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Referirse a la construcción de vivienda es hablar de un sector que, cada año, aporta cerca de 4,5 puntos del PIB nacional y genera unos cuatro millones de empleo, lo que representa cerca del 7 % del empleo formal en el país.
Sin embargo, el rubro evidencia claras señales de desaceleración. Por un lado, estimaciones del Banco de la República hablan de que el sector constructor no crecerá más del 1 % en 2023 y 2024, lo que contrasta con las cifras del 2022 (8 %) y del 2021 (10,7 %) emitidas por el Dane.
En la misma línea, las más recientes cifras de Coordenada Urbana -reveladas por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) en la mañana de este jueves- hablan de una contracción continúa de la vivienda en el último año, específicamente, en la vivienda social, segmento que representa poco más del 70 % de las ventas totales del sector.
De acuerdo con Camacol, a febrero de 2023 la comercialización de vivienda social en todo el país presenta una caída del 64 % comparado con el mismo mes de 2022.
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Un panorama retador
Este será un año especialmente retador para la vivienda en Colombia. De un lado, el sector edificador deberá operar en un contexto con presiones macroeconómicas de desaceleración, alta inflación y devaluación de la moneda, lo que impacta directamente en los costos de insumos de construcción (que se transan en dólares) y, por tanto, en el precio final de unidades habitacionales para los colombianos.
Los colombianos, cabe resaltar, también han sido afectados por el alza en las tasas de interés del mercado hipotecario, que se han incrementado en unos seis puntos porcentuales durante el último año, escalando hasta alrededor de un 16,6 % efectivo anual para créditos hipotecarios.
Cabe anotar que, según información conocida por El Espectador, dos entidades bancarias anunciarían en los próximos días la reducción de tasas de créditos hipotecarios. Teniendo en cuenta que la reducción de intereses en tarjetas de crédito fue un efecto dominó que terminó sumando a la gran mayoría de bancos (por no decir todos), se podría pensar que la baja en créditos hipotecarios también será general.
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Por lo pronto, las iniciaciones de proyectos de vivienda no generan preocupación. Según Coordenada Urbana, a febrero de 2023 este indicador solo ha tenido una contracción de -3 %, niveles similares a los presentados en los últimos años.
Para Camacol, las más de 180.000 viviendas que ya han iniciado construcción en el último año son una buena noticia, puesto que las iniciaciones marcan la pauta de los empleos que generarán las obras.
Inquietudes en el horizonte
Durante la presentación de las cifras del primer bimestre de 2023 del sector constructor, Guillermo Herrera, presidente de Camacol, expuso señales de alerta que, a criterio del gremio, deberían atenderse de manera oportuna.
- Ventas totales de vivienda: al cierre de 2022, ya se empezaba a experimentar una contracción del mercado, con una caída del 7,5 %. De febrero de 2022 a febrero de 2023, se presenta una contracción superior al 11 %.
- Ventas de vivienda VIS: según Coordenada Urbana, en los últimos 12 meses las ventas de vivienda VIS han ido creciendo de manera constante. A febrero de año, se registra una disminución del 64 % en comparación con el mismo mes de 2022.
“Niveles muy similares a los meses más complicados de la pandemia, en el año 2020. Esto se ha venido presentando desde 2022, pero se aceleró de manera importante en octubre, lo que coincide con la suspensión de operaciones del programa Mi Casa Ya”, afirmó el presidente de Camacol.
- Confianza del consumidor: Herrera manifestó que, con base en informes de Fedesarrollo, la confianza del comprador de vivienda está en niveles mínimos: -48 %.
- Rotación de inventarios VIS: Indicador que hace referencia los meses que se demora un proyecto en vender una vivienda. Para abril de 2022, la cifra estaba en cinco meses; para febrero de 2023 la cifra se duplicó: más de 10 meses, de acuerdo con Coordenada Urbana.
“Más recursos”: la petición del gremio
En palabras del presidente de Camacol, se necesita aumentar la asignación presupuestal del sector vivienda a $3,3 billones en 2023 para atender las necesidades de la vivienda social.
“La única manera de ponerle freno a estas alertas es que el sector privado y el Gobierno Nacional trabajemos articuladamente para lograr que, a través de la Ley de Adición Presupuestal, se garanticen los $3,3 billones para atender los subsidios de Mi Casa Ya pendientes y los proyectados para lo que resta del año”, precisó Herrera.
El presidente del gremio recordó que 7 de cada 10 unidades vendidas en el país son viviendas de interés social (VIS) y que se deben garantizar los recursos suficientes para frenar la desaceleración que presenta el sector. Como lo expresó Herrera, a la fecha hay 40.000 hogares que no han recibido su vivienda por ausencia de subsidios de Mi Casa Ya.
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