Así le fue a Colombia en el Índice de Seguridad Alimentaria (GFSI) de 2021
Colombia ocupó el puesto 52 (de 113 países) respecto a la asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad de los alimentos y recursos naturales, según el GFSI.
El Índice de Seguridad Alimentaria Global (GFSI) mide 113 países en cuanto a los problemas de asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad de los alimentos, y recursos naturales y resiliencia.
En esta medición Colombia ocupó el puesto 52 con 64,4 puntos. Los cinco primeros puestos los ocuparon Irlanda, Austria, Reino Unido, Finlandia y Suiza, en ese orden.
Costa Rica fue el mejor posicionado, de Latinoamérica, con la posición 24 y 73,6 puntos. Le sigue Chile en la casilla 28, Panamá en la 36, Uruguay en la 45, México en la 46 y Perú en la 49.
El índice es un modelo dinámico de evaluación comparativa cuantitativa y cualitativa construido a partir de 58 indicadores únicos que miden los impulsores de la seguridad alimentaria en los países en desarrollo y desarrollados.
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Además de la clasificación general, la medición contempla cuatro categorías. La primera es la asequibilidad, que se relaciona con el hambre. Por eso los países que no cuentan con programas nacionales integrales y bien financiados de redes de seguridad alimentaria tienen niveles más altos de hambre (y retraso del crecimiento en los niños), según la GFSI.
En este aspecto Colombia tuvo el lugar 62, con 70,4 puntos. De la región, puntearon Costa Rica (puesto 30), Panamá (36), Chile (38), Perú (45), Paraguay (48). Y a nivel global, los países con mejor asequibilidad fueron: Dinamarca, Irlanda, Finlandia, Reino Unido y Suiza.
La segunda categoría es la disponibilidad de alimentos, el puesto de Colombia fue el 61. En América Latina estuvo tras Panamá en el 22, Chile (26), Honduras (34), República Dominicana (41), Costa Rica (43), México (46), El Salvador (51), Argentina (53). Los países líderes fueron: Singapur, China, Canadá, Suiza y Japón.
Colombia tuvo el puesto 50 en calidad y seguridad, otro elemento que tuvo en cuenta el GFSI. Los países mejor calificados de la región fueron Argentina en el puesto 12, Brasil en el 13 y Chile en el 27. Lideran esta categoría: Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Finlandia y Dinamarca.
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Por último, en el índice incide el factor de recursos naturales y resiliencia en el que Colombia quedó de puesto 20, fue la categoría en la que obtuvo mejores resultados. De Latinoamérica solo estuvo tras Uruguay (7) y Costa Rica (10). Las primeras posiciones las ocuparon Noruega, Finlandia, Irlanda, República Checa y Nueva Zelanda.
La medición del GFSI incorporó esta última categoría que evalúa la exposición de un país a los impactos de un clima cambiante, su susceptibilidad a los riesgos de los recursos naturales y cómo el país se está adaptando a estos riesgos, todos los cuales impactan la incidencia de la inseguridad alimentaria.
La categoría se introdujo por primera vez en el GFSI en 2017 como un factor de ajuste y, dada su creciente importancia, se ha integrado por primera vez este año.
El índice del 2021 es la décima edición de este. Economist Impact actualiza el modelo anualmente para capturar los cambios año tras año en los factores estructurales que afectan la seguridad alimentaria.
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El Índice de Seguridad Alimentaria Global (GFSI) mide 113 países en cuanto a los problemas de asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad de los alimentos, y recursos naturales y resiliencia.
En esta medición Colombia ocupó el puesto 52 con 64,4 puntos. Los cinco primeros puestos los ocuparon Irlanda, Austria, Reino Unido, Finlandia y Suiza, en ese orden.
Costa Rica fue el mejor posicionado, de Latinoamérica, con la posición 24 y 73,6 puntos. Le sigue Chile en la casilla 28, Panamá en la 36, Uruguay en la 45, México en la 46 y Perú en la 49.
El índice es un modelo dinámico de evaluación comparativa cuantitativa y cualitativa construido a partir de 58 indicadores únicos que miden los impulsores de la seguridad alimentaria en los países en desarrollo y desarrollados.
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Además de la clasificación general, la medición contempla cuatro categorías. La primera es la asequibilidad, que se relaciona con el hambre. Por eso los países que no cuentan con programas nacionales integrales y bien financiados de redes de seguridad alimentaria tienen niveles más altos de hambre (y retraso del crecimiento en los niños), según la GFSI.
En este aspecto Colombia tuvo el lugar 62, con 70,4 puntos. De la región, puntearon Costa Rica (puesto 30), Panamá (36), Chile (38), Perú (45), Paraguay (48). Y a nivel global, los países con mejor asequibilidad fueron: Dinamarca, Irlanda, Finlandia, Reino Unido y Suiza.
La segunda categoría es la disponibilidad de alimentos, el puesto de Colombia fue el 61. En América Latina estuvo tras Panamá en el 22, Chile (26), Honduras (34), República Dominicana (41), Costa Rica (43), México (46), El Salvador (51), Argentina (53). Los países líderes fueron: Singapur, China, Canadá, Suiza y Japón.
Colombia tuvo el puesto 50 en calidad y seguridad, otro elemento que tuvo en cuenta el GFSI. Los países mejor calificados de la región fueron Argentina en el puesto 12, Brasil en el 13 y Chile en el 27. Lideran esta categoría: Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Finlandia y Dinamarca.
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Por último, en el índice incide el factor de recursos naturales y resiliencia en el que Colombia quedó de puesto 20, fue la categoría en la que obtuvo mejores resultados. De Latinoamérica solo estuvo tras Uruguay (7) y Costa Rica (10). Las primeras posiciones las ocuparon Noruega, Finlandia, Irlanda, República Checa y Nueva Zelanda.
La medición del GFSI incorporó esta última categoría que evalúa la exposición de un país a los impactos de un clima cambiante, su susceptibilidad a los riesgos de los recursos naturales y cómo el país se está adaptando a estos riesgos, todos los cuales impactan la incidencia de la inseguridad alimentaria.
La categoría se introdujo por primera vez en el GFSI en 2017 como un factor de ajuste y, dada su creciente importancia, se ha integrado por primera vez este año.
El índice del 2021 es la décima edición de este. Economist Impact actualiza el modelo anualmente para capturar los cambios año tras año en los factores estructurales que afectan la seguridad alimentaria.
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