A un año de su reactivación: ¿cómo va la relación comercial de Colombia y Venezuela?

“Colombia y Venezuela son socios naturales y comparten una de las fronteras más vivas de América Latina. Somos economías complementarias”, decía hace un año Germán Umaña, ministro de Comercio, Industria y Turismo (Mincit) con oportunidad de la reactivación del comercio entre Colombia y Venezuela.

“Colombia y Venezuela son socios naturales y comparten una de las fronteras más vivas de América Latina. Somos economías complementarias”, decía hace un año Germán Umaña, ministro de Comercio, Industria y Turismo (Mincit) con oportunidad de la reactivación del comercio entre Colombia y Venezuela.

Luego de siete años de estancamiento por motivos políticos, además de la crisis introducida por la pandemia, las relaciones comerciales entre ambos países alcanzaron mínimos históricos, casi anémicos: menos de US$200 millones en exportaciones desde Colombia y poco más de US$25 millones en importaciones desde Venezuela (2019 y 2020, respectivamente).

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La promesa de la reactivación es, entonces, la de dinamizar no sólo las zonas de frontera, que históricamente han sido dependientes del comercio entre los dos países, sino traer oportunidades para alcanzar los mercados internos de Colombia y Venezuela.

“En la medida en que se restablezcan las relaciones entre los dos países, se busquen y garanticen los equilibrios en materia comercial y contribuyamos en la recuperación de la estructura productiva venezolana, los distintos sectores se beneficiarán”, dijo en su momento Umaña sobre la retoma del comercio binacional.

¿Cómo va el comercio entre Colombia y Venezuela?

Entre enero y junio de este año, las exportaciones colombianas crecieron 4,9 %, llegando a poco más de US$359 millones este año, según cifras del Ministerio de Comercio reportadas por Procolombia.

Por sectores, las ventas de Colombia en Venezuela están comandadas por la industria básica, que responde por 37 % de las exportaciones nacionales hacia ese país. Sin embargo, en el primer semestre de este año, registró un leve descenso en sus transacciones internacionales con ese destino, pasando de US$126 millones en 2022 a casi $114 millones en este año.

“Lo que se ha hecho es reconstruir, desde el sector privado, un relacionamiento histórico entre los dos países. Lo principal ha sido generar confianza entre los actores públicos y privados”, dijo Carlos Luna, director de Procolombia en Venezuela.

En su punto más alto, la relación comercial entre ambos países llegó a reportar, según el Mincit, más de US$6.000 millones en exportaciones colombianas (2008) y cerca de US$1.500 millones en importaciones (2006).

Y lo que se ha venido dando desde el año pasado es, justamente, rediseñar, repotenciar y reactivar acuerdos los acuerdos que gobernaban la relación comercial entre ambos países hasta 2015, cuando se cerró la frontera y 15.000 colombianos fueron deportados, además del regreso voluntario de otros 22.000.

Luego de años de cruce de palabras nada amigables entre ambos países, el principal reto comercial, además de la logística propia de las exportaciones y las importaciones, es la confianza entre ambos lados de la frontera, como lo señala Luna.

Esto se expresa, por ejemplo, en el acuerdo de protección de inversiones, que fue anunciado en enero de este año y que, en su momento, fue calificado por autoridades de ambos países como algo sin precedentes en la relación bilateral.

Este acuerdo busca generar más confianza y seguridad jurídica para las inversiones que se hagan entre los dos países, sin importar el sector de la economía en el que se haga. En su momento, desde el Mincit se defendió este documento argumentando que busca generar una institucionalidad y unas reglas claras de juego para los inversionistas de los dos países. De fondo, “el documento busca darle más seguridad a un empresario de que lo que establezca allá no va a parar a manos del Estado en una turbulencia política”, comentó un industrial con relaciones comerciales en ambos países.

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Además de este documento, también actualizó el llamado Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial (AAPC) número 28. Este paso es importante, según Luna, pues estableció modificaciones a más de 700 partidas arancelarias de exportación desde Colombia hacia Venezuela.

La actualización de este acuerdo también incluyó ajustes y mejoramientos a 515 partidas arancelarias de importación desde Venezuela. Estas modificaciones se suman a los más de 5.000 productos que ya se encontraban en el Acuerdo desde 2011, cuando fue suscrito originalmente.

El renglón de importaciones ha mostrado un dinamismo interesante, al registrar un crecimiento de 106,1 % en el primer semestre de este año, llegando a transacciones por US$81 millones, frente a los casi US$40 millones que se vieron en el mismo periodo de 2022.

La comparación se hace con un momento en el que la relación comercial no había sido reiniciada del todo, lo que explica el porcentaje fantástico, pero, a la vez, sirve para entender el alcance delo que una reactivación plena puede significar en términos de negocios.

“Hay grandes oportunidades de negocios. Es fundamental que los empresarios colombianos vengan a Venezuela y vean que hay dificultades, claro, pero las oportunidades son mayores a los retos, sin duda”, aseguró Luna.

Por el lado de los retos, el mayor asunto en este momento son los sistemas de pago, según explica Luna. “Los mecanismos de pagos afectan este intercambio comercial, es innegable. Pero se está trabajando en esto, con las superintendencias y las asociaciones de bancos en ambos lados de la frontera”.

En aras de la generación de confianza, este jueves se dio una reunión (en la residencia del embajador colombiano en Venezuela) con los 30 principales gremios de la producción venezolana como una forma de promoción de la macrorrueda de negocios que se dará a finales de este mes en Venezuela.

La macrorrueda busca convocar entre 250 y 300 empresarios colombianos para que vayan a Venezuela. “Esta rueda nos va a permitir aterrizar la oportunidad real de negocios entre ambos países. El mensaje fundamental es el de integrar cadenas productivas para explotar lo mejor de las condiciones que ofrecen tanto Colombia, como Venezuela. El mercado venezolano demanda productos y servicios y a través de este país se pueden acceder a otros mercados del mundo”, finalizó Luna.

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