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En medio de la pandemia, el Gobierno Nacional reconoció la conectividad a internet como un servicio público esencial; es decir, un bien indispensable para el desarrollo de la sociedad colombiana, así como lo son la banca, el transporte y los servicios públicos domiciliarios.
Aún así, el reto de la conectividad sigue siendo considerable en el país. Cifras manejadas por el Ministerio de las TIC indican que el 60 % de los colombianos están conectados, mientras que en las zonas rurales y apartadas este indicador se reduce al 28,9 %, lo que se traduce en que el 70 % de los colombianos en estos lugares están desconectados.
Para los grandes operadores no siempre es negocio llevar la conexión hasta las zonas más apartadas del país, por todo el esfuerzo en infraestructura y personal en el que se tiene que invertir. De allí la importancia de los ISP (Proveedor de Servicios de Internet), que son los pequeños operadores que han decidido asumir ese reto y que, hasta la fecha, continúan ayudando a que la brecha en el país se mitigue más y más.
Ana María Martínez es la presidente de ISP Corporation, una agremiación que agrupa a unos 80 ISP en Colombia, con los que se ha logrado llevar conectividad a unas 5.000 veredas y corregimientos del país.
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Para esta directiva es claro lo que significa el hecho de que el internet en Colombia sea considerado un servicio público esencial, y es que “no importa en dónde esté una persona, esta debe tener las mismas condiciones de internet que tiene otra que se encuentre en el centro de Bogotá, porque es un derecho fundamental”.
Martínez aclara que la brecha digital no solo se debe interpretar como que una población tiene o no internet, sino que debe llegar al punto de analizar su calidad. Porque si una población que está en una montaña tiene una conexión que le permite navegar a una velocidad de cinco megas, cuando en el centro de la capital la velocidad mínima es de 25 megas, la brecha sigue latente, y con esta urge la necesidad de adelantar esfuerzos para que todos en Colombia tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
En su trabajo ha sido testigo del potencial que tiene la conexión a internet para traer mejores oportunidades en los territorios. Relata que antes muchos jóvenes viajaban a las ciudades para formarse profesionalmente, cuando ahora pueden hacerlo en sus pueblos, gracias a la conectividad que les permite capacitarse con la educación a distancia.
También están los casos de habitantes que tenían que viajar a las grandes urbanizaciones para adelantar trámites, cuando ahora lo pueden hacer desde la comodidad de sus hogares. Incluso se ha incrementado la creación de empresas, ya que los productos que se hacen en el campo pueden tener un lugar en el comercio en línea y así distribuirse a todo el país.
Sumado a todo esto se ha encontrado que los ISP son un tipo de empresa con un enorme potencial de desarrollo en estas regiones del país, pues, por su naturaleza, son sus habitantes quienes tienen el potencial de sacarlas adelante.
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“El ISP es un tipo de empresa que no nace en Bogotá, sino en un corregimiento o en una montaña. Por ejemplo, en el Valle del Cauca hay un creador de un ISP que apenas tiene segundo de primaria, y es él quien está llevando la conectividad a todo Tenerife (Valle del Cauca). Esta es una zona montañosa con mucha agricultura, y este muchacho está ayudando a esa población a salir adelante”, explica Martínez.
En medio de esta titánica labor, tan necesaria para el desarrollo del país, Martínez resalta la importancia de que su gremio reciba la aceptación de la industria, ya que comúnmente son asociados como ilegales o “piratas”, cuando en realidad están legalmente constituidos, tributan y constantemente envían reportes al Ministerio de las TIC.
Además, avanzan en la adopción de las nuevas tecnologías TIC al capacitar a jóvenes en habilidades técnicas para el despliegue de estas redes en zonas rurales y apartadas. Muchos de estos, asegura, no siempre tienen una formación académica avanzada, pero a través de las capacitaciones han encontrado que pueden especializarse laboralmente y más adelante seguir complementando, con la academia, sus conocimientos para crecer profesionalmente.
Para seguir avanzando como industria, Martínez pide una mayor colaboración de las autoridades, no solo porque han enfrentado coletazos económicos considerables (como el alza del dólar, pues es en esta moneda que adquieren sus equipos), sino también la delincuencia que roba sus cables de fibra óptica, dejando así a cientos de personas sin conexión a internet.
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También para que se entienda su quehacer, ya que las electrificadoras suelen cobrarles considerables costos, además de exigirles trámites que demoran los procesos para llevar la conexión a estas zonas apartadas.
Parte de la misión que se plantean es que todos aquellos que tengan un ISP puedan capacitarse como empresarios, pues así es como se ven. Esto es importante pues, como lo argumenta Martínez, es la vía que se requiere para que se pueda ampliar la visión y así extender aún más la labor social que se realiza.
En medio de un mundo cada vez más interconectado, el tener internet en una casa, colegio, estación de policía o centro médico hace la diferencia.
En los últimos años la carrera por ampliar la cobertura a cada rincón del país se ha intensificado, y los ISP han sido un gran aliado para el Gobierno en la consolidación de esta meta.
“Nosotros no estamos en una ciudad con todas las comodidades, sino que nos ha tocado subir montañas. Tenemos un compañero en Charco, Nariño, que pasa hasta tres horas en un barco para llegar a uno de sus clientes. Eso es lo que rescatamos de esos pequeños operadores”, comenta la presidenta de ISP Corporation.
Con el desarrollo de nuevas tecnologías y la democratización de otras que ya existen (como el internet satelital), se espera que estas brechas cada vez sean menores y nos preocupemos más por el cierre de otras, como la apropiación de las tecnologías (saber manejar los equipos), su explotación (aprovecharlas) y que la calidad del servicio sea igual para todos.
Mujeres que lideran la industria TIC
Royma Rodríguez es la directora de Despliegue de Red en WOM. Su cargo tradicionalmente ha sido desempeñado por hombres, por lo que se ha consolidado como un referente femenino en la industria, y todo esto gracias a sus 19 años de experiencia en la dirección de proyectos en compañías proveedoras de redes.
Es ingeniera electrónica, especialista en Telecomunicaciones y magíster en Administración y Dirección de Empresas.
Centros de datos: uno de los pilares de la conectividad
Los centros de datos hacen parte de la infraestructura vital de las telecomunicaciones en Colombia, ya que son los que almacenan y procesan la información.
Alexandra Cruz es la mujer que se encarga de la infraestructura civil, la seguridad física, el servicio al cliente y la supervisión de contratistas y administración del Data Center Tiara de Claro, el más importante de la compañía en Colombia y uno de los más modernos en América del Sur.
Tejedoras de redes
María Angélica Sierra es una de las tantas mujeres que trabajan en Movistar instalando fibra óptica.
Sobre su labor asegura: “Es un trabajo que disfruto, es llevar la actividad con un toque femenino, que sea esta una invitación para que las mujeres nos metamos a este mundo, que es muy bonito, porque tenemos la capacidad de hacerlo”.
Para ella, extender la fibra óptica en el país no es una labor que consista en conectar cables, sino que “tiene su ciencia”, pues para esto hay que revisar planos, terrenos y opciones.
Redes 5G
Este es uno de los términos más sonados en telecomunicaciones y tecnología. Y no es para menos, pues representa la quinta evolución de las comunicaciones digitales, con un salto en velocidades así como en calidad de la transmisión de datos. Esta es la piedra angular de otras pequeñas revoluciones en campos como robotización industrial o domótica, por ejemplo.
Conectividad
Esta sigue siendo una de las tareas pendientes en países como Colombia, en donde se ha mejorado drásticamente en las últimas décadas en los entornos urbanos, pero que sigue teniendo una deuda al hablar de la ruralidad. La conectividad, en este punto de la historia, es no solo un requisito para acceder a la revolución digital, sino un asunto que incluso determina condiciones de pobreza multidimensional.
Brecha digital
En su versión más amplia, el concepto no solo implica tener una conexión a internet, bien sea móvil o fija, sino que también incluye aspectos como el conocimiento y la apropiación de la tecnología. En últimas, no solo se trata de tener redes y dispositivos, sino de saber qué hacer con ellos. Y este salto cualitativo sigue siendo una gran barrera en países como Colombia.
Espectro electromagnético
El espectro sigue siendo el bien primordial para expandir las telecomunicaciones inalámbricas. Este año, Colombia debe comenzar el proceso para asignar nuevas bandas que permitirán la introducción de las redes 5G en el país, y con ellas los beneficios de velocidades más rápidas y estables.
Brecha de costo
Además de llegar con servicios de conectividad y que la población sepa usarlos y aprovecharlos, otro de los puntos claves en el tema de conectividad es el precio de los servicios. De acuerdo con la A4AI, organización dedicada a estudiar mercados en todo el mundo, Colombia sigue ofreciendo servicios de conexión por encima de los precios promedios de países similares.
Fibra óptica
La fibra sigue siendo el estándar dorado de conectividad en el mundo, al menos para áreas urbanas y densamente pobladas. Si bien Colombia tiene un despliegue de fibra en ciudades principales, esta tecnología no ha llegado a zonas rurales en muchos casos y, en otros, es preferible cubrir estas zonas mediante conexiones inalámbricas.
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