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Diésel en Colombia: un combustible, tres caminos para los precios

En este momento hay dos precios para el ACPM en el país: el que rige para los grandes consumidores y el que se acordó para resolver el paro de transportadores. Una opción para seguir saneando las finanzas públicas sería establecer un costo para los usuarios que no están en estas dos categorías, o sea, los conductores particulares, por denominarlos de una forma.

07 de septiembre de 2024 - 06:00 p. m.
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Foto: Getty Images/iStockphoto - rudall30
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Como pocas veces, el precio del diésel en Colombia ha sido materia de tan intensa discusión en el país como esta semana.

Con el acuerdo logrado con los camioneros, el precio del diésel en Colombia subió para este sábado unos primeros $400 y lo volverá a hacer, en la misma cantidad, el 1 de diciembre.

Justamente, en la noche de este viernes, los ministerios de Hacienda y Minas publicaron la nueva resolución para regular el precio de venta al público en el país.

Con este ajuste se da reversa en el incremento de $1.904 que había estado rigiendo desde el pasado 31 de agosto, que fue la piedra angular sobre la que se construyó el paro camionero que inmovilizó el país esta semana.

Para mayor claridad, a partir del 7 de septiembre, el galón de diésel rondará los $10.000 en las principales ciudades del país. En Bogotá costará $10.156$10.177 en Medellín y $10.292 en Cali. La capital del Valle del Cauca tendrá el ACPM más caro del país desde este sábado; mientras que Cúcuta tendrá la tarifa más barata ($7.841).

Los incrementos por ciudades se ven de esta forma:

La ruta de los grandes consumidores

Pero este no es el único precio del ACPM que hay en el país, pues desde el 4 de agosto hay un costo distinto para los grandes consumidores de este combustible. Es fácil perderse en esta discusión, así que para aclarar vale la pena hacer memoria.

En junio de este año, el Gobiero publicó un decreto en el que se reglamente el precio del diésel para los grandes consumidores de este combustible en el país, cuyo aumento se comenzó a hacer efectivo en agosto pasado.

Un gran consumidor son empresas que requieren más de 20.000 galones de este combustibles cada mes. Estas compras, vale aclarar, no se realizan en estaciones de servicio, sino que se hacen directamente con distribuidores, justamente, por los volúmenes del consumo.

Para estos grandes consumidores, el precio del diésel es el que se ha establecido en mercados internacionales. En otras palabras, unos $6.000 por encima del precio que pagan los consumidores regulares (personas naturales, los propios camioneros) que van a una estación de servicio en el país.

De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, los grandes consumidores ya están identificados y son “empresas que tienen su propia logística, que no van a las bombas. Y se encuentran principalmente en sectores como la producción de cemento, la minería, las explotaciones de petróleo y carbón y el sector de la caña; en este último no tiene que ver con la producción de azúcar o el etanol, sino con el funcionamiento de los trenes cañeros”, aseguró en su momento Ricardo Bonilla, titular de esta cartera.

Los grandes consumidores representan el 5 % del consumo total de ACPM y la medida que empezó a regir en agosto cobija a 150 empresas. Según los cálculos de Hacienda, la medida se traduce en un ahorro de $50.000 millones mensuales que se le resta al déficit que acumula hasta hoy el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles.

El diésel para los consumidores que no son transportadores

Hay una tercera ruta, que no está implementada, pero que podría abrirse paso en unos meses en el país: ajustar el precio para los usuarios que no son transportadores ni grandes consumidores. En otras palabras, las personas que tienen un carro particular que funciona con ACPM.

Esto es lo que el Minhacienda ha denominado un precio diferencial y es una idea que le permitiría seguirle cerrando el paso al déficit del FEPC, que, cortesía del paro camionero, seguirá vivito y coleando por mayor tiempo del presupuestado.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Transporte, en Colombia hay 360.000 vehículos que consumen diésel y que no son ni de carga ni prestan servicios públicos.

Para claridad: no hay una norma lista para ejecutar esta política en el país, pero es uno de los caminos posibles para que el Gobierno pueda seguir saneando las finanzas públicas, sin llevarse por delante los acuerdos con los transportadores (que incluyen mejorar las condiciones estructurales de un sector que tiene problemas de fondo serios y de vieja data).

Por cuenta del ajuste hecho en el paro camionero, al FEPC ya no se le restarán $1,6 billones, sino apenas $600.000 millones. En otras palabras, el déficit del Fondo continuará entre $10 y $11 billones. Y esta diferencia complica las finanzas nacionales, especialmente de cara a 2025 y 2026.

“Esta diferencia, que el Gobierno debe presupuestar para el próximo año, pone en aprietos a las cuentas planificadas. Si bien el impacto no se sentirá tan fuerte en 2025, de no seguir incrementando el precio hasta $6.000 en 2025, se afectará la sostenibilidad fiscal del país y el déficit seguirá creciendo. Sin ajustes adicionales en el precio del ACPM, en el 2025 se acumularía un déficit de $10 billones”, de acuerdo con el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana.

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