Colombia y el petróleo, una extensa y densa relación
La exploración petrolera hace latir, en buena medida, el corazón económico de Colombia. A su vez, la transición energética es un imperativo para el planeta, así como para la producción nacional, que también debe ir más allá de depender de la explotación minero-energética.
Transición energética es uno de los términos más sonados por estos días. Y, a la vez, uno de los que más asusta al sector minero-energético.
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Transición energética es uno de los términos más sonados por estos días. Y, a la vez, uno de los que más asusta al sector minero-energético.
El país navega una encrucijada compleja: reconocer que parte de sus finanzas están atadas a la salud de las industrias extractivas, pero, a la vez, querer diversificar su producción más allá del petróleo y los minerales. Todo esto enmarcado en el imperativo climático de lograr una economía neutra en carbono.
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Hasta hoy, el Gobierno no ha resuelto qué pasará con la exploración petrolera en Colombia. Y esta incertidumbre pesa sobre inversiones en momentos en los que la economía nacional se desacelerará.
Lo que sea que pase con el petróleo tendrá profundas consecuencias en la economía y en la forma de vida de los colombianos porque lo cierto es que, al menos hasta hoy, dependemos de la producción y exportación de crudo y de productos energéticos en general para mantener latiendo el corazón económico de Colombia.
Una mirada a qué representa el petróleo para el país.
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