Cuál es la visión de la OCDE sobre la economía colombiana
El organismo presentó este miércoles en la sede Bogotá de la Universidad Nacional el primer informe sobre el desempeño económico del país en la pandemia desde que Colombia se sumó a esta organización. El documento advierte que hay que hacer reformas que toquen temas laborales, fiscales y de protección social o, de lo contrario, el crecimiento potencial a futuro será más bajo que el registrado en décadas pasadas.
En su primer informe sobre Colombia desde que el país ingresó a la OCDE, y que fue presentado este miércoles en la Universidad Nacional (Bogotá), el organismo reconoce que Colombia ha logrado sobreaguar los peores efectos de la crisis económica que llegó de mano de la pandemia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reconoció que la economía colombiana se ha recuperado notablemente, en buena parte gracias a los esfuerzos en renglones como política monetaria y fiscal. El organismo también señaló que los programas sociales han logrado proteger de la pobreza a millones de personas.
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Pero a pesar de dar una especie de parte de tranquilidad sobre el estado de la economía nacional, la OCDE también advierte que el crecimiento en el mediano plazo va a depender de la forma y eficacia con la que el país ponga en marcha reformas para “ampliar la protección social e impulsar la productividad”.
Buena parte de los retos se concentran en asegurar a los más vulnerables, pues la pandemia fue altamente regresiva, según las palabras de Jens Arnold, economista principal de la OCDE en Colombia.
Durante la presentación de este jueves, Arnold presentó datos que dan cuenta de cómo la caída de ingresos por cuenta del COVID-19 se concentró en quienes menos tienen éstos, llegando incluso a representar una pérdida de 30 % en los más vulnerables.
Así mismo, la pérdida de empleo también estuvo centrada en los sectores con menores ingresos.
Sin embargo, en el corto plazo, la Organización aún ve un panorama de recuperación sostenida en Colombia: para 2022, su proyección de crecimiento del PIB se sitúa en 5,5 %, aunque en 2023 baja a 3,1 %.
El organismo también apoyó la política de retiro gradual de los estímulos monetarios puesta en marcha por el Banco de la República en el momento más crítico de la pandemia “en la medida en la que se intensifiquen las presiones inflacionistas”. Este jueves se espera que la junta directiva del banco central realice uno de los aumentos de tasa más drásticos en tiempos recientes, que llevaría el indicador de 4 % a 5,5 %.
El diagnóstico del informe cubre un amplio panorama, en el que vale destacar tres sectores clave: mercado laboral, política fiscal y protección social (incluyendo pensiones).
Mercado laboral
El informe del organismo señala que, aunque el mercado laboral ha mejorado, el desempleo sigue estando 1,5 % por encima del nivel prepandemia de finales de 2019. Y a renglón seguido señala que hay profundos retos en el sistema de empleo en Colombia, especialmente la enorme informalidad, un fenómeno que erosiona el panorama fiscal vía pensiones y menor tributación, por mencionar dos aspectos.
A su vez, la población informal, que el informe sitúa en 60 % de los trabajadores colombianos, se encuentra por fuera de los mecanismos de protección social, lo que termina por potenciar aún más desigualdades existentes. El panorama de desigualdad e informalidad es uno de los más críticos en Latinoamérica, señala el informe.
Panorama fiscal
Los investigadores de la OCDE aseguran que la pasada reforma tributaria llevará a un ajuste fiscal gradual, que debe llevar a la deuda pública a orbitar cerca de 60 % del PIB durante la próxima década. Y si bien es una estabilización, sigue representando 8,5 % por encima de los niveles anteriores a la pandemia.
Lo que esto quiere decir de fondo es que, si bien hay que reducir el endeudamiento, lo grave es lo bajo del recaudo versus las necesidades en asistencia social y en inversión de sectores clave como infraestructura, educación y salud. La OCDE señala que los ingresos fiscales, que llegan a 20 % del PIB, no son suficientes para sostener este panorama.
Para la OCDE, “tan solo el 5% de los colombianos paga el impuesto a la renta de las personas, lo cual constituye la principal explicación de esta baja recaudación tributaria, al tiempo que los gastos tributarios y la evasión reducen los ingresos en todos los ámbitos fiscales”.
En el panorama fiscal, Arnold llamó la atención sobre las muchas excepciones y tasas especiales que hay en el IVA. De los ingresos potenciales que se pueden capturar por medio de este impuesto, el promedio de países de la OCDE recauda 60 %; en Colombia esta cifra baja a menos de 40 %.
“Hay una pregunta válida acá acerca de si el IVA es un vehículo para redistribuir la riqueza. Pero el Estado tiene mejores herramientas de redistribución que las exenciones y las tasas especiales, como los subsidios”, dijo Arnold.
Protección social, la gran deuda
En este aspecto, la OCDE llama la atención sobre varios elementos, a la vez que propone un camino que, de tomarse, requeriría de varias reformas que funcionen en conjunto, y que tocarían aspectos laborales, tributarios y pensionales. Vale la pena destacar que la reciente Misión de Empleo dijo, de cierta forma, un poco lo mismo: los problemas del sistema laboral en Colombia se solucionan con varias reformas, no sólo con una pieza mesiánica de legislación.
“El crecimiento de la productividad ha sido débil durante dos décadas, incluso en relación con sus homólogos regionales, y la inversión ha disminuido”, se lee en el documento de la Organización, que advierte que hay problemas estructurales que no permiten el crecimiento y la productividad de las empresas. “A menos que se aumenten ambos elementos, el crecimiento potencial será menor que en décadas pasadas, ya que el apoyo de los precios de las materias primas y de la demografía está desapareciendo”.
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El organismo señala males largamente diagnosticados: los subsidios ayudan, pero contribuyen a sobrellevar desigualdades, no a solucionarlas de fondo; más aún cuando “la mayor parte del gasto social no se destina a los más desfavorecidos, sobre todo en el caso de las pensiones”.
Y en este punto, la OCDE hace dos grandes recomendaciones sobre el andamiaje de protección social:
- Desvincular el acceso a la protección social del estatus del trabajador en el mercado laboral.
- Un nivel básico y universal de protección social mediante la fusión de los regímenes paralelos de transferencias monetarias, pensiones y salud, en combinación con un conjunto más amplio de prestaciones para aquellos que puedan aportar más.
Estas reformas, en palabras de la Organización, deberían llevar a que buena parte del peso de la financiación de la protección social pase, gradualmente, de las cotizaciones laborales a los recursos de tributación en general.
Bajo la visión de la OCDE esto ayudaría a reducir la informalidad, de cara al trabajador, así como representar menos cargas para las empresas.
En su primer informe sobre Colombia desde que el país ingresó a la OCDE, y que fue presentado este miércoles en la Universidad Nacional (Bogotá), el organismo reconoce que Colombia ha logrado sobreaguar los peores efectos de la crisis económica que llegó de mano de la pandemia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reconoció que la economía colombiana se ha recuperado notablemente, en buena parte gracias a los esfuerzos en renglones como política monetaria y fiscal. El organismo también señaló que los programas sociales han logrado proteger de la pobreza a millones de personas.
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Pero a pesar de dar una especie de parte de tranquilidad sobre el estado de la economía nacional, la OCDE también advierte que el crecimiento en el mediano plazo va a depender de la forma y eficacia con la que el país ponga en marcha reformas para “ampliar la protección social e impulsar la productividad”.
Buena parte de los retos se concentran en asegurar a los más vulnerables, pues la pandemia fue altamente regresiva, según las palabras de Jens Arnold, economista principal de la OCDE en Colombia.
Durante la presentación de este jueves, Arnold presentó datos que dan cuenta de cómo la caída de ingresos por cuenta del COVID-19 se concentró en quienes menos tienen éstos, llegando incluso a representar una pérdida de 30 % en los más vulnerables.
Así mismo, la pérdida de empleo también estuvo centrada en los sectores con menores ingresos.
Sin embargo, en el corto plazo, la Organización aún ve un panorama de recuperación sostenida en Colombia: para 2022, su proyección de crecimiento del PIB se sitúa en 5,5 %, aunque en 2023 baja a 3,1 %.
El organismo también apoyó la política de retiro gradual de los estímulos monetarios puesta en marcha por el Banco de la República en el momento más crítico de la pandemia “en la medida en la que se intensifiquen las presiones inflacionistas”. Este jueves se espera que la junta directiva del banco central realice uno de los aumentos de tasa más drásticos en tiempos recientes, que llevaría el indicador de 4 % a 5,5 %.
El diagnóstico del informe cubre un amplio panorama, en el que vale destacar tres sectores clave: mercado laboral, política fiscal y protección social (incluyendo pensiones).
Mercado laboral
El informe del organismo señala que, aunque el mercado laboral ha mejorado, el desempleo sigue estando 1,5 % por encima del nivel prepandemia de finales de 2019. Y a renglón seguido señala que hay profundos retos en el sistema de empleo en Colombia, especialmente la enorme informalidad, un fenómeno que erosiona el panorama fiscal vía pensiones y menor tributación, por mencionar dos aspectos.
A su vez, la población informal, que el informe sitúa en 60 % de los trabajadores colombianos, se encuentra por fuera de los mecanismos de protección social, lo que termina por potenciar aún más desigualdades existentes. El panorama de desigualdad e informalidad es uno de los más críticos en Latinoamérica, señala el informe.
Panorama fiscal
Los investigadores de la OCDE aseguran que la pasada reforma tributaria llevará a un ajuste fiscal gradual, que debe llevar a la deuda pública a orbitar cerca de 60 % del PIB durante la próxima década. Y si bien es una estabilización, sigue representando 8,5 % por encima de los niveles anteriores a la pandemia.
Lo que esto quiere decir de fondo es que, si bien hay que reducir el endeudamiento, lo grave es lo bajo del recaudo versus las necesidades en asistencia social y en inversión de sectores clave como infraestructura, educación y salud. La OCDE señala que los ingresos fiscales, que llegan a 20 % del PIB, no son suficientes para sostener este panorama.
Para la OCDE, “tan solo el 5% de los colombianos paga el impuesto a la renta de las personas, lo cual constituye la principal explicación de esta baja recaudación tributaria, al tiempo que los gastos tributarios y la evasión reducen los ingresos en todos los ámbitos fiscales”.
En el panorama fiscal, Arnold llamó la atención sobre las muchas excepciones y tasas especiales que hay en el IVA. De los ingresos potenciales que se pueden capturar por medio de este impuesto, el promedio de países de la OCDE recauda 60 %; en Colombia esta cifra baja a menos de 40 %.
“Hay una pregunta válida acá acerca de si el IVA es un vehículo para redistribuir la riqueza. Pero el Estado tiene mejores herramientas de redistribución que las exenciones y las tasas especiales, como los subsidios”, dijo Arnold.
Protección social, la gran deuda
En este aspecto, la OCDE llama la atención sobre varios elementos, a la vez que propone un camino que, de tomarse, requeriría de varias reformas que funcionen en conjunto, y que tocarían aspectos laborales, tributarios y pensionales. Vale la pena destacar que la reciente Misión de Empleo dijo, de cierta forma, un poco lo mismo: los problemas del sistema laboral en Colombia se solucionan con varias reformas, no sólo con una pieza mesiánica de legislación.
“El crecimiento de la productividad ha sido débil durante dos décadas, incluso en relación con sus homólogos regionales, y la inversión ha disminuido”, se lee en el documento de la Organización, que advierte que hay problemas estructurales que no permiten el crecimiento y la productividad de las empresas. “A menos que se aumenten ambos elementos, el crecimiento potencial será menor que en décadas pasadas, ya que el apoyo de los precios de las materias primas y de la demografía está desapareciendo”.
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El organismo señala males largamente diagnosticados: los subsidios ayudan, pero contribuyen a sobrellevar desigualdades, no a solucionarlas de fondo; más aún cuando “la mayor parte del gasto social no se destina a los más desfavorecidos, sobre todo en el caso de las pensiones”.
Y en este punto, la OCDE hace dos grandes recomendaciones sobre el andamiaje de protección social:
- Desvincular el acceso a la protección social del estatus del trabajador en el mercado laboral.
- Un nivel básico y universal de protección social mediante la fusión de los regímenes paralelos de transferencias monetarias, pensiones y salud, en combinación con un conjunto más amplio de prestaciones para aquellos que puedan aportar más.
Estas reformas, en palabras de la Organización, deberían llevar a que buena parte del peso de la financiación de la protección social pase, gradualmente, de las cotizaciones laborales a los recursos de tributación en general.
Bajo la visión de la OCDE esto ayudaría a reducir la informalidad, de cara al trabajador, así como representar menos cargas para las empresas.