Así han crecido los niveles de los embalses energéticos en Colombia

El fenómeno de El Niño logró impactar de forma considerable los embalses en Colombia. En ciudades como Bogotá, los destinados al abastecimiento de agua obligaron a la implementación de medidas de racionamiento (que aún mantienen), mientras que los que aportan al Sistema Interconectado Nacional (los que generan energía), se acercaron al punto crítico del 27 %.

Aunque los niveles siguen siendo relativamente bajos, es favorable el ritmo de recuperación que se ha registrado en los últimos días.

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Según XM, con corte al 16 de mayo, los embalses destinados a la generación de energía en el país alcanzaron niveles útiles del 39,40 %, lo que se traduce en un aumento del 0,46 % frente al consolidado para el día inmediatamente anterior.

Aunque pareciera que el aumento de los niveles es lento, lo cierto es que la constancia de las lluvias ha ayudado bastante. Si se analiza el comportamiento que ha registrado la última semana, teniendo en cuenta que los niveles el 9 de mayo estaban al 36,04 %, los embalses se han llenado en un 3,36 %; mientras que si se revisa el comportamiento del último mes, tomando como referencia que el 16 de abril el indicador era del 29,09 %, éstos han aumentado un 10,31 %.

Llegar a niveles más favorables como un 50 % o 70 % podría tomar varios meses, si se mantiene el promedio de lluvias registrado recientemente.

Hay que tener en cuenta que el país espera ahora el más fuerte impacto del fenómeno de La Niña, es decir, un escenario contrario que se caracteriza por mayores frecuencias e intensidades en las lluvias.

Si bien esto pareciera ser lo que necesita el país, y más teniendo en cuenta la situación de racionamiento que ha dejado la escasez del agua en Bogotá, así como el estrés que soporta el sistema de generación de energía en el país (teniendo a las plantas térmicas trabajando a su máxima capacidad), lo cierto es que mayores lluvias también tiene unas serias implicaciones en la economía.

En el último paso de La Niña por Colombia, hay que recordar, el país registró considerables deslizamientos en gran parte de sus vías principales, lo que se derivó en trancones monumentales, así como grandes desvíos para que los transportadores pudieran llegar a sus destinos. Todo esto se traduce en inflación, pues se aumenta la escasez (especialmente de alimentos), así como los costos de transporte, que se trasladan a los precios al consumidor.

También hay que recordar los damnificados que dejan estas intensas lluvias, pues los deslizamientos han dejado sin hogar a muchos colombianos.

Para muchos expertos, la brecha tan corta entre el periodo en el que se está saliendo de El Niño para ingresar a La Niña es motivo de preocupación, de allí que desde el Gobierno ya se están anunciando planes de prevención para prepararse, lo  más que se pueda, a todos estos impactos que está implicando el cambio climático en Colombia.

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El fenómeno de El Niño logró impactar de forma considerable los embalses en Colombia. En ciudades como Bogotá, los destinados al abastecimiento de agua obligaron a la implementación de medidas de racionamiento (que aún mantienen), mientras que los que aportan al Sistema Interconectado Nacional (los que generan energía), se acercaron al punto crítico del 27 %.

Aunque los niveles siguen siendo relativamente bajos, es favorable el ritmo de recuperación que se ha registrado en los últimos días.

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Aunque pareciera que el aumento de los niveles es lento, lo cierto es que la constancia de las lluvias ha ayudado bastante. Si se analiza el comportamiento que ha registrado la última semana, teniendo en cuenta que los niveles el 9 de mayo estaban al 36,04 %, los embalses se han llenado en un 3,36 %; mientras que si se revisa el comportamiento del último mes, tomando como referencia que el 16 de abril el indicador era del 29,09 %, éstos han aumentado un 10,31 %.

Llegar a niveles más favorables como un 50 % o 70 % podría tomar varios meses, si se mantiene el promedio de lluvias registrado recientemente.

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Si bien esto pareciera ser lo que necesita el país, y más teniendo en cuenta la situación de racionamiento que ha dejado la escasez del agua en Bogotá, así como el estrés que soporta el sistema de generación de energía en el país (teniendo a las plantas térmicas trabajando a su máxima capacidad), lo cierto es que mayores lluvias también tiene unas serias implicaciones en la economía.

En el último paso de La Niña por Colombia, hay que recordar, el país registró considerables deslizamientos en gran parte de sus vías principales, lo que se derivó en trancones monumentales, así como grandes desvíos para que los transportadores pudieran llegar a sus destinos. Todo esto se traduce en inflación, pues se aumenta la escasez (especialmente de alimentos), así como los costos de transporte, que se trasladan a los precios al consumidor.

También hay que recordar los damnificados que dejan estas intensas lluvias, pues los deslizamientos han dejado sin hogar a muchos colombianos.

Para muchos expertos, la brecha tan corta entre el periodo en el que se está saliendo de El Niño para ingresar a La Niña es motivo de preocupación, de allí que desde el Gobierno ya se están anunciando planes de prevención para prepararse, lo  más que se pueda, a todos estos impactos que está implicando el cambio climático en Colombia.

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