Buscando darle solución permanente a los problemas que enfrenta uno de los tramos más complicados de la vía Bogotá Villavicencio, el Instituto Nacional de Vías (Invías) anunció que abrió la licitación para la construcción del viaducto de 750 metros en el kilómetro 58 de la importante vía.
“Queremos anunciarle al país que con esta licitación se tendrá una solución definitiva a los inconvenientes que se han presentado en el kilómetro 58 de la vía al Llano, algo que dará por terminado los problemas en ese corredor vial, una vía clave para unir a la despensa más grande del país con Bogotá”, dijo la ministra de Transporte, Ángela María Orozco.
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Según la funcionaria, la obra una vez terminada en varios años beneficiará a 367.000 habitantes al permitir conectar los llanos orientales con el centro del país. En la construcción del tramo de 750 metros se podrían generar cerca de 1.200 puestos de trabajo.
Señala el informe el ministerio de Transporte que, con la construcción de este viaducto se completan los 28 proyectos de infraestructura del programa Concluir para la Reactivación de las Regiones. La terminación de esta obra, que cuenta con una inversión inicial de $150.000 millones, está proyectada para julio del próximo año.
El director técnico de Invías, Guillermo Toro Acuña, indicó que, “con esta licitación damos un paso firme para llevar a cabo esta importante obra que mejorará la conectividad del eje vial Villavicencio – Bogotá”.
Subrayó que el cierre de la licitación será el próximo 29 de julio, “por lo cual reiteramos la invitación a empresas expertas en ingeniería a participar en este proceso de selección”.
El kilómetro 58, está ubicado en la entrada al municipio de Guayabetal (Cundinamarca) y con los años se ha convertido en el punto más crítico de la vía al Llano. En junio de 2019 se registró el desprendimiento de unos 620.000 metros cúbicos de tierra, provocando el colapso de un puente de 30 metros que estaba listo para darlo al servicio de los transportadores. Esta situación motivó el cierre indefinido de la vía para llevar a cabo las obras de recuperación del tramo en problemas.
Una vez se presentaron los hechos que generaron la emergencia vial, la concesión a cargo de la vía, Coviandes, reveló un informe donde concluía que el desprendimiento de tierra se originó por el cambio de hidrología de la meseta que se derrumbó.
Descargó la responsabilidad de la alteración acuífera de la montaña en una empresa avícola que tenía instalados más de 32.000 metros cuadrados de galpones desde 2010. Pero un estudio de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) concluyó que el detonante de la inestabilidad no pudo haber sido la granja avícola, que está ubicada sobre la meseta que se desprendió, sino que se debió al deterioro progresivo del suelo, que perdió propiedades para mantenerse compacto y resistente. En su momento, advirtió sobre el posible impacto de la excavación y construcción del túnel 13, que atraviesa en una profundidad de 700 metros la meseta.
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Para darle solución temporal al problema de inestabilidad en la zona, el Gobierno destinó $120.000 millones para la construcción de muros de contención metálicos de seis metros de altura que se instalaron entre diciembre de 2019 y enero de 2020. Las obras permitieron la reapertura de la vía seis meses después del derrumbe.