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Asoenergía advierte que el suministro de gas para las empresas no está garantizado

La Asociación de Grandes Consumidores de Energía advierte sobre la posible suspensión del servicio de gas por fallas en el suministro para 2024 y 2025. ¿Cómo impactará esto a las industrias en los próximos meses?

10 de octubre de 2024 - 09:09 p. m.
A largo plazo, la falta de planificación podría agravar la crisis y generar un impacto profundo en la economía nacional. Dennis Drenner/Bloomberg
A largo plazo, la falta de planificación podría agravar la crisis y generar un impacto profundo en la economía nacional. Dennis Drenner/Bloomberg
Foto: Bloomberg - Dennis Drenner
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La Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía) advirtió que las empresas industriales enfrentan un riesgo inminente de desabastecimiento de gas natural, afectando su operación durante lo que resta de 2024 y parte de 2025. Pese a que los contratos de los Usuarios No Regulados —empresas que consumen grandes cantidades de energía— están en firme, no tienen garantizado su suministro, ubicándose en la primera línea de riesgo ante un posible racionamiento.

Diego Jaramillo, presidente del Consejo Directivo de Asoenergía, enfatizó que el suministro de gas natural enfrenta una coyuntura crítica. Durante la instalación del Congreso 2024 de la agremiación, denominado Satisfacción y respuesta en la Gestión Integral de la Demanda de los Usuarios de Energía, Jaramillo señaló que, a pesar de que los grandes consumidores tienen contratos asegurados, su demanda sigue siendo vulnerable. “Están en la primera en la fila de suspensión del servicio en un racionamiento por fallas en el suministro”, advirtió.

Ante este escenario, Asoenergía solicitó al Ministerio de Minas y Energía una evaluación rigurosa de la producción de gas, incluyendo la producción fiscalizada destinada tanto a la comercialización como a reinyección y consumo interno en las operaciones de producción petrolera. Según el dirigente gremial, la optimización de estos recursos podría evitar racionamientos.

⛽ Deficiencias estructurales y soluciones urgentes

El estudio sobre los riesgos de abastecimiento de gas, presentado por Asoenergía, proyecta un déficit estructural si no se toman medidas inmediatas.

“Toda la demanda es absolutamente indispensable”, señaló Jaramillo, recordando que, aunque se prioriza la denominada Demanda Esencial —usuarios residenciales y pequeños comercios—, la industria también debe tener garantizado su suministro energético.

A largo plazo, la falta de planificación podría agravar la crisis y generar un impacto profundo en la economía nacional.

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Crisis de calidad energética

La Asociación destacó que los problemas no solo se limitan al suministro de gas. Jaramillo también alertó sobre la baja calidad del servicio eléctrico en Colombia, que afecta de manera significativa a los grandes consumidores industriales.

Según el gremio, la interrupción del servicio y la inadecuada calidad de la potencia entregada generan ineficiencias que comprometen la competitividad de las empresas.

El estudio contratado por Asoenergía concluye que las fallas en la regulación de la calidad de potencia, vigentes desde 2005, no han sido corregidas, y las inversiones prometidas para mejorar el servicio eléctrico no han mostrado avances palpables. Esto genera incertidumbre sobre la capacidad del sistema eléctrico para acompañar la demanda industrial en los próximos años.

⚡ Acolgen advierte posibles pérdidas millonarias por “apagón”

La crisis energética no solo afecta al gas natural. Natalia Gutiérrez, presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen), alertó sobre las posibles consecuencias de un apagón energético, que podría derivar en pérdidas cercanas a $24 billones para el país.

Una hora de apagón le costaría a Colombia $250.000 millones, afirmó Gutiérrez, advirtiendo que la situación es crítica debido a la falta de margen de reserva en el sistema eléctrico, que podría alcanzar niveles preocupantes de 1 % en 2025.

Este escenario no deja espacio para el mantenimiento adecuado de plantas eléctricas, lo que agravaría aún más la precariedad del suministro. Gutiérrez señaló que, si bien el sector ha realizado grandes inversiones por valor de $9.000 millones en proyectos hasta 2027, las empresas necesitan señales claras de política pública y regulación para seguir invirtiendo.

De no tomarse decisiones rápidas, el país podría enfrentar un apagón generalizado similar al ocurrido hace tres décadas, concluyó.

Respuestas del Gobierno: transición energética y autogeneración

El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, reconoció los desafíos del sector energético y subrayó la importancia de impulsar la transición energética como respuesta a la crisis. Durante su intervención en el congreso de Asoenergía, Camacho destacó la necesidad de diversificar las fuentes de energía y fomentar la autogeneración en las empresas. Explicó que la estrechez de gas que enfrentamos es producto de la caída en las reservas y el aumento en la demanda de energía térmica debido a las sequías.

Para mitigar la crisis, el ministro anunció la firma de un decreto que permitirá a las empresas construir parques de autogeneración energética sin necesidad de permisos adicionales.

Además, se implementará un mecanismo de autogeneración remota, que permitirá a las compañías desarrollar proyectos de energía en otros terrenos y conectarlos a sus redes mediante acuerdos de uso de infraestructura.

Impacto en la industria y los consumidores

El desabastecimiento de gas y la baja calidad del servicio eléctrico tienen un impacto directo en la industria colombiana, afectando tanto la productividad como los costos operativos. A corto plazo, las empresas industriales enfrentan incertidumbre sobre su capacidad para mantener operaciones continuas, mientras que, a largo plazo, la falta de soluciones estructurales podría reducir la competitividad del país en el mercado internacional.

Aunque la crisis energética es una amenaza inmediata para los grandes consumidores de energía, su impacto se extiende a toda la economía. Desde la capacidad de las empresas para cumplir con la demanda de productos hasta la estabilidad de los precios de bienes esenciales, las consecuencias del racionamiento energético serían profundas y de largo alcance.

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