Los ingredientes de la crisis que enfrenta el sector lechero en Colombia
Al sector lácteo se le “juntó el ganado” de las condiciones adversas en el mercado, pues abunda la oferta y cae la demanda. Entre las medidas para protegerlo hay una investigación del Ministerio de Comercio a los importadores de leche en polvo de Estados Unidos, asunto que no ha caído del todo bien en algunos sectores.
Una parte de la dieta de los colombianos está compuesta por la leche y sus derivados como quesos, yogur, mantequilla y helados. Además, es un insumo esencial para otro tipo de productos que ofrece la industria de los alimentos como lo son los chocolates y las galletas.
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Una parte de la dieta de los colombianos está compuesta por la leche y sus derivados como quesos, yogur, mantequilla y helados. Además, es un insumo esencial para otro tipo de productos que ofrece la industria de los alimentos como lo son los chocolates y las galletas.
Se trata de un sector fundamental, pues toda la cadena mueve alrededor de $30 billones al año, de acuerdo con estimaciones de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
Los ingredientes de la crisis
Sin embargo, los lecheros llevan más de un año pasándola mal, desde abril de 2023 para ser exactos. “Veníamos de unos precios muy buenos en el litro de leche, por las presiones inflacionarias mundiales. Luego la situación se estabilizó, mejoró el clima y el precio empezó a caer”, explica Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán.
Las dificultades solo se han profundizado con el paso del tiempo. El gremio tenía la esperanza de que la llegada de El Niño redujera la producción de leche para reducir la oferta y mejorar el precio. Pero el impacto no fue el esperado, el verano pasó, el clima mejoró, el pasto volvió a reverdecer y las vacas a dar más y más leche.
El problema es que la industria no tiene la capacidad para procesar tanta leche, especialmente porque todo el año ha tenido reservas importantes. Para junio de 2024 se registraban 196,4 millones de litros de leche de inventarios cuando este valor era de 116,4 y 71 millones de litros en 2023 y 2022 respectivamente, de acuerdo con cifras de la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche (USP) del Ministerio de Agricultura.
“Realmente no se han tomado medidas para que la cadena entera, es decir el ganadero, la industria, los comercializadores estemos preparados para afrontar esos picos y esas bajadas de producción. Siempre diría yo, nos dejamos coger tiempo y nos sorprende la coyuntura”, reconoce Ana María Gómez Montes, presidenta de Asoleche (Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche).
En este punto el mayor alivio sería que los colombianos tomaran cada vez más leche y consumieran muchos de los derivados lácteos, pero ha pasado lo opuesto. El consumo ha caído en los últimos dos años: en 2022 bajó el 9 %, en 2023 el 6 %. “En lo que va de este año hay una recuperación en el consumo de 0,9 % si se compara con los dos últimos años, no es una suficiente para decir que se está dinamizado otra vez”, apunta Gómez.
La crisis del sector impacta a toda la cadena láctea, pero su golpe es todavía mayor para el eslabón más débil: los productores. De acuerdo con Fedegán, el precio que le pagan a los ganaderos se ha reducido en el 16 % entre abril de 2023 y la actualidad.
En contraste, la leche de cara a los consumidores se ha mantenido estable, pues el último año se ha encarecido en un 0,94 % (entre junio de 2023 y de 2024). Mientras que los quesos y otros derivados han tenido un incremento del 2,95 y 5,03 % respectivamente, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Al respecto, desde Asoleche afirman que, en un esfuerzo por mantener el consumo estable, nunca se trasladó al consumidor los incrementos que han tenido “ni factores como los nuevos tributos (impuestos a alimentos ultraprocesados)”. Aunque la reacción de compra de los usuarios no ha sido la esperada.
Proteger el mercado local de las importaciones
Son múltiples las estrategias que han venido implementando el Gobierno y los integrantes de la cadena láctea para atender la situación del sector. Estas abarcan temas como la promoción del consumo de lácteos “Seamos buena leche”, las compras públicas del producto, programas de estabilización de precios para los productores, fomento al procesamiento para alargar la vida útil del producto, entre otras.
Una de las que más ha sonado es la de proteger la producción nacional de leche en polvo frente a las importaciones que llegan de Estados Unidos.
El Ministerio de Comercio inició una investigación en junio de este año porque “encontró indicios de que existirían presuntas subvenciones a la producción de leche en Estados Unidos y que, en consecuencia, la comercialización de la leche en polvo en el mercado colombiano se estaría realizando con precios artificialmente bajos que perjudicarían a los productores nacionales”, sostiene la entidad.
Los indicios que tiene apoyan la hipótesis de la existencia de la práctica desleal de comercio internacional. Son dos las razones. La primera es que en Estados Unidos habría ejecutado programas de subvenciones a la producción de leche por un monto de US$1.900 millones en 2023. Y la segunda es que las importaciones de leche en polvo estadounidenses crecieron en un 863 % entre 2012 y 2023.
Se trata de un proceso largo, que durará, por lo menos, seis meses más. Pero desde ya ha generado preocupación a los productores de Estados Unidos, que han sido respaldados por cuatro congresistas del país que enviaron una carta a la Embajada de Colombia en Washington en la que se oponían a la investigación.
En el documento aseguran que las alegaciones del ministerio “carecen de una base legal sólida” y que no conocen evidencia entre las importaciones de leche en que llegan de EE. UU. y cualquier daño a la industria nacional. “Los expertos nos informan que los productos de leche en polvo importados son significativamente diferentes de la leche cruda, incluyendo en características físicas, producción, distribución y demografía del consumidor”, añaden los congresistas.
Expertos en comercio internacional le dijeron a El Espectador que, en caso de que la investigación de Mincomercio resulte en contra de los importadores de leche, es posible que implique mayores costos para ellos, pues se les cobraría una medida compensatoria (un tipo de arancel) que puede estar por el orden del 20 %. Esta es una medida de protección que está incluida en el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Como la medida podría generar mayores costos en la industria que utiliza el producto importado, podría incentivar las compras nacionales. Sin embargo, queda la preocupación generalizada es que haya cobros adicionales a otros productos colombianos por parte de Estados Unidos.
Al respecto, el Ministerio de Comercio le dijo a este medio que EE. UU. “no tendría una base normativa para imponer medidas de retaliación contra Colombia en caso de que, con base en el resultado legítimo de la investigación, sea procedente la aplicación de medidas compensatorias para impedir la causación de un daño a los productores nacionales”.
Finalmente, la entidad resalta que no puede perderse de vista que la leche es un producto esencial en la economía campesina de Colombia y que hace parte de la base alimentaria de los hogares en todos los eslabones de la cadena. “Precisamente uno de los objetivos de política pública del Gobierno es promover e impulsar un comercio justo y equilibrado”, concluye.
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