Cambio climático y seguridad: los retos del banano para venderse en el mundo
El sector bananero busca alternativas para mejorar la producción, mientras exige un pago justo por el producto en los mercados a los que exporta. Este es el panorama.
El banano es la fruta que más se exporta y uno de los productos principales del agro colombiano. Su producción fue de 1.353.726 toneladas en 2023, de las que el 96 % llegó a los mercados internacionales, de acuerdo con la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA).
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El banano es la fruta que más se exporta y uno de los productos principales del agro colombiano. Su producción fue de 1.353.726 toneladas en 2023, de las que el 96 % llegó a los mercados internacionales, de acuerdo con la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA).
Se trata de un sector que concentra una actividad económica protagonista en el renglón agropecuario, pues en el primer trimestre de 2024 vendió 263.617 miles de dólares en el exterior, lo equivalente a 523.201 toneladas.
Muchos de ellos se reunieron en Santa Marta en el Segundo Congreso Bananero del Caribe colombiano durante el 23 y 24 de mayo para compartir avances, promocionar sus productos, reflexionar en torno a la cadena logística del banano, los retos y dificultades que preocupa a los productores, comercializadores y exportadores.
Adaptarse al cambio climático
Últimamente, la variabilidad climática ha sido la principal preocupación en la producción del banano. Con el pasar de los años, los fenómenos de El Niño y La Niña se han vuelto más fuertes y largos, hasta se ha disminuido la distancia entre uno y otro.
El clima es un factor de riesgo protagonista y general para el agro porque las plantas cambian su productividad, y comportamiento en función del calor, humedad de los suelos, lluvias y las plagas que llegan con el cambio de las condiciones del ambiente.
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Si bien este es un factor imposible de controlar, los bananeros se preparan para mitigar sus efectos mediante mejores prácticas de producción, así como la construcción de infraestructura que permita almacenar agua y darle un uso eficiente durante la sequía y diminuir la humedad en épocas de lluvia. También mejoran las redes de estaciones meteorológicas y desarrollan tecnología que permitan al productor tener información precisa para tomar acciones rápidas.
Sin embargo, “en los escenarios extremos, desafortunadamente, no hay preparación que alcance”, sostiene Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Catástrofes como inundaciones o incendios puede dejar a las familias sin fuente de trabajo ni ingresos.
Frente a esto, el sector apoya las iniciativas que ha tenido el Gobierno frente a los subsidios en: tasas de interés, primas de las pólizas de seguros paramétricos e incentivos de capitalización. “Desde que inició el gobierno de Gustavo Petro hasta la actualidad, se ha irrigado recursos al sector agro por 46,3 billones de pesos. Esto a partir de mecanismos de financiamiento que el Gobierno ha generado”, expresa la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica.
Para el presidente ejecutivo de la Asociación de Bananeros del Magdalena y La Guajira (Asbama), José Francisco Zúñiga Cotes, esa es una buena noticia, pues les permite mantener el trabajo.
Las dificultades que representa el clima también han generado otras decisiones en las empresas exportadoras como Unibán. Una de las alternativas que han implementado ha sido la de encontrar mercados que sirvan como péndulos para cuando la calidad del producto disminuya y no cumpla los requerimientos para llegar a Europa o Estados Unidos.
Además, “buscamos diversificar la oferta de frescos con productos que se ajusten a nuestras cadenas logísticas. Como lo son: aguacate, mango y limón Taití, hicimos un estudio y encontramos que esos están teniendo una participación creciente en el mercado. Al nosotros tener contacto con supermercados y minoristas en Europa y Estados Unidos, podemos beneficiar a pequeños productores de esas frutas para que las lleven en nuestros barcos”, explica Juan Carlos Rojas, vicepresidente comercial de Unibán.
Sin seguridad garantizada
Son varios los obstáculos que tienen los bananeros para asegurar la inocuidad y correcto transporte de los productos. Los bloqueos en las vías y el hecho de que “en muchas zonas del país la extorsión no renga límites y haya presencia de grupos al margen de la ley” dificulta las exportaciones, de acuerdo con Bedoya.
Pero ese no es el único problema, cuando se encuentran las cajas en los puertos también se debe asegurar que no se camufle algún cargamento con sustancias de uso ilícito.
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“Tenemos que prevenir la contaminación de contenedores, que el puerto de Santa Marta modernice su escáner. Hoy el 40 % de la carga se está inspeccionando de una manera manual, lo que causa sobrecostos. Cada vez que se mueve un contenedor para que lo inspeccionen cuesta 160 dólares”, resalta Zúñiga.
En ese sentido, ha habido algunos avances como que se creará el distrito quinto de Policía para la zona bananera, de modo que aumente el pie de fuerza de la entidad en el sector.
Pero todavía falta mucho por hacer. “El Estado debe reaccionar con capacidades muy fortalecidas por parte de las Fuerzas Militares y de la Policía para luchar contra el narcotráfico y evitar la contaminación de la carga. Se necesitan más incautaciones, fortalecer la inteligencia, la trazabilidad con intercambio de información con los productores”, añade el presidente de la SAC.
Altas exigencias y bajos precios
Una vez los bananos superan las condiciones adversas del clima y la seguridad, llegan a los mercados europeos y estadounidenses. Aunque ahora hay mayores obstáculos para lograrlo, como las exigencias de certificaciones y la inflación, el precio no ha mejorado en los últimos 10 años.
El sector, de Colombia y la región, asegura que los supermercados y las tiendas de descuento internacionales continúan sin adoptar la metodología de “Fair Trade”, que permite calcular el precio justo considerando los esfuerzos de sostenibilidad en materia ambiental y laboral.
La petición que hacen los bananeros es simple: que si son muchos requerimientos, el precio sea acorde a lo que se está pidiendo. Esto beneficiaría a todos los que hacen parte de la cadena, desde los productores hasta los exportadores.
Como si esto fuera poco, el 31 de diciembre de 2024 entra en vigencia el Pacto Verde en Europa, una nueva normativa “que nos exige unas transformaciones en nuestras técnicas de agricultura que junto con el cambio climático, mejorar las inversiones para las buenas prácticas y acompañamiento a productores para hacer frente a los desafíos fitosanitarios y las enfermedades que atacan el banano”, en palabras de la ministra Mojica.
La jefa de la cartera también expuso que el Gobierno tiene la intención de apoyar las iniciativas de bioinsumos, biofábricas, de insumos orgánicos, contribuir con la propiedad de la tierra y la gestión diplomática ante los mercados internacionales para que todo el sobreesfuerzo en el banano tenga una remuneración, un precio justo.
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