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El Gobierno presentó la que será la hoja de ruta fiscal para los siguientes años, un poco aterrizado a la realidad y teniendo como marco un crecimiento de la economía del 6 % para este año, con un déficit fiscal del 8,6 % y una deuda del 61 % del PIB (producto interno bruto).
Esas mismas proyecciones contemplan conseguir una tasa de desempleo del 14,1 % para este año, del 11,9 % para 2022 y retornar la pobreza extrema a las cifras prepandemia que tenía el país. Para llegar a esos propósitos el Gobierno tiene previsto poner en ejecución un programa de austeridad en el gasto público que ahorre $1,8 billones por año.
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El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, explicó que para este año las necesidades proyectadas del Gobierno central serán de $134 billones —cerca del 12,1 % del PIB—, compuesta por un faltante de $95,7 billones (8,6 % del PIB) de déficit fiscal y amortizaciones por $8,6 billones.
Luego de la caída del PIB del 6,8 % en 2020, se espera que este año la economía comience a repuntar. Se teme que el paro nacional y los bloqueos atenten contra un mayor desempeño del aparato productivo nacional. En el primer trimestre de este año, con un crecimiento del 1,1 %, la economía comenzaba a mostrar signos de recuperación, a pesar de que aún persisten los efectos de la crisis sanitaria.
El ministro de Hacienda reconoció que el PIB del primer trimestre de este año se sustentó en un buen dinamismo de la industria manufacturera, con una expansión del 7 %, y el agro, que creció 3,3 %. Teniendo en cuenta el escenario de los cierres de vías y bloqueos, el Gobierno espera dicho crecimiento del PIB para este año.
“Significa transitar de la expectativa del 5 % a una del 6 % de crecimiento para 2021”, dijo. Esta proyección está alejada de la anunciada por organismos como la OCDE, que la sitúa en 7,6 % (hay que tener en cuenta que ese análisis fue hecho antes del paro nacional).
Restrepo se anima a anunciar que los protagonistas del crecimiento de la economía en 2021 serán: el comercio, el sector hotelero, la industria manufacturera, la construcción y la llegada de inversión externa, que permitirá financiar el déficit externo de −3,8 %. Para este año, igual se espera un incremento de las exportaciones y un mejor desempeño de nuestros socios comerciales.
Hueco fiscal de $134 billones
Los recursos que demandó la atención por la pandemia y el desborde del gasto público agrandaron el hueco fiscal a $134 billones. Para taparlo, el Gobierno anuncia un endeudamiento de $91 billones: $36 billones en el mercado externo y $55 billones en el país. Con la contratación de estas obligaciones se espera que en este año la deuda pública llegue al 61 % del PIB. Este endeudamiento sigue preocupando a las calificadoras de riesgo.
Es así como el proyecto de ley de inversión social (reforma tributaria) se convierte en un factor importante en 2022. La iniciativa será presentada en la segunda legislatura de este año.
Con todo estos ajustes, y esperando una reactivación del aparato productivo, el Gobierno espera una tasa de crecimiento en 2022 del 4,3 %, “en donde es fundamental el impacto de la inmunidad colectiva alcanzada”, dijo Restrepo. Para el próximo año se espera bajar el déficit fiscal al 7 % del PIB.
Para lograr ese faltante fiscal, se espera seguir con la reducción de gastos de funcionamiento, una menor inversión y un aumento en los ingresos tributarios. Para este año se proyecta que la DIAN recaude $151 billones, equivalentes al 13,6 % del PIB.
Con el Marco Fiscal de Mediano Plazo, el Gobierno espera unos ingresos totales de $179.231 billones, alejados de las necesidades que tiene en gastos e inversión, que superan los $274 billones. Para este año se estima una inversión de $30 billones y unos gastos de funcionamiento de $197 billones. Para el próximo año se espera que la pandemia haya cedido y estima que la inversión se relaje y caiga a $25,3 billones.
Para 2021 y, en menor medida, 2022 se prevén gastos adicionales cuyo propósito es impulsar la recuperación del tejido social y de la actividad económica, dice el informe del Ministerio de Hacienda. El Gobierno considera que de 2023 en adelante habría una reducción más pronunciada del estímulo fiscal y un incremento en los ingresos permanentes del Gobierno, que contribuirían a la reducción del pasivo público en el mediano plazo.
Los salvavidas del Gobierno
Una tabla de salvación que tendrá el Gobierno son los ingresos petroleros, resultado de los buenos precios internacionales del crudo, que bordean los US$70 por barril. En el informe del Marco Fiscal, el Gobierno está esperando un precio promedio del crudo de US$63 el barril para este y el siguiente año. La cifra supone un 50 % más respecto a lo observado en 2020, que era un barril de crudo a US$40.
Este comportamiento significa “más ingresos tributarios, más dividendos por parte del grupo Ecopetrol”, dijo. Consideró que en este año los ingresos petroleros serán del orden del 0,1 % del PIB, cerca de $1,1 billones. Mejorará la proyección de ingresos en $800.000 millones por retenciones en impuestos de renta, pero el mayor impacto por la buena cotización del crudo será en 2022, cuando alcance 0,9 % del PIB, equivalente a $10,7 billones, que incluye temas tributarios e ingresos.
Se espera que estos ingresos petroleros tengan un impacto sobre la tasa de cambio (dólar). Para este año se proyecta un precio promedio del dólar de $3.667 y para el siguiente de $3.744.
Igual se contempla la venta de activos para obtener recursos por el orden de 0,6 puntos porcentuales del PIB. En materia de venta de activos, “contemplamos $14 billones para el año 2021 y $7,2 billones para 2022”, explicó el ministro de Hacienda.
El portafolio de los activos de la nación es cercano a los $75 billones y se espera vender cerca del 10 %. Sobre la venta de ISA, señaló que siguen los cronogramas establecidos para esa operación, pero se abstuvo de dar cifras sobre este negocio.
Frente a los efectos del paro nacional y los bloqueos que afectaron el abastecimiento de alimentos, el ministro de Hacienda reconoció que sí se dispararon los precios de los alimentos, presionando un aumento de la inflación del 1 % en mayo; pero consideró que las expectativas de precios están ancladas al cumplimiento de la meta fijada por el Banco de la República. Para este año la inflación esperada es del 3 % y para 2022 del 2,8 %.
Finalmente, sobre el futuro de la regla fiscal, Restrepo sostuvo que el fortalecimiento de este instrumento es una de las columnas del proyecto de ley de inversión social. Para orientar las metas fiscales se debe tener la consistencia de una deuda razonable con las metas de corto plazo. Esa es una novedad que trae la reforma tributaria que será presentada en julio de este año. El comité autónomo de regla fiscal también tendrá nuevas funciones que le permitan hacer seguimiento a las finanzas públicas, mayor independencia y una rendición de cuentas al Congreso de la República.