Alza del salario mínimo podría ser de 10,6 %: ministro de Hacienda

El ministro de Hacienda explica que el próximo año puede haber una nueva mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, pues se proyecta un alza del salario mínimo sobre el 10,6 %, con una inflación que podría estar entre 4 % y 5 % para 2024.

El ministro de Hacienda explica que el próximo año puede haber una nueva mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, pues se proyecta un alza del salario mínimo sobre el 10,6 %, con una inflación que podría estar entre 4 % y 5 % para 2024.

El funcionario habla en esta entrevista sobre la perspectiva económica para 2024, asegura que el recaudo tributario sufrirá un golpe y considera que fue un error haber aplazado el alza de los peajes.

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Este año fue difícil para la familias colombianas, ¿el próximo será más difícil o más suave?

Yo diría que estamos entrando en una senda en que los dos últimos meses del año ya hay que buscar cómo lo cerramos de la mejor manera y que diciembre y el espíritu navideño van a tener importantes movimientos. Creemos que en el cuarto trimestre no vamos a tener tasa negativa (PIB), que solo sea el impacto de tocar fondo en el tercer trimestre y que la recuperación del crecimiento la vamos a obtener en 2024; volver por encima del 3 % se obtendrá en 2025.

¿Cómo termina este año en materia de crecimiento del PIB?

La expectativa de entrada había sido 1 %. Nosotros pensamos que podíamos llegar a 1,8 %. El tercer trimestre nos mostró que no vamos a llegar a ese 1,8 %, pero que podemos estar alrededor de 1,2 % o 1,3 %.

Teniendo en cuenta que la inflación está bajando, ¿qué está pensando el Gobierno sobre el alza del salario mínimo para 2024?

El salario mínimo siempre va a ser una negociación que tiene complicaciones, que tiene dificultades y lo que es claro es que la Corte Constitucional le puso un piso a ese tipo de negociación, y es que el salario mínimo no se puede incrementar por debajo del IPC causado. Nosotros esperamos que el IPC este año termine en 9,6 %, en un dígito. Ese es el piso de cualquier negociación.

Si el alza del salario se define por encima del 10 % y la inflación se mantiene a la baja, ¿esa diferencia no es contraproducente para la economía?

Lo que es claro es que este año el salario creció al 16 % y vamos a terminar con una inflación de 9,6 %, entonces hubo una mejora en el poder adquisitivo de los colombianos. Ese tipo de mejora la queremos fortalecer en 2024. No podemos incrementar el salario mínimo por debajo del índice de precios del consumidor causado. Por lo tanto, muy seguramente puede estar alrededor del IPC más uno. Si la inflación de 2024 se proyecta entre 4 % y 5 %, tendremos una nueva mejora de la capacidad adquisitiva.

¿Cómo espera que se comporten los ingresos tributarios a final de año?

Estamos obviamente con una restricción de ingresos en términos de que vamos a obtener más ingresos tributarios que los que se tuvo el año pasado, pero no vamos a cumplir la meta en razón de: primero, la decisión de la Corte, que ya nos limita y, segundo, que el crecimiento económico hace que el movimiento en términos de recaudos de IVA y del impuesto al consumo sea menor de lo que estaba previsto.

¿En cuánto espera que se caigan estos ingresos?

Por ahora esperamos que, de lo previsto, recaudemos mínimo $6 billones menos de lo que teníamos en la canasta inicialmente, pero sigue siendo por encima de lo que se recaudó el año anterior.

¿Es muy optimista el estimativo?

No, en realidad es en términos del cálculo preliminar de qué es lo que no se recaudaría por efecto de la desaceleración económica, y eso se expresa en IVA y en consumo. Tenemos un muy buen recaudo de renta de personas naturales, nos dice la DIAN que ya se recaudaron $3 billones más de lo que se esperaba. Entonces tenemos por un lado buenas cifras, pero dificultades por el crecimiento económico en el otro.

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¿Qué tanto desnivela la reforma tributaria la decisión de la Corte?

La decisión de la Corte nos desnivela en términos que nos toca recortar en el presupuesto de 2024 unos $6,5 billones.

En ese panorama, ¿está pensando en una nueva reforma tributaria?

No estamos pensando en una nueva reforma tributaria. Ya esa decisión está tomada por la Corte, estamos esperando conocer los términos del fallo para poder ajustarnos a los términos finales, pero hacia adelante. El resto de la reforma sigue vigente y eso nos da buenos recursos. Nos podemos ajustar a ellos de aquí en adelante. Lo que nos interesa es recuperar el crecimiento económico y eso es lo que realmente nos va a dejar mayores recursos.

Insisto, ¿en lo que resta del actual gobierno del presidente Petro se puede estar pensando en otra reforma tributaria?

No, no estamos pensando en una nueva reforma tributaria. Sí nos han pedido que empecemos a mirar el tema territorial y si hablamos de algún ajuste tributario sería por el lado territorial. Y sí nos han pedido que miremos cómo seguimos equilibrando la relación entre el impuesto de renta, entre personas naturales y jurídicas.

¿Por qué todos los gobiernos hablan de una reforma tributaria regional y nadie le mete el diente a ese proyecto?

Ese es un problema que tiene que ver con el ajuste de las cargas en el país. Nosotros como gobierno estamos interesados en mirar cómo sería una nueva formulación territorial, del proceso de descentralización y si se hace y se sigue adelante con el tema, de qué manera se financia mejor a los territorios. Es ahí donde viene el tema de si se incluye o no una reforma territorial en materia de ingresos. Lo que sí nos han pedido, y es importante, es que revisemos la composición del ICA (impuesto de industria y comercio) para ver si podemos mejorar la relación de los contribuyentes con este tributo.

¿Usted sigue pensando que, con el nivel actual de la tasa de interés, el Banco de la República atenta contra el crecimiento de la economía?

Le estábamos diciendo a la junta del Banco que podíamos caer en el otro extremo por intentar enfriar la economía por el lado de la demanda, y es que (mejor) llegáramos a enfriar la economía por el lado de la oferta. Eso decíamos en las dos reuniones anteriores y pues los resultados del tercer trimestre lo que dicen es que sí podemos estar cayendo en ese enfriamiento de la oferta.

¿Cómo intentar bajar las tasas de interés cuando la inflación cede a un ritmo muy lento?

Nosotros responsablemente tuvimos que asumir el tema de resolver el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, y por eso teníamos que mirar, sin disparar la inflación, qué hacíamos con la gasolina. Ya hoy sabemos que con los ajustes del precio de la gasolina, la inflación del año 2023 creció 1,6 %. El resto está en los distintos componentes. Y la inflación sigue bajando. Lo que esperamos al final del año es que la inflación llegue a un dígito.

El mensaje de hoy es: no vamos a llegar a la meta del Banco de la República de 3 % en 2024. Esa meta la vamos a conseguir en 2025 y lo que está previsto es que la inflación con la que se termine en 2024 sea entre 4 % y 5 %. Eso significa que vamos a seguir bajando a un ritmo que es adaptable a las condiciones de ir cerrando la brecha en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles.

¿Usted guarda la esperanza de que el Banco de la República les dé un regalo de Navidad a los colombianos, bajando el costo del dinero?

Yo guardo la esperanza de que en la junta de diciembre se dé un mensaje alentador, porque el resultado del tercer trimestre también es una campana de alerta de que no podemos seguir atentando contra el crecimiento económico.

¿Fue un error del Gobierno haber congelado el precio del acpm, aplazar el alza de los peajes y bajar el SOAT?

El acpm está congelado desde hace cuatro años e incluso antes de la pandemia. Eso nos dejó un hueco muy grande en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Le quiero recordar que ese hueco en 2022 fue de $37 billones. Lo que estamos es cerrando con el ajuste de precios de la gasolina. Este año quedaría en $20 billones; que son 4 de gasolina y 16 de diésel. Terminando de cerrar la brecha de la gasolina, estamos concertando con los gremios del transporte para ver de qué manera tocamos el acpm. Entonces no es un error de este Gobierno: fue una decisión responsable fiscalmente de empezar a cerrar el hueco dejado en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles y ese hueco solo lo cerraremos en 2025. Sí fue un error no haber incrementado el precio de los peajes en 2023 y eso se está resolviendo.

¿Y el SOAT?

Lo del SOAT tiene que mirarse de otra manera. Al reducir los precios se esperaba que aumentara la cobertura. No se aumentó y la accidentalidad sigue siendo grande y ahí hay muchos problemas de manejo de recursos que no corresponden a una situación normal, como es que no todo lo que llega por SOAT a las IPS (Institución Prestadora de Servicios) es propiamente un accidente de tránsito.

Los camioneros han dicho que no van a aceptar un incremento en el precio del galón del diésel. ¿Cómo van a manejar esas dos situaciones?

Estamos en unas mesas para concertar qué sucede allí, pero obviamente ellos no pueden empezar diciendo cosas que no son ciertas, como que les aumentó la participación del diésel en su canasta de costos, cuando tienen el precio del diésel congelado desde hace cuatro años. Ese es un indicador que no es cierto. Entonces, empecemos por sincerar las cifras.

Alcanzando el precio de paridad internacional de los combustibles, ¿tiene algún sentido que siga funcionando el FEPC?

El ajuste lo vamos a obtener en la gasolina inicialmente y ese se cierra este año. El precio quedará flotando, entonces no va a tener recursos del FEPC, pero sigue habiendo el déficit del diésel. Este año, repito, el déficit termina en $20 billones. El año entrante nos toca mirar qué se va haciendo en materia de diésel, porque si se tiene el actual consumo de diésel y se mantienen los precios como están hoy, tendríamos un hueco ya de entrada de $16 o $18 billones.

La suerte de Ecopetrol

¿Qué piensa hacer el Gobierno con Ecopetrol?

Es simplemente ir preparándola hacia el mediano plazo. Ecopetrol hoy vive de petróleo y gas, pero en el mediano plazo ya tiene que empezar a pensar en ser la primera empresa de energía de Colombia. Poco a poco el petróleo y el gas no van a ser sus fuentes principales de recursos, sino que tendrán que ser el hidrógeno, la generación solar, eólica y todos los procesos de transmisión de energía que hoy tiene ya con ISA.

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¿Cuál va a ser esa transformación si ya está en la parte energética: se va a marchitar el presupuesto para hidrocarburos y gas y se va a fortalecer el de otras energías?

La idea es que el futuro lo tiene diseñado más en materia de energía eléctrica, solar, eólica, el transporte eléctrico y el hidrógeno. El futuro de la sustitución que podamos tener hacia adelante es que lo que hoy exportamos de petróleo en 15 o 20 años esté exportando en hidrógeno.

Pero le insisto, ministro, ¿qué es lo novedoso que se piensa hacer con Ecopetrol?

Lo novedoso es fortalecer y ponerles velocidad a esos proyectos solares, eólicos y de hidrógeno, porque eso es lo que va a enfrentar la empresa en 15 años. En 15 años no va a tener los mismos ingresos de petróleo y gas, en 15 años va a tener ingresos generados por esas otras fuentes.

¿Ve con buenos ojos la compra de gas a Venezuela o hacer negocios con PDVSA?

Nosotros estamos simplemente desarrollando un contrato que fue firmado en 2007 en el cual Colombia cumplió una primera parte, que fue entregar gas a Venezuela, y hoy que tenemos dificultades de gas en Colombia, podemos efectivamente ir a buscar que ellos complementen lo que quedó en ese contrato que es que nos entreguen ese gas para esta coyuntura del (fenómeno de El) Niño, donde tenemos que poner en marcha algunas térmicas que funcionan con gas y que tenemos que prepararnos en todas las condiciones para que no nos genere dificultades en el suministro de energía ni en la inflación. Entonces, en ese sentido, podemos comprar el gas de Venezuela a un precio compatible para poder garantizar que esas térmicas funcionen.

¿No hay miedo a las sanciones?

No hay miedo de sanciones porque este ejercicio se hace dentro del proceso en el cual el Gobierno de Estados Unidos está abriéndole las puertas al Gobierno venezolano a un mejor manejo.

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