Cómo fue la aprobación de la Ley de Inversión Social

El tránsito y la aprobación de la Ley de Inversión Social en el Congreso de la República fue mi mayor reto cuando llegué a la cartera de Hacienda y Crédito Público.

Se trataba de un gran desafío, en un país con muchos problemas y en medio de una pandemia que cambió la vida de todos. Sin embargo, a través de consensos y la participación de los distintos actores de la sociedad, logramos sacar adelante el proyecto, una ley con la que garantizamos recursos por $15,2 billones para la estabilidad social, económica y fiscal del país.

Lea también: ¿Qué trae la nueva reforma tributaria?

Este es uno de mis más grandes orgullos, porque no solamente demostramos que podemos escucharnos, sino también que podemos lograr acuerdos en beneficio de los más vulnerables.

Y es que esta ley, además de generar oportunidades de empleo y mecanismos de reactivación, así como proveer los recursos para estabilizar la deuda y las finanzas públicas, nos permitirá atender a los más necesitados, con medidas como la continuidad del Ingreso Solidario hasta diciembre de 2022.

Otro importante instrumento contemplado en la ley, en beneficio de esta población, fue la reactivación del Subsidio a la Nómina, que culmina este año y se espera que en 2021 beneficie a alrededor de 60.000 micro y pequeñas empresas y a 400.000 empleados. Hasta el momento, con la reactivación del Subsidio a la Nómina, se han recibido 41.318 postulaciones y se han beneficiado 36.111 empleadores y 304.340 empleados, con corte al 17 de diciembre de 2021.

En definitiva, el impacto de la Ley de Inversión Social es tan grande, que en materia de pobreza moderada proyectamos alcanzar los niveles registrados en prepandemia, incluso inferiores.

Y no solamente esto, el proyecto aprobado beneficiará a un total de 500.000 jóvenes, 216.000 mujeres y creará otros 264.000 puestos de trabajo, recuperando así alrededor de un millón de empleos.

Otra de las grandes metas cuando asumí la tarea de sacar adelante este proyecto fue la de generar condiciones favorables para el sector de educación. Así, la ley incluyó la matrícula gratuita como política de Estado, para estudiantes en condición de vulnerabilidad, lo que beneficiará a 695.000 estudiantes del país. De igual forma, los jóvenes también se verán favorecidos con medidas de alivio en los créditos otorgados por el Icetex.

Las regiones, a su vez, también se constituyeron en grandes ganadoras con la aprobación de la ley, dado que esta otorgará herramientas a los entes territoriales para que dispongan de más recursos, con el fin de que puedan invertir en cada una de sus regiones a través de deuda, excedentes de liquidez y créditos con Findeter y Bancóldex. Asimismo, les dará facultades para que puedan llegar a acuerdos de pago con contribuyentes que no hayan podido cumplir sus obligaciones, facilitando el cobro de impuestos atrasados.

En general, puedo afirmar que la Ley de Inversión Social se convirtió en la fórmula perfecta para consolidar la reactivación económica que tanto estábamos esperando, una recuperación que avanza a grandes pasos, generando un mayor crecimiento económico y un país con equidad.

En este sentido, destaco el crecimiento que alcanzó el PIB en el III trimestre del año: 12,9 % en términos anuales, lo que nos ubica en condiciones favorables frente a países como China, Estados Unidos, Alemania, Corea, Indonesia y gran parte de los países OCDE, convirtiéndonos en un ejemplo de reactivación ante el mundo y posicionándonos como uno de los mercados más atractivos para invertir en la región.

De hecho, según el más reciente informe de The Economist, que evalúa a países de todo el mundo frente a la manera como están retornando a la normalidad, Colombia se constituyó en el país con el mejor índice de normalidad a escala global.

En 2022 seguiremos consolidando esa reactivación, que se materializará en un impacto positivo sobre las variables sociales, como la pobreza y el desempleo, recuperando el terreno perdido en la pandemia.

Nos enfocaremos en levantar, de forma sostenida, la economía y recuperar puestos de trabajo. A octubre pasado, por ejemplo, logramos recobrar el 85,5 % de los empleos que se perdieron por la pandemia. Entre febrero y abril de 2020, el período más crítico de la pandemia en el mercado laboral, se llegaron a perder 5,8 millones de empleos (en la serie desestacionalizada). Sin embargo, con datos a octubre de 2021, la economía ha recuperado cerca de cinco millones de los empleos perdidos.

Asimismo, aumentamos nuestro pronóstico de crecimiento de la economía a 9,7 %, basado en el positivo balance que han registrado los indicadores claves y el recaudo, así como en la confianza que tenemos en la recuperación que atraviesa el país.

Estamos seguros de que contamos con unas bases sólidas y una hoja de ruta orientada al crecimiento con equidad. Mi invitación es a que sigamos remando hacia la misma dirección, por el país que tanto soñamos.

* Ministro de Hacienda y Crédito Público.

El tránsito y la aprobación de la Ley de Inversión Social en el Congreso de la República fue mi mayor reto cuando llegué a la cartera de Hacienda y Crédito Público.

Se trataba de un gran desafío, en un país con muchos problemas y en medio de una pandemia que cambió la vida de todos. Sin embargo, a través de consensos y la participación de los distintos actores de la sociedad, logramos sacar adelante el proyecto, una ley con la que garantizamos recursos por $15,2 billones para la estabilidad social, económica y fiscal del país.

Lea también: ¿Qué trae la nueva reforma tributaria?

Este es uno de mis más grandes orgullos, porque no solamente demostramos que podemos escucharnos, sino también que podemos lograr acuerdos en beneficio de los más vulnerables.

Y es que esta ley, además de generar oportunidades de empleo y mecanismos de reactivación, así como proveer los recursos para estabilizar la deuda y las finanzas públicas, nos permitirá atender a los más necesitados, con medidas como la continuidad del Ingreso Solidario hasta diciembre de 2022.

Otro importante instrumento contemplado en la ley, en beneficio de esta población, fue la reactivación del Subsidio a la Nómina, que culmina este año y se espera que en 2021 beneficie a alrededor de 60.000 micro y pequeñas empresas y a 400.000 empleados. Hasta el momento, con la reactivación del Subsidio a la Nómina, se han recibido 41.318 postulaciones y se han beneficiado 36.111 empleadores y 304.340 empleados, con corte al 17 de diciembre de 2021.

En definitiva, el impacto de la Ley de Inversión Social es tan grande, que en materia de pobreza moderada proyectamos alcanzar los niveles registrados en prepandemia, incluso inferiores.

Y no solamente esto, el proyecto aprobado beneficiará a un total de 500.000 jóvenes, 216.000 mujeres y creará otros 264.000 puestos de trabajo, recuperando así alrededor de un millón de empleos.

Otra de las grandes metas cuando asumí la tarea de sacar adelante este proyecto fue la de generar condiciones favorables para el sector de educación. Así, la ley incluyó la matrícula gratuita como política de Estado, para estudiantes en condición de vulnerabilidad, lo que beneficiará a 695.000 estudiantes del país. De igual forma, los jóvenes también se verán favorecidos con medidas de alivio en los créditos otorgados por el Icetex.

Las regiones, a su vez, también se constituyeron en grandes ganadoras con la aprobación de la ley, dado que esta otorgará herramientas a los entes territoriales para que dispongan de más recursos, con el fin de que puedan invertir en cada una de sus regiones a través de deuda, excedentes de liquidez y créditos con Findeter y Bancóldex. Asimismo, les dará facultades para que puedan llegar a acuerdos de pago con contribuyentes que no hayan podido cumplir sus obligaciones, facilitando el cobro de impuestos atrasados.

En general, puedo afirmar que la Ley de Inversión Social se convirtió en la fórmula perfecta para consolidar la reactivación económica que tanto estábamos esperando, una recuperación que avanza a grandes pasos, generando un mayor crecimiento económico y un país con equidad.

En este sentido, destaco el crecimiento que alcanzó el PIB en el III trimestre del año: 12,9 % en términos anuales, lo que nos ubica en condiciones favorables frente a países como China, Estados Unidos, Alemania, Corea, Indonesia y gran parte de los países OCDE, convirtiéndonos en un ejemplo de reactivación ante el mundo y posicionándonos como uno de los mercados más atractivos para invertir en la región.

De hecho, según el más reciente informe de The Economist, que evalúa a países de todo el mundo frente a la manera como están retornando a la normalidad, Colombia se constituyó en el país con el mejor índice de normalidad a escala global.

En 2022 seguiremos consolidando esa reactivación, que se materializará en un impacto positivo sobre las variables sociales, como la pobreza y el desempleo, recuperando el terreno perdido en la pandemia.

Nos enfocaremos en levantar, de forma sostenida, la economía y recuperar puestos de trabajo. A octubre pasado, por ejemplo, logramos recobrar el 85,5 % de los empleos que se perdieron por la pandemia. Entre febrero y abril de 2020, el período más crítico de la pandemia en el mercado laboral, se llegaron a perder 5,8 millones de empleos (en la serie desestacionalizada). Sin embargo, con datos a octubre de 2021, la economía ha recuperado cerca de cinco millones de los empleos perdidos.

Asimismo, aumentamos nuestro pronóstico de crecimiento de la economía a 9,7 %, basado en el positivo balance que han registrado los indicadores claves y el recaudo, así como en la confianza que tenemos en la recuperación que atraviesa el país.

Estamos seguros de que contamos con unas bases sólidas y una hoja de ruta orientada al crecimiento con equidad. Mi invitación es a que sigamos remando hacia la misma dirección, por el país que tanto soñamos.

* Ministro de Hacienda y Crédito Público.