China dice tras reelección de Trump que “no habría ganadores” en guerra comercial
Con el regreso de Donald Trump, China puede prepararse para cuatro años de aranceles, tensiones y combate dialéctico, aunque el país asiático podría apelar a su reputación de negociador.
China advirtió el jueves que “no habría ganadores en una guerra comercial”, luego de la reelección como presidente de Estados Unidos de Donald Trump, quien prometió imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas.
“Por principio, me gustaría reiterar que no habría ganadores en una guerra comercial, que además no favorecería al mundo”, declaró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.
Horas antes, el presidente chino Xi Jinping felicitó a Trump por su victoria en las elecciones del martes y afirmó que sus países “deben llevarse bien en la nueva era”.
En un “mensaje de felicitación”, Xi dijo que Washington y Pekín “deben reforzar el diálogo y la comunicación, gestionar adecuadamente las diferencias, expandir la cooperación mutuamente beneficiosa y encontrar la manera correcta para que China y Estados Unidos se lleven bien en la nueva era”, afirmó la cadena oficial CCTV.
El dirigente comunista también argumentó que “la historia ha demostrado que China y Estados Unidos se benefician de la cooperación y sufren con la confrontación”.
“Una relación estable, sana y sostenible entre China y Estados Unidos es el interés compartido de ambos países y está en línea con las expectaciones de la comunidad internacional”, agregó.
Ya antes de las elecciones, Pekín había expresado su voluntad de mantener una “convivencia pacífica” con Estados Unidos, fuera quien fuera el vencedor.
Pero los augurios de los expertos difieren de los deseos expresados por el mando comunista.
“Pienso que habrá más turbulencias, más conflictos, más incertidumbres y más riesgo en las relaciones sino-americanas en los próximos cuatro años”, declaró a la AFP Wu Xinbo, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad Fudan, en Shanghái.
Y es que Donald Trump, durante la campaña, prometió poner aranceles de hasta el 60% sobre todos los productos chinos que entraran al mercado estadounidense. Esta propuesta podría implicar un sobrecoste de 500.000 millones de dólares para las mercancías importadas de China, calculó la sociedad PineBridge Investments.
Cartas de negociación
Con su economía creciendo a uno de los ritmos más lentos en décadas, China probablemente no tenga ningún interés en aumentar las tensiones con Estados Unidos, su mayor socio comercial, estiman los analistas.
“Las relaciones económicas y comerciales serán las más afectadas”, vaticinó Wu Xinbo. Trump “ya ha dicho que iba a usar la carta de los aranceles adicionales contra China”.
De todos modos, la cifra del 60% puede formar parte de la táctica de Trump, que siempre ha presumido de sus dotes de duro negociador.
“Lo que los chinos han aprendido de Trump es que dice muchas cosas (...) porque es caprichoso, pero que no necesariamente ejecuta sus amenazas”, sostuvo Hoo Tiang Boon, profesor de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur.
“Está abierto a la negociación, pero al mismo tiempo se inclina hacia los extremos”, agregó.
El magnate se presenta regularmente como un negociador excepcional con un contacto único con algunos dirigentes extranjeros, especialmente de países autoritarios.
En octubre se jactó de su “relación muy fuerte” con Xi Jinping y afirmó que podría disuadirlo de lanzar una operación militar contra Taiwán imponiendo aranceles del 150 % a los productos chinos.
Sin embargo, “teniendo en cuenta sus artes de imponer ‘máxima presión’ antes de cerrar un acuerdo, espero que imponga algún tipo de arancel”, indicó Yun Sun, investigador del Centro Stimson, a la AFP.
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China advirtió el jueves que “no habría ganadores en una guerra comercial”, luego de la reelección como presidente de Estados Unidos de Donald Trump, quien prometió imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas.
“Por principio, me gustaría reiterar que no habría ganadores en una guerra comercial, que además no favorecería al mundo”, declaró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.
Horas antes, el presidente chino Xi Jinping felicitó a Trump por su victoria en las elecciones del martes y afirmó que sus países “deben llevarse bien en la nueva era”.
En un “mensaje de felicitación”, Xi dijo que Washington y Pekín “deben reforzar el diálogo y la comunicación, gestionar adecuadamente las diferencias, expandir la cooperación mutuamente beneficiosa y encontrar la manera correcta para que China y Estados Unidos se lleven bien en la nueva era”, afirmó la cadena oficial CCTV.
El dirigente comunista también argumentó que “la historia ha demostrado que China y Estados Unidos se benefician de la cooperación y sufren con la confrontación”.
“Una relación estable, sana y sostenible entre China y Estados Unidos es el interés compartido de ambos países y está en línea con las expectaciones de la comunidad internacional”, agregó.
Ya antes de las elecciones, Pekín había expresado su voluntad de mantener una “convivencia pacífica” con Estados Unidos, fuera quien fuera el vencedor.
Pero los augurios de los expertos difieren de los deseos expresados por el mando comunista.
“Pienso que habrá más turbulencias, más conflictos, más incertidumbres y más riesgo en las relaciones sino-americanas en los próximos cuatro años”, declaró a la AFP Wu Xinbo, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad Fudan, en Shanghái.
Y es que Donald Trump, durante la campaña, prometió poner aranceles de hasta el 60% sobre todos los productos chinos que entraran al mercado estadounidense. Esta propuesta podría implicar un sobrecoste de 500.000 millones de dólares para las mercancías importadas de China, calculó la sociedad PineBridge Investments.
Cartas de negociación
Con su economía creciendo a uno de los ritmos más lentos en décadas, China probablemente no tenga ningún interés en aumentar las tensiones con Estados Unidos, su mayor socio comercial, estiman los analistas.
“Las relaciones económicas y comerciales serán las más afectadas”, vaticinó Wu Xinbo. Trump “ya ha dicho que iba a usar la carta de los aranceles adicionales contra China”.
De todos modos, la cifra del 60% puede formar parte de la táctica de Trump, que siempre ha presumido de sus dotes de duro negociador.
“Lo que los chinos han aprendido de Trump es que dice muchas cosas (...) porque es caprichoso, pero que no necesariamente ejecuta sus amenazas”, sostuvo Hoo Tiang Boon, profesor de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur.
“Está abierto a la negociación, pero al mismo tiempo se inclina hacia los extremos”, agregó.
El magnate se presenta regularmente como un negociador excepcional con un contacto único con algunos dirigentes extranjeros, especialmente de países autoritarios.
En octubre se jactó de su “relación muy fuerte” con Xi Jinping y afirmó que podría disuadirlo de lanzar una operación militar contra Taiwán imponiendo aranceles del 150 % a los productos chinos.
Sin embargo, “teniendo en cuenta sus artes de imponer ‘máxima presión’ antes de cerrar un acuerdo, espero que imponga algún tipo de arancel”, indicó Yun Sun, investigador del Centro Stimson, a la AFP.
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