Café al alza: los altos precios internacionales dejan un panorama agridulce
Los mercados temen que no haya suficiente oferta de café como para suplir su demanda y por eso el valor del grano ha aumentado. ¿Quiénes son los que se benefician y se ven perjudicados por el encarecimiento del café?
Este martes 1º de octubre es el Día Internacional del Café y el grano está cada vez más cotizado. En los últimos meses, ha subido más y más de precio en la Bolsa de Nueva York, lo que ha favorecido a los caficultores, pero ha afectado a los tostadores y comercializadores.
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Este martes 1º de octubre es el Día Internacional del Café y el grano está cada vez más cotizado. En los últimos meses, ha subido más y más de precio en la Bolsa de Nueva York, lo que ha favorecido a los caficultores, pero ha afectado a los tostadores y comercializadores.
En parte, esto ha impulsado los buenos resultados de la actividad económica en el país, pues solo el cultivo permanente de café ha crecido un 25,8 % en el segundo trimestre del año frente al mismo período de 2023, de acuerdo con el DANE.
Los números son positivos en diferentes frentes. La producción acumulada de los 12 meses, hasta agosto de 2024, fue de 12.5 millones de sacos de 60 kg, creció el 18 % frente al periodo anterior. Mientras que las exportaciones preliminares durante el octavo mes del año aumentaron el 25 % en comparación al mismo mes de 2023, según datos de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Todo esto muestra que las condiciones económicas son favorables para los caficultores colombianos, quienes deben aprovechar los buenos precios internacionales que tiene el producto. Pero, ¿a qué se debe ese encarecimiento?
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El porqué de la valorización
Uno de los factores que ha tenido mayor peso en dicha dinámica han sido los patrones climáticos presentes en los dos principales países productores Brasil y Vietnam. En el país vecino, por ejemplo, a finales de septiembre se veían lado los árboles muy debilitados, con floraciones abortadas, que hacen prever una cosecha de 2025 muy inferior, relata Luis Fernando Samper, consultor internacional en temas cafeteros.
Esto ha hecho que los mercados teman respecto a la oferta de café, lo que hace que el precio de la especie arábica (la única que produce Colombia) suba en las últimas semanas. Por su parte, en la bolsa de Londres la otra especie (robusta) está repuntando por los temores de que la sequía excesiva en Vietnam dañe los cultivos de café.
El país no ha sido inmune a los efectos del clima. Margarita Vásquez, cafetera de Génova (Quindío), también se ha visto afectada porque el verano que hubo entre julio y septiembre les dañó el café maduro e hizo que “se secara en el palo”.
“Adicionalmente, otros factores coyunturales del mercado como son la situación macroeconómica global, el comportamiento de otros commodities, la estructura invertida en el precio del contrato de café arábica y los niveles de los inventarios certificados de café también pueden afectar el comportamiento de corto plazo de los precios”, explica la FNC.
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¿Cómo se calcula el precio interno del café?
Para entender el impacto económico que tiene esta coyuntura en el país es necesario saber cómo se establece el precio que se le paga a los productores por el grano.
Este contempla las variables de mercado mundialmente utilizadas por los agentes en la industria como el precio internacional del café en la bolsa, el diferencial colombiano (dinero adicional por su calidad) y la tasa de cambio. El precio del excelso se calcula a partir del precio de venta en el mercado internacional y la pasilla (que es de calidad inferior) se calcula a partir del precio de venta en el mercado local.
Así entonces, se revisa cuánto hay de uno y del otro en la carga del café pergamino, que es el producto de beneficio del grano que se obtiene después de lavarlo y secarlo hasta una humedad del 12 %.
En conclusión, todo depende de la calidad del café. “El precio interno de referencia se calcula multiplicando el precio del café excelso por la cantidad de café excelso contenido en el pergamino y sumándole el precio de la pasilla por la cantidad contenida”, dice la Federación. Eso es lo que establece el rendimiento del producto, qué tanto es de una y otra clase.
Lo que hace la FNC es recibir el café para vigilar que los precios de compra sean de acuerdo a los del mercado. De ese modo, todos los compradores pagan lo que corresponde y no se aprovechen del tamaño del productor, destaca Samper.
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Las consecuencias de los altos precios
De entrada, es imposible pensar que no es una buena noticia para los caficultores. El principal impacto positivo que destaca la FNC es que esto se ve reflejado en el aumento del valor del producto, lo cual puede llegar a significar una mejora en los ingresos que perciben los caficultores y un mayor movimiento de recursos en las zonas cafeteras del país. Así se dinamizan las economías regionales por la mayor demanda de bienes y servicios que genera el mayor valor de la cosecha.
Sin embargo, las condiciones climáticas han pegado duro en el país como es el caso de la productora Vásquez. Ella espera que la cosecha que está recogiendo en este momento no dé muy buen rendimiento, pues solo la tercera parte la pueden vender bien y lo demás será pasilla.
“Aunque el precio del café es bueno, no nos beneficiamos. Calculamos entre $70 y $80 millones de pérdidas porque no es solo la carga sino también lo que se invirtió en la cosecha. No se acaban los problemas que tenemos, pero es importante tener precios buenos porque así con lo poquito que uno saque lo vende bien y eso compensa”, cuenta.
De nuevo, el provecho que cada caficultor pueda sacar de esta situación dependerá de la calidad de su grano.
Del otro lado está la parte de la cadena que no se ve favorecida: los tostadores y comercializadores. A ellos les toca ajustar los precios de cara a los consumidores, pero no tanto como para afectar la demanda y reducir sus márgenes de ganancia, sostiene Gustavo Gómez, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport).
“Otra cosa que puede surgir es que los tostadores no quieran el producto colombiano y opten por cafés más baratos que vayan en línea con lo que demanda el sector, el mercado y los precios que están dispuestos a pagar. Pero hay escasez a nivel mundial, no hay suficiente oferta como para poder reemplazar el café colombiano por otros orígenes”, añade Gómez.
Todavía no se puede predecir hasta cuándo permanecerán los altos precios del café o si seguirán subiendo. Esto dependerá de la gravedad del impacto del clima en los cultivos del mundo.
”Un choque de esta naturaleza puede llegar a generar una desviación sobre la tendencia de los precios que se puede normalizar alrededor de uno a dos años, una vez la oferta mundial de café se recupere a los niveles esperados”, concluye la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
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