Auge y caída del imperio de criptomonedas FTX: ¿qué debemos aprender de esto?
Una historia de quiebras, burbujas financieras y falsos reyes llegó a su final esta semana. Sam Bankman-Fried, fundador y máximo responsable de FTX, fue hallado culpable de los siete cargos de fraude que enfrentaba.
A Sam Bankman-Fried lo llamaron “el nuevo Warren Buffet”, fue portada de reputadas revistas como Fortune o Forbes, donó US$5 millones a la candidatura presidencial de Joe Biden y recorrió los pasillos del Congreso de Estados Unidos abogando por una regulación para los criptoactivos.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
A Sam Bankman-Fried lo llamaron “el nuevo Warren Buffet”, fue portada de reputadas revistas como Fortune o Forbes, donó US$5 millones a la candidatura presidencial de Joe Biden y recorrió los pasillos del Congreso de Estados Unidos abogando por una regulación para los criptoactivos.
Un mundo que, por desgracia, nos recuerda todos los días que la línea que separa lo legal de lo ilegal, los imperios y los castillos de naipes, la filantropía y la megalomanía, es muy difusa. Allí, lo que sube como palma puede caer como coco. Esto fue lo que le pasó a Sam Bankman-Fried.
El auge de FTX
Bankman-Fried (California, 1992) es conocido por haber fundado FTX, una de las plataformas de criptomonedas (un ‘exchange’ para los expertos en la materia) más importantes del mundo, a la altura de Binance o similares. En su mejor momento, FTX llegó a estar valorada en US$32.000 millones.
Desde 2019, año en que creó FTX, hasta finales de 2022, Bank-Fried cultivó una imagen de “niño prodigio de las criptomonedas”. Este treintañero supo estar en el lugar y el momento correcto.
Lea también: Balanza de Ecopetrol se inclinará más hacia electricidad que a los hidrocarburos
En aquellos años, el mercado de las criptomonedas irrumpía con fuerza en todo el mundo, atrayendo a inversores y entusiastas con una moneda digital “independiente”, alejada de los controles de la banca tradicional y los gobiernos, y que prometía ganancias significativas por su eventual adopción masiva, lo que incrementaría el valor de este activo con el paso del tiempo.
A lo anterior hay que sumarle altas dosis de especulación y la volatilidad, en parte por las redes sociales y los medios de comunicación, donde pululaban las historias de “nuevos ricos” gracias a la inversión en criptomonedas.
En este ambiente nació FTX. Su éxito fue tan fulgurante que Bankman-Fried amasó una gran fortuna que le permitía aportar cantidades millonarias a partidos políticos, organizaciones civiles, causas solidarias y centros deportivos, a la par que darse la gran vida en su chalet en Nassau, Bahamas, rodeado de varios de sus amigos tan jóvenes y ricos como él.
El principio del fin
Después de un 2021 excepcional, 2022 fue un año negro para las criptomonedas, y la caída de FTX fue el último episodio de una seguidilla de colapsos de otros criptoactivos.
Los primeros colapsos llegaron en primavera con el desplome de TerraUSD, un activo digital que mantenía su paridad con el dólar a través de un complejo algoritmo vinculado a Luna (una criptodivisa sin respaldo) y que perdió prácticamente la totalidad de su valor en cinco días.
El hundimiento de ésta se extendió y afectó a las plataformas de intercambio como Celsius Network, que en junio suspendía todas las transacciones entre clientes y vetaba la retirada de fondos y, al mes siguiente declaraba, la quiebra.
La puntilla final llegó en otoño con la quiebra de la plataforma FTX. Francesco Melpignano, director general de Kadena Eco, especializada en blockchain, declaró a finales de 2022 que el sismo de FTX y sus réplicas supera al que se creó por la implosión de la moneda digital Terra.
Lea también: Biden anuncia medidas de apoyo económico para Latinoamérica: ¿de qué se tratan?
Este especialista compara la quiebra de FTX con la caída de Lehman Brothers, que sembró el pánico en los mercados de bolsa y contagió a otros bancos.
Y es que, precisamente, este coctel de incertidumbre y miedo se lo tomaron muchos de los clientes de la plataforma creada por Bankman-Fried y, ebrios de desesperación al ver cómo sus inversiones perdían valor, decidieron retirar su dinero. Lo que dejó a FTX sin liquidez y en busca de un rescate.
Un rescate que casi llega por parte de su competidor directo, Binance. “Que FTX caiga no es bueno para nadie en la industria. No lo vean como una victoria para nosotros. La confianza de los usuarios se ve severamente sacudida”, señaló en un mensaje en el antiguo Twitter (hoy X) el fundador y líder de Binance, Chanpeng Zhao.
Binance se lanzó en apoyo de FTX y envió una oferta de compra que retiró tan solo un día después. Razones no le faltaban.
FTX: ¿un fraude?
Tras el colapso, las autoridades congelaron los activos de FTX, lo que llevó a que la firma se declarase en bancarrota y su máximo responsable, Sam Bankman-Fried, anunció su dimisión.
“FTX Trading (...) y aproximadamente 130 compañías afiliadas al FTX Group iniciaron el procedimiento voluntario del ‘capítulo 11′” de la ley de quiebras en Estados Unidos, para “evaluar” sus activos, anunció FTX.
Pero todavía ni FTX ni Bankman-Fried habían tocado fondo.
Las autoridades de Estados Unidos notaron que US$372 millones desaparecieron pocas horas después de que FTX anunciara su quiebra y, en los días siguientes, se conoció que la empresa había transferido miles de millones de dólares depositados por sus clientes a Alameda Research, otra empresa creada por Sam Bankman-Fried.
Las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos pronto concluirían que el “niño prodigio” engañó a inversores y abusó de los fondos que le pertenecían a los clientes de FTX y su filial Alameda Research. Y, por separado, la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense (la autoridad bursátil de ese país) lo responsabilizó de violar las leyes de valores.
Lea también: EE. UU. investiga cómo desaparecieron US$372 millones tras la bancarrota de FTX
“Estaba orquestando un fraude masivo desde hacía años, desviando miles de millones de dólares de los fondos de los clientes de la plataforma comercial para su propio beneficio personal y para hacer crecer su criptoimperio”, dijeron los fiscales estadounidenses.
La acusación formal hacia Bankman-Fried contenía ocho cargos, incluidos conspiración, fraude electrónico, lavado de dinero y violaciones a la ley de financiamiento electoral. Entre tanto, los señalamientos de “esquema Ponzi” (o piramidal) hacia FTX no se hicieron esperar.
Así mismo, las autoridades señalaron que el joven recaudó de manera fraudulenta $1.8 mil millones de inversionistas y usó fondos FTX para realizar apuestas de alto riesgo en el fondo de cobertura Alameda Research y para cubrir gastos personales.
El juicio contra el “rey de las criptos”
A finales de 2022, Bankman-Fried todavía vivía en su chalet en Bahamas. Ocho meses más tarde, estaría recluido en una cárcel donde, según el joven, no recibía su comida vegana ni las medicinas para tratar su trastorno de hiperactividad.
Por cuenta de los cargos en su contra, el fundador de FTX fue extraditado a Estados Unidos y un juez le concedió la libertad condicional mientras esperaba el juicio, a cambio de una fianza de US$250 millones.
No obstante, el joven entró a prisión por violar las condiciones de su fianza desde la casa de sus padres en California. Allí, Bankman-Fried siguió en contacto con sus colegas de FTX, a quienes insultaba hasta tal punto que el juez le prohibió entrar en contacto con cualquier empleado de la compañía y usar la aplicación de mensajería Signal. Unos meses después, tras constatar que el joven utilizaba una VPN para eludir la prohibición, un juez revocó la fianza y lo mandó a la cárcel.
El juicio contra Bankman-Fried se llevó a cabo el pasado jueves 2 de noviembre de 2023 y fue declarado culpable de siete delitos, entre los que se incluye el fraude de inversiones y el lavado de dinero.
Lea también: La incertidumbre que está generando el mercado gris de teléfonos celulares
Durante su comparecencia ante la justicia, el joven declaró que “no tenía absolutamente ni idea de cómo funcionaban las criptomonedas” y añadió que “solo sabía que eran cosas que podías intercambiar” al inicio de su trayectoria, y que creía que podría ofrecer “el mejor producto en el mercado”, pero ocurrió “lo contrario”.
El joven se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión por cada uno de los cargos más graves. La sentencia se conocerá en marzo.
Según The Wall Street Journal, el acusado consideró que su peor error fue no tener un equipo y un ejecutivo especializados en gestión del riesgo, sobre todo dado su gran crecimiento, que no estaba supervisado.
Las lecciones de la caída de FTX
En primer lugar, la debacle de FTX y la posterior condena de Sam Bankman-Fried dejan en claro que no todo lo que brilla es oro, pues los “Tony Stark” pueden convertirse rápidamente en Bernard Madoff.
Ahora bien, en lo que respecta a las criptomonedas, llama la atención que cada que se descubre un nuevo escándalo en torno a alguna plataforma o criptoactivo, sus clientes esperen, paradójicamente, que las autoridades les ayuden a recuperar sus inversiones, tras haber renegado de las “ataduras” de gobiernos y autoridades financieras.
Lea también: El Bitcoin vuelve a superar la barrera de los US$30.000
En un mercado tan volátil, donde la caída de uno genera una onda expansiva que puede derribar a otros cuantos, parece que su futuro pasa por la regulación. Ya varios países se han dado a la tarea de crear una legislación para tal fin.
Por otra parte, pese a los vaivenes, las crisis o las caídas, lo cierto es el que el mercado de las criptomonedas siempre repunta. Tal es el caso de monedas como el Bitcoin, que en diciembre de 2022 alcanzó su punto más bajo en dos años por los ecos del colapso de FTX. En noviembre de este año, casi un año después de que Sam Bankman-Fried cayera en desgracia, el bitcoin se ha recuperado y superó los US$30.000.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.