El Banco de la República desacelera un poco: tasas de interés suben a 13 %
La junta directiva del banco central decidió este jueves seguir empujando su intervención en política monetaria, aunque con un ritmo más moderado. Esto con el fin de intentar contener el crecimiento de la inflación, que aún no da su brazo a torcer. El de este jueves es el aumento consecutivo número 13 desde septiembre de 2021.
Este jueves la junta directiva del Banco de la República decidió incrementar sus tasas de interés en 25 puntos básicos, llevando el indicador hasta 13 %. Vale recordar que en su decisión pasada, el banco central estableció una subida de 100 puntos básicos, que en ese momento fue el sexto aumento de su tipo en 2022.
Las maniobras del Banco reflejan el rol central y peligroso que la inflación ha tomado en el manejo macroeconómico del país.
La decisión fue tomada de forma unánime, dijo Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, durante la rueda de prensa después de la reunión de la junta directiva.
Además, Villar aseguró que para la toma de decisión tuvieron en cuenta la inflación mensual de febrero y la inflación anual de alimentos, “estos resultados sugieren que la tasa de inflación se aproxima a su techo, a partir del que empezaría su decenso en 2023″.
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De acuerdo con el gerente del Banco entre las motivaciones para el alza que decidió la junta se encuentra el comportamiento del indicador de seguimiento a la economía (ISE), que registró una variación anual de 5,8 % en enero, mayor a la de diciembre (1,2 %) y a la esperada por el equipo técnico (3,2 %).
Así mismo, el equipo técnico del Banco aumentó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 del 0,2 % al 0,84 %. A pesar de esta revisión al alza, la actividad económica sigue caracterizada por una desaceleración importante.
Por su parte, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, resaltó la visión “más positiva de la expectativa de la inflación. La inflación de alimentos ya lleva dos meses a la baja y esperamos que continúe. Por eso la inflación hogares de ingresos bajo ha disminuido por dos meses. Esperamos que eso se refleje en reducción a la inflación”.
La escala de este aumento va en línea con las expectativas del mercado, que se inclinaba justamente por una subida de 25 puntos básicos.
La junta del Banco de la República también se refirió a la volatilidad en los mercados internacionales, que ha sido excepcional en días recientes debido a los problemas de estabilidad financiera en Estados Unidos y algunos países europeos.
Considera que esta situación ha añadido incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, pero sus efectos sobre la colombiana han sido limitados. Y “la reducción de las tasas de interés de los bancos son positivas y no contrarias a la política monetaria del banco”, agregó Ocampo.
Retrospectiva de las alzas
Con el nuevo incremento, el Emisor ha realizado 13 aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado. En ese momento, este indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
Las proyecciones señalan que 2023 podría ser, por fin, el momento en el que los aumentos en los precios comiencen a moderarse. De acuerdo con la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, en su versión de marzo, la inflación llegará a 13,24 % para las cifras de este mes, aunque acabará el año en 9 %.
Con la decisión de este jueves, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva. Aunque, para esta ocasión, el Banco comenzó a bajar el ritmo de su intervención por cuenta de una aparente desaceleración en la inflación.
Villar comparte la opinión acerca de una próxima moderación en el IPC. Según dijo el gerente del Banco en una entrevista reciente con este diario, “2023 va a ser un año en el que la inflación mostrará una clara tendencia hacia la baja. Estamos esperando una inflación del orden de 7 % para finales de ese año lo cual implicaría una reducción muy sustancial con respecto a la que tenemos en 2022″.
La encuesta de Fedesarrollo, por su parte, proyecta que la tasa de intervención del Banco llegue a 11 % para diciembre de 2023.
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Para este punto, varios análisis señalan que el crecimiento económico tendrá una moderación grande para 2023, cuando la mayoría de las proyecciones sitúan la expansión del PIB en cerca a 1 % (incluyendo los análisis del propio Banco de la República).
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para febrero de 2023, el dato más reciente del DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 13,28 %; para su medición mensual (el cambio entre noviembre y diciembre de 2022), el indicador registró un alza de 1,26 %.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Y si bien se esperaba que a mediados del año pasado hubiera una ruptura en la tendencia alcista en los precios, esas esperanzas no se materializaron. Los alimentos siguen siendo la categoría que más impulsa el crecimiento de los precios para los consumidores colombianos en su variación anual, con un crecimiento de 24,14 % para diciembre de este año.
De entrada es preocupante que los alimentos sean el gran motor detrás de la inflación en Colombia, pero lo es aún más cuando se tiene en cuenta que las alzas en la comida tienden a golpear más los bolsillos de las personas con menores ingresos.
A esto hay que sumarle que los aumentos en los precios de los combustibles, que recientemente ha ido anunciando el Gobierno, también tienen el potencial de seguir presionando hacia arriba el comportamiento general de la inflación.
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La inflación, además de afectar las decisiones y posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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Este jueves la junta directiva del Banco de la República decidió incrementar sus tasas de interés en 25 puntos básicos, llevando el indicador hasta 13 %. Vale recordar que en su decisión pasada, el banco central estableció una subida de 100 puntos básicos, que en ese momento fue el sexto aumento de su tipo en 2022.
Las maniobras del Banco reflejan el rol central y peligroso que la inflación ha tomado en el manejo macroeconómico del país.
La decisión fue tomada de forma unánime, dijo Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, durante la rueda de prensa después de la reunión de la junta directiva.
Además, Villar aseguró que para la toma de decisión tuvieron en cuenta la inflación mensual de febrero y la inflación anual de alimentos, “estos resultados sugieren que la tasa de inflación se aproxima a su techo, a partir del que empezaría su decenso en 2023″.
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De acuerdo con el gerente del Banco entre las motivaciones para el alza que decidió la junta se encuentra el comportamiento del indicador de seguimiento a la economía (ISE), que registró una variación anual de 5,8 % en enero, mayor a la de diciembre (1,2 %) y a la esperada por el equipo técnico (3,2 %).
Así mismo, el equipo técnico del Banco aumentó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 del 0,2 % al 0,84 %. A pesar de esta revisión al alza, la actividad económica sigue caracterizada por una desaceleración importante.
Por su parte, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, resaltó la visión “más positiva de la expectativa de la inflación. La inflación de alimentos ya lleva dos meses a la baja y esperamos que continúe. Por eso la inflación hogares de ingresos bajo ha disminuido por dos meses. Esperamos que eso se refleje en reducción a la inflación”.
La escala de este aumento va en línea con las expectativas del mercado, que se inclinaba justamente por una subida de 25 puntos básicos.
La junta del Banco de la República también se refirió a la volatilidad en los mercados internacionales, que ha sido excepcional en días recientes debido a los problemas de estabilidad financiera en Estados Unidos y algunos países europeos.
Considera que esta situación ha añadido incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, pero sus efectos sobre la colombiana han sido limitados. Y “la reducción de las tasas de interés de los bancos son positivas y no contrarias a la política monetaria del banco”, agregó Ocampo.
Retrospectiva de las alzas
Con el nuevo incremento, el Emisor ha realizado 13 aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado. En ese momento, este indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
Las proyecciones señalan que 2023 podría ser, por fin, el momento en el que los aumentos en los precios comiencen a moderarse. De acuerdo con la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, en su versión de marzo, la inflación llegará a 13,24 % para las cifras de este mes, aunque acabará el año en 9 %.
Con la decisión de este jueves, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva. Aunque, para esta ocasión, el Banco comenzó a bajar el ritmo de su intervención por cuenta de una aparente desaceleración en la inflación.
Villar comparte la opinión acerca de una próxima moderación en el IPC. Según dijo el gerente del Banco en una entrevista reciente con este diario, “2023 va a ser un año en el que la inflación mostrará una clara tendencia hacia la baja. Estamos esperando una inflación del orden de 7 % para finales de ese año lo cual implicaría una reducción muy sustancial con respecto a la que tenemos en 2022″.
La encuesta de Fedesarrollo, por su parte, proyecta que la tasa de intervención del Banco llegue a 11 % para diciembre de 2023.
Lea también: Asamblea de accionistas de Ecopetrol llega en un momento de alto voltaje
Para este punto, varios análisis señalan que el crecimiento económico tendrá una moderación grande para 2023, cuando la mayoría de las proyecciones sitúan la expansión del PIB en cerca a 1 % (incluyendo los análisis del propio Banco de la República).
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para febrero de 2023, el dato más reciente del DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 13,28 %; para su medición mensual (el cambio entre noviembre y diciembre de 2022), el indicador registró un alza de 1,26 %.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Y si bien se esperaba que a mediados del año pasado hubiera una ruptura en la tendencia alcista en los precios, esas esperanzas no se materializaron. Los alimentos siguen siendo la categoría que más impulsa el crecimiento de los precios para los consumidores colombianos en su variación anual, con un crecimiento de 24,14 % para diciembre de este año.
De entrada es preocupante que los alimentos sean el gran motor detrás de la inflación en Colombia, pero lo es aún más cuando se tiene en cuenta que las alzas en la comida tienden a golpear más los bolsillos de las personas con menores ingresos.
A esto hay que sumarle que los aumentos en los precios de los combustibles, que recientemente ha ido anunciando el Gobierno, también tienen el potencial de seguir presionando hacia arriba el comportamiento general de la inflación.
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La inflación, además de afectar las decisiones y posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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