Los reparos al proyecto de resolución que revive el debate de la tabla de fletes

El pasado 10 abril el Ministerio de Transporte publicó para comentarios un proyecto de resolución que revive la discusión sobre la tabla de fletes. El documento, que todavía no está en firme, determina el valor que deben pagar las empresas a los transportadores de carga en cinco rutas: Buenaventura-Bogotá, Buenaventura-Medellín, Barranquilla-Bogotá, Santa Marta-Bucaramanga y Cartagena-Bogotá.

El pasado 10 abril el Ministerio de Transporte publicó para comentarios un proyecto de resolución que revive la discusión sobre la tabla de fletes. El documento, que todavía no está en firme, determina el valor que deben pagar las empresas a los transportadores de carga en cinco rutas: Buenaventura-Bogotá, Buenaventura-Medellín, Barranquilla-Bogotá, Santa Marta-Bucaramanga y Cartagena-Bogotá.

Tal como está en el borrador, que estuvo publicado para comentarios hasta el pasado 15 de abril, los mínimos se actualizarán cada mes mientras siga en firme la intervención. Evidentemente, el no cumplimiento implicaría sanciones.

Para entender los impactos de este proyecto de resolución y también los reparos, primero hay que saber en qué se basó el Ministerio de Transporte para optar por ese camino.

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📌 Pagos por debajo de lo debido

De acuerdo con el documento, las agremiaciones de transporte de carga presentaron una solicitud porque no se está cumpliendo con la resolución que dice que el pago por este servicio no puede ser inferior al que establece el Sistema de Información de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga (SICE-TAC) —básicamente, un sistema de información para calcular los costos de operación del transporte de carga. En palabras sencillas, los conductores afirmaron que les están pagando por debajo de lo que se debería.

Así las cosas, la oficina de regulación económica de la cartera decidió monitorear algunas rutas para determinar si eso era o no cierto. Después de revisar 172.000 manifiestos de carga y comparar los precios promedio con el costo mínimo publicado en el SICE-TAC, se determinó que el 35,64 % de los registros se paga por debajo del precio establecido, en algunas rutas la brecha es mayor.

Estos son algunos de los datos que se encuentran en el proyecto de resolución:

📍 Buenaventura-Bogotá: 18,04 % por debajo

📍 Cartagena-Bogotá: 66,13 % por debajo

📍 Buenaventura-Medellín: 12,28 % por debajo

📍 Cartagena-Medellín: 33,85 % por debajo

📍 Medellín-Cartagena: 65,13 % por debajo

📍 Barranquilla-Bogotá: 72,72 % por debajo

📍 Santa Marta-Bucaramanga: 27,64 % por debajo

Con base en estos datos, el Ministerio de Transporte elaboró el borrador para establecer el nuevo valor que tendrían que pagar las empresas a los transportadores, según el tipo de vehículo. A estos costos mínimos se les suma la hora adicional (valor con el cual se liquidan horas logísticas que se utilizaron en la operación).

El borrador dice que los costos mínimos se actualizarán cada mes y que, con la misma periodicidad, se revisará la necesidad de mantener la intervención. Con eso en mente, es tiempo de ver por qué el proyecto de resolución no convence a algunos gremios.

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📌 Cuestionamientos

“Creímos que estaba superado el tema de la tabla de fletes, pero ahora estamos echando para atrás”, dijo a este diario Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Analdex (Asociación Nacional de Comercio Exterior). Como lo recuerda el dirigente gremial, la larga discusión entre sectores se cerró con el SICE-TAC que estableció los costos de referencia y que, posteriormente, se convirtió en una especie de “piso” para determinar los fletes.

Para Juan Carlos Bobadilla, de la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC), esta medida no se puede llamar tabla de fletes, teniendo en cuenta que en su momento otros gremios criticaron que esta no era técnica y por eso se cambió el sistema; en cambio —asegura— la tabla de costos que propone ahora el Mintransporte se basa en datos.

Díaz, por su parte, señala en que el Gobierno no concertó con todos los actores de la cadena, en este caso con los generadores de carga, y que el gremio no apoya esta tabla. Para el presidente de Analdex en un contexto de alta inflación (13,34 % anual), específicamente con un 21,81 % de inflación en los alimentos, el objetivo debe ser reducir los costos logísticos, no aumentarlos.

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Agrega que la caída del puente El Alambrado —que se encuentra en el corredor Calarcá-La Paila y, a su vez, hace parte de corredor Bogotá-Buenaventura, por el que se mueve el 21 % de la carga del país— implica un aumento de los costos de transporte, teniendo en cuenta el peaje adicional y el mayor gasto de combustible por el cambio de ruta. “Tenemos que buscar estrategias para aliviar el aumento en los costos logísticos, no ponerle piso a los fletes. Por Buenaventura ingresan las importaciones de alimentos, por ejemplo, el maíz amarillo para producir los concentrados para alimentar a los pollos (para la producción de huevos y pollo), pero también el trigo para la producción de pan; la cebada para la producción de cerveza, y granos como frijol, garbanzo, lenteja”. Básicamente, señala que subir los fletes impulsará el aumento de los precios.

La idea tampoco le suena a la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), pero por las razones contrarias. El vicepresidente del gremio, Arnulfo Cuervo, sostiene que las tablas publicadas por el Mintransporte “no se compadecen con los costos mínimos de operación que cubren los transportadores”. Y si bien reconoce que subir los fletes impactará la inflación, pone sobre la mesa que los conductores están trabajando a pérdidas.

Cuervo explica que el sector le ha pedido en repetidas ocasiones a la cartera actualizar la información del SICE-TAC porque esta es obsoleta, teniendo en cuenta el aumento de la tasa de cambio frente al dólar (pues muchos de los costos están dolarizados, como los vehículos y repuestos) y la inflación.

Sin embargo, esta no es la solución que los transportadores estaban esperando —dice Cuervo— porque no se tienen en cuenta una serie de factores fundamentales, como los mayores costos de transportar cargas refrigeradas. De hecho, considera que la resolución se escribió “desde el escritorio”, con datos arbitrarios y sin consultar con el sector.

Bobadilla concuerda en que los precios que se encuentran en la resolución necesitan ajustes para reflejar la realidad que enfrentan los transportadores. “Una llanta que costaba $1.200.000 hoy cuesta $2.800.000 (...) Los transportadores no tenemos que subsidiar al industrial, pedimos que nos reconozcan el valor real de transportar la carga para no atentar contra la sostenibilidad de este eslabón de la cadena”. Pero dice que el Ministerio de Transporte sí les preguntó por los corredores afectados y que ahora esperan que la cartera atienda sus comentarios.

Por ahora, el debate sigue abierto, aunque cada parte tiene argumentos y metas distintas, ambas piden que haya concertación.

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