Cómo impactaría a la economía colombiana el conflicto en Ucrania
La incertidumbre por esta guerra podría elevar el precio del dólar en el país, así como encarecer la producción del agro, ya que Rusia es uno de los principales exportadores de abonos y fertilizantes del mundo, así como uno de los principales socios comerciales de Colombia en este aspecto.
Una guerra suele ser mala noticia para casi todo el mundo (con la excepción notable de los vendedores de armas y algunos militares y líderes políticos). Este escenario es aún más cierto en temas de comercio internacional, pues la mezcla y dependencia de cadenas logísticas a escala global hace que la interrupción de producción o transporte en un lado genere un huracán de problemas en otro.
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Una guerra suele ser mala noticia para casi todo el mundo (con la excepción notable de los vendedores de armas y algunos militares y líderes políticos). Este escenario es aún más cierto en temas de comercio internacional, pues la mezcla y dependencia de cadenas logísticas a escala global hace que la interrupción de producción o transporte en un lado genere un huracán de problemas en otro.
Para el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania, los problemas que se derivan de esa guerra pueden afectar a Colombia, principalmente, en dos frentes: dólar y mercados financieros, por un lado, y, por el otro, la inflación vía problemas en el suministro o el costo de insumos agrícolas (entre otras variables).
El dólar en Colombia sintió los efectos de la operación militar rusa: este jueves la tasa de cambio registró un alza de más de $18 y se cotizó al cierre de las negociaciones cerca de los $3.930.
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El peso colombiano había reaccionado relativamente poco a la tensión entre Rusia y Ucrania, pues los analistas indicaban que la tasa de cambio estaba siendo influenciada por otros factores, como la incertidumbre política por las elecciones y los cambios de política monetaria del Banco de la República y de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Pero en esta oportunidad ya se ve un golpe directo.
“Desde comienzos de año el dólar venía débil en toda la región, pero Colombia era el país en donde menos se apreciaba ese efecto. Se veía una resistencia por una serie de factores internos. Pero ahora con la guerra en Ucrania nos entra en un nuevo período de aversión al riesgo en el que divisas como el peso colombiano serán castigadas, incluso cuando nos sirva la disparada del precio del petróleo”, explicó Felipe Campos, director de Investigaciones en Alianza Valores y Fiduciaria.
En efecto, el alza de la tasa de cambio se da en la misma jornada en la que se dispararon los precios internacionales del petróleo: el Brent llegó a superar los US$105 y cerró las negociaciones en US$99,08 (un incremento de 2,31 %) y el WTI llegó a subir por encima de US$100 por primera vez desde 2014. Este es un repunte que en teoría beneficiaría las rentas fiscales de Colombia, pero que también tendría impacto en otros renglones de la economía.
Para César Tamayo, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de Eafit, “si este conflicto escala o se prolonga, los efectos para la economía colombiana serán fuertes. Para empezar, esto seguramente impactará la producción y exportación de petróleo, gas y otros energéticos (Rusia es un gran exportador de petróleo y gas, y el gas que exporta pasa todo por Ucrania) y por eso ya vemos los precios de estos energéticos subir. Esto quiere decir que pronto las tarifas de transporte y, por ende, todos los precios estarán subiendo, lo que se suma a una inflación que ya está alta (en Colombia y en el mundo)”.
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Los alimentos y la inflación
Por el lado de la inflación, el panorama también contempla varias incertidumbres en cuanto a los insumos agrícolas. Los datos del Ministerio de Comercio y del DANE permiten observar, desde una óptica más granular, que el comercio con Rusia puede ser particularmente importante para Colombia debido a que, para 2021, el principal producto que nuestro país les compró a los rusos fueron abonos.
En 2021, según los datos del DANE, Colombia le compró a Rusia casi US$233 millones en abonos de todo tipo, de los US$533 millones del total de importaciones de este país. Este monto en compras de abonos es la cifra más alta registrada, por lo menos, desde 2007, superando el récord anterior, de US$207 millones, que se registró en 2015.
Y este renglón de las compras exteriores de Colombia puede ser delicado si se tiene en cuenta que el aprovisionamiento y costo de los insumos agrícolas es uno de los factores que ha impulsado hacia arriba los costos de los alimentos en el país; este renglón de productos, a su vez, es el gran motor de la inflación general, que para enero llegó a 6,94 % según el DANE.
“Gran parte de los insumos agrícolas para los abonos y fertilizantes, todo lo que tiene qué ver con el cloruro de potasio, la urea, el sulfato de amonio, sulfato de amoníaco y otros, que vienen de Rusia. Del cloruro de potasio, solamente el año pasado, se importaron 71.000 toneladas de ese país y en la urea fueron 179.000 toneladas; eso hace que Rusia represente aproximadamente el 20 % del peso total de las importaciones de esos agroinsumos para nosotros”, asegura Jorge Bedoya, cabeza de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
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Bedoya agrega que “respecto a los fertilizantes, muchos de estos productos importados de Rusia se mezclan en plantas en Colombia, otros son productos finales. Por el origen de los productos, Rusia representa el 20,3 %, EE. UU. el 13,7 %, China el 13,6 %, Canadá el 10,6 % y Bielorrusia el 10,4 %. Hay proveedores adicionales, pero el impacto que esto puede tener en los precios globales (más allá de dónde los traemos), evidentemente puede generar complicaciones en materia inflacionaria”.
Algo similar opina Ángela Penagos, directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Sistemas Agroalimentarios de la U. de los Andes, quien dice que, “en efecto, una parte importante de los insumos agrícolas provienen de estos países y puede haber escasez mundial que, junto con los problemas actuales, puede tener efectos en los precios”. Pero, a la vez, matiza los posibles efectos: “No creo que la transmisión sea tan inmediata. Lo clave es ver es ante esta coyuntura cómo se mueven estos mercados y tener la facilidad de encontrar nuevos proveedores”.
El presidente de la SAC finaliza diciendo que “cualquier incremento en los precios contribuye, desafortunadamente, a que haya más inflación y a que eso se traduzca a nivel global y en Colombia en mayores preocupaciones para los consumidores”.