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El Banco Mundial reveló su más reciente reporte de crecimiento económico, en donde hace especial énfasis en las políticas de recuperación tras el golpe de la pandemia del COVID-19. Además, actualizó sus proyecciones sobre las diferentes economías de América Latina y el Caribe.
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En esta oportunidad, el Banco Mundial proyecta que la economía colombiana crecerá 7,7% en 2021. Además, espera que el PIB aumente en 4,2% en 2022 y 3,9% en 2023.
Respecto al dato regional, América Latina y el Caribe pasaría de una contracción de 6,7% en 2020 a registrar un crecimiento económico de 6,3% en 2021. Además, en 2022 crecería 2,8%.
Sin embargo el Banco Mundial alerta que la mayoría de los países no logrará revertir del todo la contracción de 6,7 % que tuvo lugar el año pasado. De hecho, las previsiones de crecimiento para los próximos dos años caen por debajo del 3 %. Se trata un regreso a las tasas de crecimiento bajas de la década de 2010, generando preocupación de una nueva década perdida en términos de desarrollo.
Por esto la entidad dice que es urgente que las naciones de la región implementen reformas en el ámbito de la infraestructura, la educación, la salud, la política energética y la innovación, además de encarar los nuevos desafíos planteados por el cambio climático,.
“Los países de la región hicieron un esfuerzo enorme por asistir a las familias en medio de la pandemia. Ahora, el desafío es lograr una fuerte recuperación que brinde oportunidades de trabajo y sane las heridas de la crisis”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
No obstante, se advierte sobre una serie de obstáculos para la recuperación económica. Por ejemplo, cualquier resurgimiento del COVID-19 impactará sobre el crecimiento de la región. Además, la persistencia de las presiones inflacionarias a nivel mundial podría derivar en tasas de interés más elevadas, reduciendo la demanda. A su vez, el elevado nivel de endeudamiento del sector privado podría acotar su capacidad de liderar la recuperación, mientras que los crecientes niveles de déficit público y endeudamiento limitan el potencial de cualquier intervención pública futura.
“Los esfuerzos por mitigar los efectos de la crisis dieron pie a un aumento significativo del gasto, resultando en mayores niveles de déficit y deuda pública”, dijo William Maloney, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El funcionario agregó que el nivel promedio de deuda pública aumentó en 15 puntos porcentuales, hasta alcanzar un 75,38 por ciento del PIB. “Dado el imperativo de impulsar un crecimiento más dinámico, inclusivo y verde dentro de un contexto de escasez de recursos, los gobiernos deberán replantearse cuál es la mejor y más eficiente manera de utilizar los recursos públicos”, dijo Maloney.