Así debería ser la reforma tributaria en Colombia, según la OCDE
El organismo recomienda reducir tributos para empresas, incrementar el impuesto de renta en personas naturales y crecer la base de bienes gravables bajo tarifa plena del IVA.
Para casi nadie resulta sorprendente la expresión reforma tributaria. De hecho, la cosa va un poco para el otro lado: la palabra es una suerte del paisaje nacional.
Bajo las cuentas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país ha realizado 21 reformas tributarias entre 1990 y 2022, una cada año y medio.
Y, a pesar de la frecuencia con la que se reproducen, los ingresos tributarios del país se han incrementado, pero permanecen bajos cuando se le compara con otras economías de la región. Para el año pasado, según la Organización, estos fueron de 22,3 % del PIB, mientras que el promedio de los países OCDE pasa de 34 %.
El análisis de la OCDE llega como parte de un extenso informe sobre el estado de la economía colombiana, que incluye recomendaciones del organismo para mejorar asuntos como la estabilidad macroeconómica, así como reducir la desigualdad y transitar a paso más firme y continuo hasta una transición energética.
La tributaria en tiempos de Ley de Financiamiento
Las recomendaciones de la OCDE llegan en un momento crucial para el país debido a los problemas que está teniendo el Gobierno para lograr la aprobación del Presupuesto General de la Nación y de la Ley de Financiamiento (que es una suerte de tributaria, pero acotada al fin de entregarle recursos al Presupuesto).
De fondo, la OCDE asegura que una reforma tributaria debería “reequilibrar la carga tributaria del impuesto corporativo al impuesto sobre la renta personal, simplificar el sistema tributario, reducir gastos tributarios y disminuir la evasión fiscal”.
Sobre el primer punto, la Ley de Financiamiento justamente busca reducir la tasa corporativa de renta, que actualmente se encuentra en 35 % y es reconocida por varios actores como alta para la región, pero también bajo estándares internacionales (el promedio OCDE es de 23 %, por ejemplo).
La OCDE recomienda no sólo una reducción en renta para las empresas, sino también la eliminación de algunos tributos corporativos que resultan “distorsionantes”, así como la limitación a las exenciones (de las cuales fueron eliminadas 146 en la pasada tributaria, la primera del gobierno de Gustavo Petro).
La renta para personas
En paralelo a esto, este organismo plantea un incremento en la renta a personas, una opción que no sólo es una suerte de granada política, sino que ha sido criticada por los mismos legisladores que dos debates después están pidiendo estándares OCDE para una variedad de aspectos de la economía nacional.
“La base imponible del impuesto sobre la renta de las personas podría ampliarse significativamente sin afectar a la mitad inferior de la distribución del ingreso. Solo el 5 % de los trabajadores formales paga el impuesto sobre la renta de las personas físicas debido a un alto umbral de ingresos laborales por debajo del cual no es necesario pagar dicho impuesto”, se lee en el informe.
En el cual se añade: “Una reforma complementaria en dos pasos aumentaría la base imponible y haría que el sistema fuera más progresivo. El primer paso implicaría reducir gradualmente el umbral básico del impuesto sobre la renta de las personas físicas y, al mismo tiempo, reducir la tasa impositiva de entrada. En un segundo paso, para reducir la informalidad, se deberían reducir las tasas de contribución a la seguridad social para los trabajadores de bajos ingresos”.
El IVA
Además de reformular la cancha en términos de renta (inclinándola hacia el lado de las personas naturales), el organismo recomienda ampliar la base del IVA, otra propuesta que ha sido ampliamente criticada por legisladores.
“La tasa del IVA en Colombia es del 19%, pero las tasas cero y reducidas y las exenciones afectan no solo a los artículos de consumo básico, sino a una amplia gama de bienes y servicios en los ámbitos de la salud, la educación, la alimentación, los medicamentos y el transporte, además de las computadoras, las tabletas y los teléfonos móviles hasta un precio máximo”, asegura el organismo.
Y a renglón seguido afirma que la forma de proteger a los hogares más vulnerables de los impactos en cambios en el IVA es mejorando los mecanismos de compensación para las personas en estos renglones.
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Para casi nadie resulta sorprendente la expresión reforma tributaria. De hecho, la cosa va un poco para el otro lado: la palabra es una suerte del paisaje nacional.
Bajo las cuentas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país ha realizado 21 reformas tributarias entre 1990 y 2022, una cada año y medio.
Y, a pesar de la frecuencia con la que se reproducen, los ingresos tributarios del país se han incrementado, pero permanecen bajos cuando se le compara con otras economías de la región. Para el año pasado, según la Organización, estos fueron de 22,3 % del PIB, mientras que el promedio de los países OCDE pasa de 34 %.
El análisis de la OCDE llega como parte de un extenso informe sobre el estado de la economía colombiana, que incluye recomendaciones del organismo para mejorar asuntos como la estabilidad macroeconómica, así como reducir la desigualdad y transitar a paso más firme y continuo hasta una transición energética.
La tributaria en tiempos de Ley de Financiamiento
Las recomendaciones de la OCDE llegan en un momento crucial para el país debido a los problemas que está teniendo el Gobierno para lograr la aprobación del Presupuesto General de la Nación y de la Ley de Financiamiento (que es una suerte de tributaria, pero acotada al fin de entregarle recursos al Presupuesto).
De fondo, la OCDE asegura que una reforma tributaria debería “reequilibrar la carga tributaria del impuesto corporativo al impuesto sobre la renta personal, simplificar el sistema tributario, reducir gastos tributarios y disminuir la evasión fiscal”.
Sobre el primer punto, la Ley de Financiamiento justamente busca reducir la tasa corporativa de renta, que actualmente se encuentra en 35 % y es reconocida por varios actores como alta para la región, pero también bajo estándares internacionales (el promedio OCDE es de 23 %, por ejemplo).
La OCDE recomienda no sólo una reducción en renta para las empresas, sino también la eliminación de algunos tributos corporativos que resultan “distorsionantes”, así como la limitación a las exenciones (de las cuales fueron eliminadas 146 en la pasada tributaria, la primera del gobierno de Gustavo Petro).
La renta para personas
En paralelo a esto, este organismo plantea un incremento en la renta a personas, una opción que no sólo es una suerte de granada política, sino que ha sido criticada por los mismos legisladores que dos debates después están pidiendo estándares OCDE para una variedad de aspectos de la economía nacional.
“La base imponible del impuesto sobre la renta de las personas podría ampliarse significativamente sin afectar a la mitad inferior de la distribución del ingreso. Solo el 5 % de los trabajadores formales paga el impuesto sobre la renta de las personas físicas debido a un alto umbral de ingresos laborales por debajo del cual no es necesario pagar dicho impuesto”, se lee en el informe.
En el cual se añade: “Una reforma complementaria en dos pasos aumentaría la base imponible y haría que el sistema fuera más progresivo. El primer paso implicaría reducir gradualmente el umbral básico del impuesto sobre la renta de las personas físicas y, al mismo tiempo, reducir la tasa impositiva de entrada. En un segundo paso, para reducir la informalidad, se deberían reducir las tasas de contribución a la seguridad social para los trabajadores de bajos ingresos”.
El IVA
Además de reformular la cancha en términos de renta (inclinándola hacia el lado de las personas naturales), el organismo recomienda ampliar la base del IVA, otra propuesta que ha sido ampliamente criticada por legisladores.
“La tasa del IVA en Colombia es del 19%, pero las tasas cero y reducidas y las exenciones afectan no solo a los artículos de consumo básico, sino a una amplia gama de bienes y servicios en los ámbitos de la salud, la educación, la alimentación, los medicamentos y el transporte, además de las computadoras, las tabletas y los teléfonos móviles hasta un precio máximo”, asegura el organismo.
Y a renglón seguido afirma que la forma de proteger a los hogares más vulnerables de los impactos en cambios en el IVA es mejorando los mecanismos de compensación para las personas en estos renglones.
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