Confianza, el reto económico más grande del cambio ministerial
Cuatro carteras económicas sufrieron cambios esta semana. El nuevo gabinete tiene el reto de generar confianza en los mercados, especialmente el nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, pero también de resolver temas como la crisis en el mercado aéreo, la reforma agraria y reducir la brecha digital. Este es el panorama.
Caras nuevas (y otras no tanto) llegan al Gobierno después del remezón que sacudió siete carteras el pasado miércoles. El presidente Gustavo Petro configuró un nuevo gabinete con el que busca sacar adelante el proyecto de país que propuso en campaña, en medio de tensiones con los partidos políticos y el fuego de prácticamente todos los bandos que invocó la propuesta de reforma a la salud (un escenario que puede repetirse en los trámites de las reformas laboral y pensional, por cierto).
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Caras nuevas (y otras no tanto) llegan al Gobierno después del remezón que sacudió siete carteras el pasado miércoles. El presidente Gustavo Petro configuró un nuevo gabinete con el que busca sacar adelante el proyecto de país que propuso en campaña, en medio de tensiones con los partidos políticos y el fuego de prácticamente todos los bandos que invocó la propuesta de reforma a la salud (un escenario que puede repetirse en los trámites de las reformas laboral y pensional, por cierto).
Los nuevos ministros, más afines al mandatario tanto en lo ideológico como en lo programático, tomarán decisiones en materia de regulación y política pública que tendrán repercusiones de todo tipo. Directamente, los nuevos jefes de Hacienda (Ricardo Bonilla), Agricultura (Jhenifer Mojica), TIC (Mauricio Lizcano) y Transporte (William Camargo) tienen entre sus manos decisiones y proyectos económicos en medio de un contexto complejo, por decir lo menos.
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“La confianza es un activo necesario para el sistema financiero”, dijo esta semana en el congreso de Asofondos el superintendente Jorge Castaño. Confianza es una palabra que ha estado en boca de Castaño esta semana, pero también de prácticamente todo el mundo. Al final, el revolcón ministerial, más la crisis en la relación de Petro con los partidos, lleva pintado este término (o su ausencia) por todos los costados.
Justamente, el ministro saliente de Hacienda, José Antonio Ocampo, fue una voz mesurada que sirvió en varios momentos para mantener la confianza, tan necesaria para la economía luego de las intervenciones confusas de otros ministros o los anuncios de incremento en el gasto fiscal que mortificaban a los mercados.
El polo a tierra del Gobierno ya no va más. Lo que no quiere decir que no sea reemplazable, de cierta forma. Bonilla, quien hoy encabeza una cartera clave a la hora de definir recursos para las reformas que se tramitan en el Congreso y para el manejo de la economía en un año que se anticipa difícil en inflación y crecimiento, cumplirá un papel fundamental de ahora en adelante.
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Hasta el momento, parte del empresariado lo ha recibido con los brazos abiertos y desde varias esquinas se señala que no solo es un buen economista, sino que también tiene pies de plomo para guiar las finanzas públicas por momentos turbulentos, como lo demostró en su paso por la Secretaría de Hacienda de Bogotá durante el tiempo de Petro al frente de la capital.
La economía colombiana en 2023
El Banco de la República actualizó este viernes su pronóstico de crecimiento del PIB para 2023, mostrando una previsión un poco más optimista: 1 %, teniendo en cuenta que la de marzo fue de 0,84 %. Sin embargo, Leonardo Villar, gerente general del Banrep, recordó que la actividad económica del país muestra una desaceleración.
La tan mencionada desaceleración tiene detrás factores como la caída de importaciones, el debilitamiento de la producción real manufacturera y la reducción del crecimiento de la cartera crediticia.Este fenómeno también se ve reflejado en el índice de seguimiento a la economía (ISE) del DANE, que mide el valor agregado de las actividades primarias, secundarias y terciarias mes a mes: el ISE registró una variación anual del 3,1 % en febrero, comparado con el mismo mes del año pasado, y del 5,8 % en enero. La construcción, por ejemplo, pasó de los aplausos en 2022 a resultados mediocres en los primeros meses de 2023.
El término desaceleración quiere decir, básicamente, que sí habrá crecimiento, pero este será menor al registrado en años anteriores. Las señales, según BBVA Research, se evidencian desde finales de 2022, especialmente en el gasto de los hogares en bienes duraderos y en el mercado de vivienda. “Este es un preludio de que la economía no podrá mantener las elevadas tasas de crecimiento que venía mostrando, lo cual, en parte, es deseable y buscado por la política monetaria para bajar la inflación, incentivar el ahorro privado y reducir los desbalances macroeconómicos”.
Efectivamente, una de las prioridades es contener la inflación. Este viernes, aunque todas las proyecciones señalaban que no habría más ajustes, el Banco de la República subió sus tasas de interés al 13,25 %. El Emisor ha realizado 14 aumentos de sus tipos de interés desde septiembre de 2021, cuando este indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %) como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica por la pandemia.
En marzo, la inflación fue del 13,34 %, la cifra más alta desde marzo de 1999. Los datos mostraron que los precios están aumentando a menor velocidad y que la inflación en los alimentos se está desacelerando, pues en el tercer mes de 2023 llegó a 21,81 %, después de alcanzar un pico del 27,81 % en diciembre.
Con esta información quedó claro que la inflación no había tocado techo, como en su momento señalaron el Gobierno y los analistas.A todo el panorama se suma la tasa de cambio. En las últimas semanas el dólar se afianzó por encima de los $4.500 (tras el anuncio del cambio en el gabinete volvió al terreno de los $4.600, y este viernes estuvo a $4 de los $4.700), después de haber estado por encima de los $5.000 en noviembre. La devaluación del peso les ha salido cara, literalmente, a varias industrias, por ejemplo, las aerolíneas pagan la mayoría de sus compromisos en dólares (aviones, repuestos, combustible...).
Una agenda de reformas
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), puso sobre la mesa que el Ministerio de Hacienda es vital para evaluar los impactos del Plan Nacional de Desarrollo, las reformas laboral, pensional y de la salud, y, además, la política de hidrocarburos.
La cartera que ahora maneja Bonilla deberá hacer los cálculos pertinentes para que el país esté seguro de que las propuestas son viables desde lo económico y, de nuevo, para mantener la confianza de las agencias calificadoras, bancos internacionales, inversionistas y el mercado en general. El nuevo ministro aseguró hace algunos días que respetará la independencia del Banco de la República y que el propósito de su gestión será mantener la estabilidad de la economía y trabajar para cumplir con la regla fiscal.
Esta semana el Fondo Monetario Internacional dijo que Colombia tiene un objetivo de inflación creíble, “un marco de política fiscal de mediano plazo sólido, un tipo de cambio flexible y una eficaz supervisión y regulación del sector financiero”, además, señaló que la economía va por una transición necesaria a un crecimiento más sostenible.
No obstante, la organización global recomendó al gobierno “una implementación cuidadosa y prudente” de las reformas “para preservar la estabilidad fiscal y financiera, y garantizar que los incentivos económicos estén bien alineados”.
La reforma laboral pretende que la regulación responda a realidades del sistema laboral actual, pero para los empresarios en la práctica puede generar menos empleo. Mientras que para algunos expertos la reforma pensional, que apuesta por un sistema de pilares, no es sostenible a largo plazo. Las discusiones en el Congreso serán más importantes que nunca, incluso con el fraccionamiento de la coalición que impulsó, casi sobre ruedas, la reforma tributaria que pedaleó en su momento Ocampo.
Otros retos del nuevo gabinete
La reforma rural integral es una de las tareas principales del Ministerio de Agricultura, que ahora esta en cabeza de Mojica: para lograr el objetivo del gobierno Petro, de cumplir con el primer punto del Acuerdo de Paz, la redistribución de la tierra es indispensable. La ministra saliente, Cecilia López, explicó en su momento que hay cuatro ejes para la reforma: la titulación, dar en arriendo a grupos campesinos y comunidades étnicas predios de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), la compra de tierras y, el que no se ha iniciado, la asignación de baldíos de la nación a los campesinos para que produzcan alimentos.
Por otro lado, el nuevo ministro de Transporte, William Camargo (hasta ahora presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), tiene que asumir la crisis del mercado aéreo. El pasado 27 de febrero Viva dejó sus aviones en tierra y 30 días después Ultra Air también suspendió sus operaciones. De esta manera, quedó desatendido más del 20 % del mercado aéreo en el país y miles de pasajeros quedaron a la deriva y la situación de las dos aerolíneas no se ha solucionado hasta ahora, como tampoco está claro el futuro de la integración de Viva y Avianca.
En materia de infraestructura, la cartera tiene el compromiso de entregar la solución definitiva para el derrumbe en la vía Panamericana que dejó incomunicados los departamentos de Nariño y Cauca, y de resolver la conectividad entre Quindío y el Valle del Cauca tras el desplome del puente El Alambrado el pasado 12 de abril. Entre otras cosas, en la lista de retos del mintransporte está la reactivación del modo férreo, con proyectos como La Dorada-Chiriguaná.
La cartera de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), que asume Mauricio Lizcano, tiene el desafío de reducir la brecha digital, llevando conexión de internet a las zonas apartadas y dispersas, pero también de brindar oportunidades para que quienes habitan estas zonas tengan acceso a los dispositivos que se conectan a la red, así como los conocimientos para sacarles provecho.
Este no es un reto menor, pues el acceso y uso de tecnología se ha convertido con los años en uno de los motores, o frenos, de la pobreza multidimensional, especialmente en el campo. Así que, más allá de lo técnico, las labores del mintic tienen un peso social que no es para nada despreciable. A algunos analistas les incomoda que el ahora ministro Lizcano no tenga experiencia en un área que requiere conocimiento técnico para impulsar la conectividad y todo lo relacionado con la economía digital.
Las cartas que se juegue el Gobierno impactarán, para bien o para mal, la economía a largo plazo. En la lista hay más retos, pendientes y obstáculos para los nuevos ministros. De su desempeño depende, en buena medida, cómo se medirá la relación entre los términos confianza y gobierno Petro, por no mencionar que en la línea también se juega el bienestar de millones de colombianos.