en este momento entre Estados Unidos y China, “es muy probable que haya un arreglo sensato a tiempo, o al menos un acuerdo sobre lo mínimo que evite un escalonamiento descontrolado de retaliaciones. Hay puntos claves para la administración Trump, como la propiedad intelectual, y buena parte de la discusión entre los dos países tiene ese tema como punto central”.
Aunque las negociaciones sigan programadas por al menos otro mes, las discusiones traerán una gran cantidad de tensión que se reflejará en los mercados. Además, Trump amenazó con un posible incremento de aranceles a otros US$325.000 millones en bienes chinos, por lo que Colombia y el mundo deberán prepararse para al menos otro mes de volatilidad en la tasa de cambio, y en caso de no resolverse esta disputa comercial, sectores como el cafetero deberán estar listos para una mayor caída en los precios. Sin olvidar que, al parecer, aun con esta dura crisis puede haber oportunidades.