Los negocios en auge entre los “millennials”
Shows eróticos por webcams, ser influenciadores y el bitcoin son algunas de las actividades que están seduciendo a los jóvenes por sus altas y rápidas rentabilidades.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092
Los millennials son uno de los grandes enigmas actuales. Una de sus características más llamativas, y que tal vez es la que más le preocupa a la sociedad actual, es su desinterés por los trabajos convencionales: no encuentran sentido en trabajar de por vida en un lugar, sino que prefieren actividades diferentes que les permitan flexibilidad para poder realizar otras. La situación incluso ha llevado a grandes compañías como Bavaria a cambiar estructuras organizacionales con el fin de retener a los jóvenes más talentosos para asegurarse que hagan carrera dentro de la empresa.
En los últimos años han surgido profesiones que, para los más tradicionales, son absurdas, pero al estudiarlas en detalle se encuentra que pueden llegar a pagar más que algunas de las carreras mejor remuneradas (como los pilotos). Aunque muchos sigan entrando a compañías, permanece la necesidad de estos jóvenes de buscar negocios, actividades y profesiones que se acoplen a sus expectativas y a su perfil empresarial.
David Gereda, director para Latinoamérica de One Young World (OYW), explica que los “millennials tienen un perfil de riesgo alto, por lo que pueden aceptar la incertidumbre con tal de tener altas y rápidas rentabilidades. Lo que se está viendo es que sus inversiones son cada vez más digitales, aunque también hay un fuerte movimiento en torno a los negocios fitness. Asimismo, sobresale que no les gustan los mecanismos bancarios tradicionales. Pero también pasa que, a pesar de ser emprendedores, abunda la informalidad”.
Analizamos en detalle algunos de los negocios que más están seduciendo a los millennials:
Modelos webcam
En los últimos cinco años Colombia se ha convertido en la segunda potencia mundial, sólo superado por Rumania, en modelos webcam (actividad en la que se transmiten por internet shows eróticos). Y es una alternativa que está creciendo cada vez más entre los jóvenes, en especial las mujeres, permitiendo la creación de todo un ecosistema de negocio alrededor de esta actividad económica, que, es claro, sólo puede desarrollarse con mayores de edad. Las ganancias pueden rivalizar con las de las carreras mejor pagadas del país.
Juan Bustos, uno de los pioneros del negocio de las webcam en el país, explica que “estimamos que en Colombia y en el mundo el negocio ha crecido 400 % en los últimos tres años. En una de estas páginas antes había 1.200 modelos, de las cuales 400 eran colombianas. Ahora en este mismo portal hay más de 5.000, de las cuales 1.200 son de acá. Una explicación del auge es que muchas chicas que están saliendo del colegio ven esto como una opción laboral real porque saben que pueden manejar su horario y ganar el doble del salario mínimo o más. Entonces ven las webcam como una verdadera alternativa para financiar sus estudios o ahorrar”.
Este negocio tiene tres niveles. El primero son los portales, por medio de los cuales se transmiten los videos. Estas páginas cuentan con todo el soporte tecnológico que necesita esta actividad, como la pasarela de pagos y el software para manejar imágenes en HD. Con tan sólo crear un usuario, las modelos webcam pueden interactuar con personas de todo el mundo y recibir propinas y otros ingresos por medio de las diferentes modalidades de consumo de estas plataformas.
El segundo nivel son los estudios. Son empresas que ofrecen espacios adaptados especialmente para modelos webcam. Cuentan con cámaras HD, internet, computadores de alta velocidad y todo lo que se requiere para realizar una buena transmisión. El tercero son las modelos como tal. Tienen la opción de transmitir sus videos desde su casa, con sus propios equipos o acudir a un estudio (compartiendo parte de sus ganancias).
Si suponemos que en un mes una modelo genera US$1.000 en propinas, las ganancias se distribuyen de la siguiente forma: US$500 se los queda la página web, a la cual, después de pagar todos sus costos y gastos, le debería quedar entre el 10 y el 15 %. De los restantes US$500, el 60 % (US$300) se lo quedaría la modelo y el restante 40 % se lo lleva el estudio (US$200), que a su vez obtendría una ganancia neta de cerca del 10 y el 15 % luego de pagar todos los costos asociados (luz, internet, etc.).
De esta manera, “las modelos amateur pueden ganar entre $1 y $3 millones (el 60 % de todas las modelos son amateurs). Las semiprofesionales ganan entre $4 y $8 millones (20 %) y las profesionales pueden recibir cada mes entre $9 y $20 millones (19 %). Por último, las top, que sólo hay tres en Colombia, se ha visto que algunos meses ganan hasta US$200.000 ($600 millones)”, indicó Bustos.
Se estima que hay entre 25.000 y 30.000 modelos webcam en Colombia: 88 % son mujeres; 10 % son hombres; 5 % parejas, y un 2 % son transexuales. La mayoría se encuentran en Medellín (30 %), Cali (30 %) y Bogotá (10 %), pero también está creciendo el negocio en la costa y en el Eje Cafetero, según Bustos.
Frente a las dudas sobre si este negocio es legal o no, Bustos cuenta que “hay un vacío legal. No hay nada que diga que es ilegal en Colombia; es parecido a lo que le pasa a Uber y a otras plataformas. Lo que hacen los estudios es que sólo contratan mayores de edad y en algunos casos les pagan prestaciones, en el resto las mismas modelos se pagan la salud y pensión. Por otro lado, es un mito que esto es un paso previo al porno, menos del 1 % de las personas hacen esa transición”.
Influenciadores
Puede ser uno de los negocios más subestimados actualmente. Aunque muchos lo vean como sólo contenido por redes sociales, este mercado ha penetrado las campañas publicitarias y de mercadeo. Debido a la capacidad de enganche de algunos influenciadores, que en cualquier publicación pueden superar las 10.000 interacciones, para las empresas es más rentable pagarle a uno de estos personajes que gastar en pauta en internet.
Por ejemplo, en Youtube el costo por vista (CPV) puede ser de $80, por lo que un video que tenga un alcance de un millón de reproducciones puede valer más de $80 millones. Sale mejor negocio pagarle a un youtuber de gran audiencia (con más de dos millones de seguidores), pues el costo por vista podría bajar a más de la mitad.
Por eso no es de extrañar su ritmo de crecimiento: de acuerdo con un informe realizado por IAB Colombia, la publicidad por medio de influenciadores ha crecido 275 % en el último año: en 2016 representaba el 0,6 % de la inversión en Display, y esta pesa el 1,5 %, que equivale a más de $1.900 millones. De hecho, Colombia tiene influenciadores que son referentes internacionales. Un ejemplo es Sebastián Villalobos, quien gracias a sus más de seis millones de seguidores puede cobrar más de puede US$10.000 ($30 millones) por un post en Instagram.
Natalia Serna, gerente general de Goldfish, una de las primeras agencias especializadas en el mercadeo a través de influenciadores, explica que “muchos desde muy jóvenes sueñan con trabajar en esto, y desde que empieza su adolescencia suben contenidos. Cuando crecen eligen una carrera y luego buscan un empleo mientras van ganando seguidores. La verdad es que es como la música, pocos triunfan y tiene la suficiente audiencia y enganche como para dedicarse a esto. Comienzan como todo emprendedor, a medida que van creciendo van adquiriendo responsabilidades: profesionalizan su contenido y campañas, pagan impuestos, y si progresan mucho crean su propia empresa alrededor de su marca”.
Serna agrega que, en efecto, hay oportunidades económicas en esta profesión, pues “en Goldfish pueden trabajar con influenciadores desde 5.000 seguidores, pero los clasifica de la siguiente manera: los que tienen menos de 50.000 seguidores en alguna red social (TIER 3 o micro-influenciadores), los que tienen entre 50.000 y 500.000 (Tier 2), los que tienen entre 500.000 y dos millones (Tier 1) y los que tienen más de dos millones, o sea, celebridades. La agencia asegura que desde los 5.000 seguidores se puede empezar. Pero aún los influenciadores más pequeños pueden ver ganancias importantes: alguien con 100.000 seguidores en cada una de sus redes puede cobrar aproximadamente $2 millones por un video en Youtube, $1 millón por una foto en Facebook y $1,5 millones por un post en Instagram”.
Bitcoin
En 2017 el bitcoin subió más de 1.500 % en su precio, pero estuvo marcado por una intensa volatilidad que se acrecentaba ante la incertidumbre política sobre esta moneda. En especial los anuncios gubernamentales chinos fueron los que le dieron los principales golpes a esta criptomoneda, pero a pesar de todo registró una valorización única. La combinación de altas ganancias y riesgo lo vuelve un asunto muy atractivo.
Aunque China sea la potencia del bitcoin, pues produce más del 80 % de estas criptomonedas, Colombia no se queda atrás: un reporte del Citi Research advierte que, en Colombia, esta divisa digital ya representa el 2 % del Producto Interno Bruto, la tercera parte del aporte de la explotación de minas y canteras (el 6 % del PIB).
Asimismo, Bloomberg emitió un informe en el que revela que Colombia es el tercer país del mundo (y el primero en Latinoamérica) en el que más han crecido las transacciones del bitcoin; el primer y segundo lugar pertenecen a China y Nigeria. Se trata de un alza de más del 1.200 % en tan sólo 2017. Una situación de la que sería responsables en gran parte los millennials colombianos.
Carlos Mesa, director del portal Bitcoin Colombia, explica que “entre el 30 y 40 % de los que invierten y usan bitcoins en Colombia y en el mundo son millennials. Al tratarse de un activo para un perfil de riesgo alto lo vuelve muy apetecido para esta población, además les gusta usarlo como medio de pago porque quieren evitar la banca tradicional.
Mesa agrega que “aunque sean jóvenes se lo toman muy enserio pues se trata de una inversión grande: actualmente el precio de esta criptomoneda se encuentra en los US$11.100 ($33 millones). De manera que si están metidos en este negocio deben tener una buena disciplina, ser proactivos y siempre estar leyendo e investigando. Lo que creo que no es buen negocio es entrar en la minería de las criptomonedas (crear bitcoins), pues el mercado ha llegado a un punto en el que se dificulta obtener ganancias de esta forma”.
Las pirámides
No es claro si este es un negocio en auge entre los jóvenes, pues no hay suficiente información disponible sobre los afectados por las pirámides, pero la ambición de algunos por querer entrar a un negocio que dé altas rentabilidades y rápido los vuelve susceptibles a caer en estas estafas.
Son negocios que se disfrazan de esquemas multinivel, en los que deberían promover una red de mercadeo, pero que en realidad dependen de las ganancias derivadas de las inscripciones de personas en la red y no de vender un producto y servicio.
Por ejemplo, en 2017 se registró el caso de Merlim Network, un negocio que prometía hasta triplicar la inversión por tan solo jugar media hora con el celular. El escándalo estalló a finales de agosto cuando más de 200 personas protestaron en las oficinas de la empresa Magitek (la propietaria de Merlim) en Barranquilla, alegando que es una estafa, luego de que se conociera un chat de Whatsapp que decía que “ya no se iban a entregar los incentivos pactados y que a partir del momento todo les quedaba en cero”.
Cuando El Espectador realizó la investigación sobre Merlim el pasado mes de septiembre encontró que algunos de los principales promotores del multinivel eran estudiantes de las principales universidades del país. Tanto, usuarios como promotores se vieron afectadas, pero sobresale que en algunos casos las víctimas se amenazaron con demandas entre sí. Y la situación que preocupa es que las pirámides están viviendo un nuevo boom.
El Superintendente de Sociedades, Francisco Reyes, advierte que “en 2016 intervenimos a 109 individuos, entre personas naturales y jurídicas, por esquemas piramidales. Y en 2017 el dato subió a 200, lo que representa un crecimiento superior al 83%. La verdad es que las víctimas de las pirámides son de todo tipo: hay desde los muy acaudalados, hasta las personas con más bajos ingresos. Y se les encuentra de todas las edades. Pero son ciuda|danos que se dejan seducir por las impresionantes rentabilidades, y por lo rápido que les pagan”.
Reyes agrega que existen formas de prevenir caer en estas estafas: “El primer paso es acceder a la lista de sancionados e intervenidos por la Supersociedades, así podrá asegurarse que los promotores del multinivel no están involucrados con esquema piramidales. Asimismo, las personas deben ser muy críticos sobre la estructura de negocio: deben sospechar si ofrecen rentabilidades muy superiores a la de otros negocios, deben sospechar si no hay claridad sobre el modelo de negocio, y si no están sometidas a alguna inspección o vigilancia”.
Los millennials son uno de los grandes enigmas actuales. Una de sus características más llamativas, y que tal vez es la que más le preocupa a la sociedad actual, es su desinterés por los trabajos convencionales: no encuentran sentido en trabajar de por vida en un lugar, sino que prefieren actividades diferentes que les permitan flexibilidad para poder realizar otras. La situación incluso ha llevado a grandes compañías como Bavaria a cambiar estructuras organizacionales con el fin de retener a los jóvenes más talentosos para asegurarse que hagan carrera dentro de la empresa.
En los últimos años han surgido profesiones que, para los más tradicionales, son absurdas, pero al estudiarlas en detalle se encuentra que pueden llegar a pagar más que algunas de las carreras mejor remuneradas (como los pilotos). Aunque muchos sigan entrando a compañías, permanece la necesidad de estos jóvenes de buscar negocios, actividades y profesiones que se acoplen a sus expectativas y a su perfil empresarial.
David Gereda, director para Latinoamérica de One Young World (OYW), explica que los “millennials tienen un perfil de riesgo alto, por lo que pueden aceptar la incertidumbre con tal de tener altas y rápidas rentabilidades. Lo que se está viendo es que sus inversiones son cada vez más digitales, aunque también hay un fuerte movimiento en torno a los negocios fitness. Asimismo, sobresale que no les gustan los mecanismos bancarios tradicionales. Pero también pasa que, a pesar de ser emprendedores, abunda la informalidad”.
Analizamos en detalle algunos de los negocios que más están seduciendo a los millennials:
Modelos webcam
En los últimos cinco años Colombia se ha convertido en la segunda potencia mundial, sólo superado por Rumania, en modelos webcam (actividad en la que se transmiten por internet shows eróticos). Y es una alternativa que está creciendo cada vez más entre los jóvenes, en especial las mujeres, permitiendo la creación de todo un ecosistema de negocio alrededor de esta actividad económica, que, es claro, sólo puede desarrollarse con mayores de edad. Las ganancias pueden rivalizar con las de las carreras mejor pagadas del país.
Juan Bustos, uno de los pioneros del negocio de las webcam en el país, explica que “estimamos que en Colombia y en el mundo el negocio ha crecido 400 % en los últimos tres años. En una de estas páginas antes había 1.200 modelos, de las cuales 400 eran colombianas. Ahora en este mismo portal hay más de 5.000, de las cuales 1.200 son de acá. Una explicación del auge es que muchas chicas que están saliendo del colegio ven esto como una opción laboral real porque saben que pueden manejar su horario y ganar el doble del salario mínimo o más. Entonces ven las webcam como una verdadera alternativa para financiar sus estudios o ahorrar”.
Este negocio tiene tres niveles. El primero son los portales, por medio de los cuales se transmiten los videos. Estas páginas cuentan con todo el soporte tecnológico que necesita esta actividad, como la pasarela de pagos y el software para manejar imágenes en HD. Con tan sólo crear un usuario, las modelos webcam pueden interactuar con personas de todo el mundo y recibir propinas y otros ingresos por medio de las diferentes modalidades de consumo de estas plataformas.
El segundo nivel son los estudios. Son empresas que ofrecen espacios adaptados especialmente para modelos webcam. Cuentan con cámaras HD, internet, computadores de alta velocidad y todo lo que se requiere para realizar una buena transmisión. El tercero son las modelos como tal. Tienen la opción de transmitir sus videos desde su casa, con sus propios equipos o acudir a un estudio (compartiendo parte de sus ganancias).
Si suponemos que en un mes una modelo genera US$1.000 en propinas, las ganancias se distribuyen de la siguiente forma: US$500 se los queda la página web, a la cual, después de pagar todos sus costos y gastos, le debería quedar entre el 10 y el 15 %. De los restantes US$500, el 60 % (US$300) se lo quedaría la modelo y el restante 40 % se lo lleva el estudio (US$200), que a su vez obtendría una ganancia neta de cerca del 10 y el 15 % luego de pagar todos los costos asociados (luz, internet, etc.).
De esta manera, “las modelos amateur pueden ganar entre $1 y $3 millones (el 60 % de todas las modelos son amateurs). Las semiprofesionales ganan entre $4 y $8 millones (20 %) y las profesionales pueden recibir cada mes entre $9 y $20 millones (19 %). Por último, las top, que sólo hay tres en Colombia, se ha visto que algunos meses ganan hasta US$200.000 ($600 millones)”, indicó Bustos.
Se estima que hay entre 25.000 y 30.000 modelos webcam en Colombia: 88 % son mujeres; 10 % son hombres; 5 % parejas, y un 2 % son transexuales. La mayoría se encuentran en Medellín (30 %), Cali (30 %) y Bogotá (10 %), pero también está creciendo el negocio en la costa y en el Eje Cafetero, según Bustos.
Frente a las dudas sobre si este negocio es legal o no, Bustos cuenta que “hay un vacío legal. No hay nada que diga que es ilegal en Colombia; es parecido a lo que le pasa a Uber y a otras plataformas. Lo que hacen los estudios es que sólo contratan mayores de edad y en algunos casos les pagan prestaciones, en el resto las mismas modelos se pagan la salud y pensión. Por otro lado, es un mito que esto es un paso previo al porno, menos del 1 % de las personas hacen esa transición”.
Influenciadores
Puede ser uno de los negocios más subestimados actualmente. Aunque muchos lo vean como sólo contenido por redes sociales, este mercado ha penetrado las campañas publicitarias y de mercadeo. Debido a la capacidad de enganche de algunos influenciadores, que en cualquier publicación pueden superar las 10.000 interacciones, para las empresas es más rentable pagarle a uno de estos personajes que gastar en pauta en internet.
Por ejemplo, en Youtube el costo por vista (CPV) puede ser de $80, por lo que un video que tenga un alcance de un millón de reproducciones puede valer más de $80 millones. Sale mejor negocio pagarle a un youtuber de gran audiencia (con más de dos millones de seguidores), pues el costo por vista podría bajar a más de la mitad.
Por eso no es de extrañar su ritmo de crecimiento: de acuerdo con un informe realizado por IAB Colombia, la publicidad por medio de influenciadores ha crecido 275 % en el último año: en 2016 representaba el 0,6 % de la inversión en Display, y esta pesa el 1,5 %, que equivale a más de $1.900 millones. De hecho, Colombia tiene influenciadores que son referentes internacionales. Un ejemplo es Sebastián Villalobos, quien gracias a sus más de seis millones de seguidores puede cobrar más de puede US$10.000 ($30 millones) por un post en Instagram.
Natalia Serna, gerente general de Goldfish, una de las primeras agencias especializadas en el mercadeo a través de influenciadores, explica que “muchos desde muy jóvenes sueñan con trabajar en esto, y desde que empieza su adolescencia suben contenidos. Cuando crecen eligen una carrera y luego buscan un empleo mientras van ganando seguidores. La verdad es que es como la música, pocos triunfan y tiene la suficiente audiencia y enganche como para dedicarse a esto. Comienzan como todo emprendedor, a medida que van creciendo van adquiriendo responsabilidades: profesionalizan su contenido y campañas, pagan impuestos, y si progresan mucho crean su propia empresa alrededor de su marca”.
Serna agrega que, en efecto, hay oportunidades económicas en esta profesión, pues “en Goldfish pueden trabajar con influenciadores desde 5.000 seguidores, pero los clasifica de la siguiente manera: los que tienen menos de 50.000 seguidores en alguna red social (TIER 3 o micro-influenciadores), los que tienen entre 50.000 y 500.000 (Tier 2), los que tienen entre 500.000 y dos millones (Tier 1) y los que tienen más de dos millones, o sea, celebridades. La agencia asegura que desde los 5.000 seguidores se puede empezar. Pero aún los influenciadores más pequeños pueden ver ganancias importantes: alguien con 100.000 seguidores en cada una de sus redes puede cobrar aproximadamente $2 millones por un video en Youtube, $1 millón por una foto en Facebook y $1,5 millones por un post en Instagram”.
Bitcoin
En 2017 el bitcoin subió más de 1.500 % en su precio, pero estuvo marcado por una intensa volatilidad que se acrecentaba ante la incertidumbre política sobre esta moneda. En especial los anuncios gubernamentales chinos fueron los que le dieron los principales golpes a esta criptomoneda, pero a pesar de todo registró una valorización única. La combinación de altas ganancias y riesgo lo vuelve un asunto muy atractivo.
Aunque China sea la potencia del bitcoin, pues produce más del 80 % de estas criptomonedas, Colombia no se queda atrás: un reporte del Citi Research advierte que, en Colombia, esta divisa digital ya representa el 2 % del Producto Interno Bruto, la tercera parte del aporte de la explotación de minas y canteras (el 6 % del PIB).
Asimismo, Bloomberg emitió un informe en el que revela que Colombia es el tercer país del mundo (y el primero en Latinoamérica) en el que más han crecido las transacciones del bitcoin; el primer y segundo lugar pertenecen a China y Nigeria. Se trata de un alza de más del 1.200 % en tan sólo 2017. Una situación de la que sería responsables en gran parte los millennials colombianos.
Carlos Mesa, director del portal Bitcoin Colombia, explica que “entre el 30 y 40 % de los que invierten y usan bitcoins en Colombia y en el mundo son millennials. Al tratarse de un activo para un perfil de riesgo alto lo vuelve muy apetecido para esta población, además les gusta usarlo como medio de pago porque quieren evitar la banca tradicional.
Mesa agrega que “aunque sean jóvenes se lo toman muy enserio pues se trata de una inversión grande: actualmente el precio de esta criptomoneda se encuentra en los US$11.100 ($33 millones). De manera que si están metidos en este negocio deben tener una buena disciplina, ser proactivos y siempre estar leyendo e investigando. Lo que creo que no es buen negocio es entrar en la minería de las criptomonedas (crear bitcoins), pues el mercado ha llegado a un punto en el que se dificulta obtener ganancias de esta forma”.
Las pirámides
No es claro si este es un negocio en auge entre los jóvenes, pues no hay suficiente información disponible sobre los afectados por las pirámides, pero la ambición de algunos por querer entrar a un negocio que dé altas rentabilidades y rápido los vuelve susceptibles a caer en estas estafas.
Son negocios que se disfrazan de esquemas multinivel, en los que deberían promover una red de mercadeo, pero que en realidad dependen de las ganancias derivadas de las inscripciones de personas en la red y no de vender un producto y servicio.
Por ejemplo, en 2017 se registró el caso de Merlim Network, un negocio que prometía hasta triplicar la inversión por tan solo jugar media hora con el celular. El escándalo estalló a finales de agosto cuando más de 200 personas protestaron en las oficinas de la empresa Magitek (la propietaria de Merlim) en Barranquilla, alegando que es una estafa, luego de que se conociera un chat de Whatsapp que decía que “ya no se iban a entregar los incentivos pactados y que a partir del momento todo les quedaba en cero”.
Cuando El Espectador realizó la investigación sobre Merlim el pasado mes de septiembre encontró que algunos de los principales promotores del multinivel eran estudiantes de las principales universidades del país. Tanto, usuarios como promotores se vieron afectadas, pero sobresale que en algunos casos las víctimas se amenazaron con demandas entre sí. Y la situación que preocupa es que las pirámides están viviendo un nuevo boom.
El Superintendente de Sociedades, Francisco Reyes, advierte que “en 2016 intervenimos a 109 individuos, entre personas naturales y jurídicas, por esquemas piramidales. Y en 2017 el dato subió a 200, lo que representa un crecimiento superior al 83%. La verdad es que las víctimas de las pirámides son de todo tipo: hay desde los muy acaudalados, hasta las personas con más bajos ingresos. Y se les encuentra de todas las edades. Pero son ciuda|danos que se dejan seducir por las impresionantes rentabilidades, y por lo rápido que les pagan”.
Reyes agrega que existen formas de prevenir caer en estas estafas: “El primer paso es acceder a la lista de sancionados e intervenidos por la Supersociedades, así podrá asegurarse que los promotores del multinivel no están involucrados con esquema piramidales. Asimismo, las personas deben ser muy críticos sobre la estructura de negocio: deben sospechar si ofrecen rentabilidades muy superiores a la de otros negocios, deben sospechar si no hay claridad sobre el modelo de negocio, y si no están sometidas a alguna inspección o vigilancia”.