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La junta directiva del Banco de la República tomó la decisión este viernes de incrementar sus tasas de interés en 150 puntos básicos, llevando el indicador hasta 7,5 %, un incremento que no tiene antecedentes en la historia reciente en Colombia, como lo dijo el gerente del Banco, Leonardo Villar. Esto refleja el rol central, y peligroso, que la inflación ha tomado en la política macroeconómica del país.
Vea también: Los retos de José Antonio Ocampo como ministro de Hacienda de Petro
Con el incremento de este jueves, el emisor ha realizado siete aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado, cuando estos se encontraban en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
La decisión de este jueves se tomó de forma unánime.
De acuerdo con Villar, la discusión que llevó al alza tuvo en cuenta varios elementos, como que “la tasa de inflación anual continúa alta al alcanzar niveles de 9,23 % en abril y 9,07% en mayo. Al mismo tiempo la inflación básica sin alimentos ni regulados pasó de 5,26 % en abril a 5,87 % en mayo. Las expectativas de inflación siguieron aumentando y se ubican significativamente por encima de la meta de 3 % en el horizonte de política”.
Según el Banco, “la decisión adoptada en el día de hoy es compatible con la fortaleza que viene mostrando la actividad económica en los últimos trimestres, y contribuirá a que la política monetaria se posicione más rápidamente en una senda que reduzca la inflación y que converja a la meta en el mediano plazo. En adelante, el ritmo de ajuste de la política monetaria dependerá de la nueva información disponible”.
Vale recordar que en la reunión de enero de este año, el banco sorprendió elevando este indicador en 100 puntos básicos, lo que lo dejó en 4 %, una decisión que en ese momento marcaba un hito por lo inclinado del alza. Sin embargo, desde entonces, y con la decisión de este viernes, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva.
De acuerdo con la más reciente Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, el promedio de los analistas del mercado consultados en el sondeo esperan que este año cierre con una inflación de 8,5 %, a la vez que ubican el crecimiento de la economía colombiana entre 5,1 % y 6 %.
Vale recordar acá que los cálculos de crecimiento del Gobierno (incluidos en el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo) señalan que en 2022 la economía colombiana crecería 6,5 %.
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para mayo de este año, el dato más reciente que ha presentado el DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 9,07 %; para su medición mensual (el cambio entre abril y mayo de 2022), el indicador registró un alza de 0,84 %.
De acuerdo con Villar, este aumento está dirigido a tratar de que la inflación se ajuste más rápido hacía la meta y eso permira evitar la necesidad de aumentos excesivo de esa tasa en el futuro. “Las decisiones se tomarán con la mejor información disponible, pero siempre con el principio de que el banco está comprometido con la meta de inflación, sabiendo que no se logra en el corto plazo y, que implica, un rezago largo dado la magnitud y choques en la inflación en la economía colombiana y mundial. En ese sentido, no puedo decir cuál será el punto final de esta senda alcista”.
Y si bien esas cifras permiten ver una leve desaceleración en el crecimiento de los precios para los consumidores, el indicador sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Así lo explica en un artículo para este diario José Antonio Ocampo, designado como ministro de Hacienda por el presidente electo, Gustavo Petro: “La inflación comenzó a repuntar en Colombia como en el mundo entero a fines del año pasado, pero fue agudizada por la invasión de Rusia a Ucrania, que generó precios muy elevados de petróleo, gas, fertilizantes y varios productos agrícolas. El Banco de la República, como otros bancos centrales, ha aumentado sus tasas de interés en forma cada vez más rápida, pero la inflación ha cedido muy poco: en el caso colombiano disminuyó en mayo, especialmente en alimentos, pero en este caso se encuentra todavía por encima del 20 % y la de productos diferentes a alimentos se encuentra todavía al alza”.
En particular, el grupo de alimentos sigue siendo el gran motor de la inflación en Colombia, algo que es preocupante de entrada, pero lo es aún más cuando se tiene en cuenta que las alzas en la comida tienden a golpear más los bolsillos de las personas con menores ingresos.
La inflación, además de afectar las decisiones o posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
En rueda de prensa Villar también se refirió a la designación de Ocampo, “el nuevo ministro es una persona con la que he tenido relación de toda una vida, fue mi mentor, profesor y ha sido alguien con quien he trabajado en muchas oportunidades. Estoy seguro que la interacción con él será fácil y productiva, como lo ha sido con el ministro actual. El nuevo ministro ha descrito en la prensa su visión sobre los retos que tiene por delante, tiene todo el conocimiento requerido para avanzar en la dirección de la cartera”.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
“El gran énfasis es la urgencia y necesidad de retomar una senda a la baja de la inflación y en converger hacia la meta de 3 %, es uno de los retos en Colombia, pero que también lo tienen todos los países que se han visto afectados por los choques inflacionarios en niveles superiores a los que quisiéramos estar”, agregó Villar.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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